El juego es la actividad natural con la que el
niño se adapta a la vida, aprende, se divierte, conoce y se relaciona. Siempre juegue con su hijo.
El juego tiene un papel determinante en el desarrollo del niño ya que es una actividad importante que comienza a explorar desde que su hijo es un bebé. Jugar no solo le permite disfrutar sino que, además, le brinda la posibilidad de exteriorizar sus alegrías, miedos, angustias y necesidades.
Cada una de las experiencias que el niño vive en el juego aporta a su desarrollo, pues este genera actividad verbal, mental y física.
¿Cómo es el juego en el niño?
- Simbólico, porque representa la realidad.
- Significativo, porque relaciona experiencias.
- Activo, porque el niño ejecuta acciones.
- Placentero
- Voluntario, porque está motivado por su curiosidad.
- Según el fallecido psicólogo Jean William Fritz Piaget, los juegos pueden ser funcionales, de construcción, de reglas, de roles o didácticos y los
juguetes también responden a estas mismas categorías.
¿Cuáles son los beneficios del juego en el niño? - Le permite conocer su mundo y a otras personas.
- Es un medio primordial en el aprendizaje ya que el niño aprende de manera libre y espontánea.
- Le facilita descubrir su cuerpo.
- Aprende a relacionarse con los demás.
- Desarrolla un vocabulario y un pensamiento creativo.
- Le brinda la posibilidad de solucionar problemas.
- Le aporta habilidades para aliviar tensiones y ansiedades.
- Favorece su desarrollo del lenguaje.
- Desarrolla sus instintos naturales.
- El juego canaliza sus emociones, pues los niños aprenden a manifestar sus sentimientos a través de este y así ayudan a enmendar daños emocionales y a sanar heridas.
- Desarrolla procesos fundamentales para el aprendizaje como la sicomotricidad (equilibrio, agarre de pinza y coordinación mano ojo).
- Facilita el desarrollo del lenguaje y las relaciones afectivas tanto con los objetos como con las personas.
- Facilita la interacción social.
- A través del juego se adquieren valores.
- Ayuda a la convivencia familiar y a que los padres conozcan mejor a su hijo.
- Permite que el niño asimile el concepto de ganar o perder y logra que conozca vivencias positivas y negativas.
¿Cómo es el juego durante el primer año de vida?
Los intereses de su hijo están relacionados con chupar, morder y explorar, así es como el bebé conoce el mundo. En esta etapa son importantes los juegos en los que puede descubrir objetos y también experimentar con texturas y con sombras.
¿Un juguete forma su personalidad?
Un mismo juguete puede usarse durante mucho tiempo para generar una continua estimulación, lo que cambia es el grado de dificultad con que se usa. La novedad obliga al niño a retar su imaginación, sobre todo, cuando la actividad que se realiza es más compleja. De esta manera, ese mismo juguete requiere otras acciones psíquicas, que actuarán en las distintas fases del desarrollo de su personalidad. Por ejemplo, cuando un bebé juega con cubos, normalmente los tira o los golpea unos con otros hasta que gatea y los transporta de un lugar a otro, solo a los 3 años logra crear construcciones con los mismos cubos.
¿Qué caracteriza el juego simbólico?
Entre el primer año y los 7 años de edad aparece el juego simbólico o juego de ficción. Esta es la posibilidad que tiene el niño de representar una situación de la vida real en otra supuesta. Para los especialistas, es la forma que usa para adaptarse al mundo de los adultos sin que lo entienda muy bien. En este tipo de juego, el niño simula acciones reales como comer e incluso logra que sus muñecos realicen estas acciones u otras, por ejemplo, cuando una niña duerme a su muñeca. Es importante entender que el niño utiliza objetos para simbolizar otros; es decir: un peluche puede simbolizar a su madre. Más adelante, imitará los modelos de la conducta que ha visto de sus profesores o padres, por ejemplo se pintará las uñas como ha visto que hace su mamá en el salón de belleza. Al comienzo, el juego simbólico lo realiza individualmente, sin socializar, y los roles son casi siempre los mismos. El niño actúa por la satisfacción de jugar, pero sin intencionalidad. A los 4 años, comenzará a compartir con otro esta ficción y su imitación de la realidad será cada vez más cercana, así que su juego será organizado. Con este tipo de juego, el niño ejercita al mismo tiempo la capacidad de pensar y sus habilidades motoras, estimula la socialización, logra avances en su autonomía y mejora su comunicación oral.
Entre los 2 y los 3 años, de una manera inconsciente, el niño empieza a jugar a ser grande y busca convertirse en un médico, en un astronauta, un bombero, un profesor o un veterinario; esto le permite conocer el mundo que lo rodea y ver otros puntos de vista. Jugar a ser otro estimula el desarrollo corporal, verbal y social del niño al igual que las capacidades expresivas, ya que propone reglas para involucrar la imaginación. Se prolonga durante toda la etapa de la primera infancia. Es normal que para lograr sus mundos imaginarios el niño hable solo y represente varios personajes de una misma historia.
¿Qué es el juego de construcción?
Aparece entre los 4 y los 7 años, aproximadamente, y permite la transición entre la actividad centrada en sí mismo a una más social. Ocurre cuando el menor de edad utiliza varios materiales para lograr sus construcciones y esto le permite cooperar y trabajar en grupo. En este momento, el niño ya distingue la realidad. Los padres deben tratar que el niño verbalice lo que piensa y preguntarle por lo que hace, siempre brindándole libertad.
-Durante el primer año, los especialistas recomiendan aquellos que estimulen sus sentidos, que sean visuales o sonoros. Lo importante es que el niño se familiarice con el juego así no logre el objetivo del mismo.
-Después de los 18 meses, los
niños se interesan por las piezas representativas y simbólicas como por ejemplo las miniaturas de casas, mascotas y carros. Las temperas, colores y rompecabezas les resultan atractivos.
- A los 3 años se aconseja comprarles disfraces, cuentos, libros para colorear y juegos de interpretación de roles. También son recomendables los instrumentos musicales.
-Los juguetes no tienen sexo; un niño puede jugar con una muñeca y una niña, con un carro y es absolutamente normal.
-Entre los 4 y los 5 años se usan fichas para construir cosas.
- Entre los 5 y los 6 años son adecuados los rompecabezas, la lotería y el dominó.
- Entre los 7 y los 12 años, el juego es libre y el niño pueda armar, cortar e imaginar finales de cuentos e historias.
- Saltar cuerda mejora la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales.
- Bailar favorece el equilibrio y el ritmo.
- Manipular barro y plastilina desarrolla la creatividad y mejora la motricidad fina.
- Jugar a las escondidas y la golosa estimulan el desarrollo social, motor y cognitivo a partir de la secuencia y la organización.
- Los juegos de mesa integran a la familia en torno a un objetivo común, favorecen el lenguaje y la aptitud matemática.
- Los muñecos desarrollan la independencia.
- Los juegos de parque fortalecen su motricidad gruesa.
- Rondas, cantos, adivinanzas y trabalenguas estimulan la capacidad intelectual de los niños y fortalecen el vínculo afectivo con sus padres.
- El juego al aire libre trae los beneficios de estar en o con la naturaleza, aprender a cuidarla y fortalece la interacción con otros niños y fortalece el sistema inmunológico.
¿Qué deben hacer los padres?
- Jugar con sus hijos y dejarlos jugar.
-No descalificar a sus hijos mientras juegan ni criticar el juego con comentarios que cohíban su imaginación, por ejemplo está mal decirle cosas como que no ruja tan duro el león.
-Estimular su imaginación y su fantasía.
-Recordarles que hay una diferencia entre el juego y la realidad, dependiendo de la situación, si es un juego de superhéroes puede ser necesario decirle que aunque se sienta Superman no debe tirarse por la ventana.
- Afianzar el juego de roles proponiendo actividades en el jardín, con dinámicas de imaginación en
familia.
- Crear situaciones imaginarias donde todos adopten roles.
- Es recomendable que los padres dediquen un tiempo a jugar con sus hijos.