Después del parto vienen los cambios físicos y emocionales que se darán durante las seis semanas que siguen al nacimiento de su bebé.Físicamente, la recuperación dependerá del tipo de parto, del estado general de salud y la ayuda doméstica.
A nivel interno, el útero comienza a volver a su estado preembarazo, por eso se recomienda usar toallas higiénicas durante los primeros días, ya que experimentará un fuerte sangrado vaginal que se conoce como Loquios.
También comenzarán los entuertos, dolores similares a los del período que muchas mujeres padecen tras el parto, en especial si están amamantando. Todos estos cambios pararán cuando el útero recupere su tamaño natural.
La temperatura se comienza a elevar y cuando los senos empiezan a producir leche es inevitable el crecimiento del pecho.
Las hormonas provocan depresiones que no tienen por qué sorprenderle. Es normal que la mamá llore de un momento a otro y sin razón aparente.
A medida que los niveles hormonales se estabilizan, la mujer comenzará a aceptar que es responsable de este nuevo ser humano indefenso y las emociones comenzarán a desaparecer.
El cansancio abrumador, el sueño alterado, despertar muy temprano, ansiedad persistente, falta de concentración, boca seca, baja autoestima, falta de apetito, estreñimiento, pérdida de libido y rechazo hacia la pareja son algunos síntomas que les da al 20 por ciento de todas las mujeres durante el primer año de vida de su hijo.
Para disminuir esta actitud, puede buscar otras madres primerizas, realizar ejercicio con regularidad, buscar ayuda médica o concederse caprichos.