Se dice que existe alergia cuando el sistema inmunitario, que normalmente combate las infecciones por virus y bacterias, reacciona de manera visible o sintomática al o o ingestión con una sustancia u objeto a los que la mayoría de las personas no reacciona.
Las principales sustancias que producen alergias (llamadas alérgenos) son los pólenes de las flores, ácaros, esporas de moho, caspa de animales, algunos alimentos, picaduras de insectos y varios tipos de medicamentos y sustancias químicas como jabones y detergentes.
El o de la sustancia que desencadena la respuesta alérgica con el organismo provoca la liberación de una sustancia llamada histamina, responsable de las manifestaciones de la enfermedad.
Los síntomas de alergia van desde respuestas locales como goteo nasal, estornudos, rasquiña y fenómenos localizados en la piel, y las mucosa, hasta dificultad respiratoria (asma), erupciones diseminadas por toda la piel (urticaria), incluso una forma de alergia intensa y grave que puede comprometer la vida, que se denomina anafilaxia, caracterizada por hinchazón (obstrucción) de las vías respiratorias y disminución dramática de la presión arterial.
Según el doctor Rafael Ulloa, médico internista, “una enfermedad alérgica está determinada por la reacción del organismo ante diversas sustancias que en condiciones normales otro organismo no respondería”. Destaca el caso de las alergias respiratorias, como el asma, que se generan cuando alguna sustancia penetra las vías respiratorias y desencadena una reacción alérgica que inflama y contrae los bronquios.
Las enfermedades alérgicas tienen una base genética muy importante, lo que quiere decir que la herencia desempeña un papel clave. Si uno de los padres sufre de alergia, la posibilidad de que el hijo desarrolle alguna, es de un 35 por ciento, pero si ambos padres son alérgicos, la probabilidad sube a casi un 80 por ciento.
Dentro del espectro de las alergias se encuentran las de orden alimentario que se presentan como una respuesta del sistema inmune al o del tubo digestivo con determinados alimentos o aditivos que se les agregan en su proceso de elaboración, generando una serie de síntomas característicos como dolor abdominal (cólicos), prurito en la boca, la garganta o la piel y/o diarrea. Además de los huevos, maní, pescados, mariscos y productos derivados del maíz y de la soya, se han establecido reacciones alérgicas características al o con leche de vaca y sus derivados y la alergia o intolerancia a los alimentos que contienen gluten (principalmente trigo, cebada y a avena).
Para el doctor Gustavo Álvarez, experto en medicina familiar, algunas personas pueden desarrollar reacciones alérgicas más graves como la hinchazón de los labios, los párpados, de la lengua y de las vías respiratorias que pueden poner en peligro la vida, en cuyo caso se debe acudir de manera inmediata al médico o al centro de salud más cercano.
Las reacciones alérgicas que producen cambios en la textura y coloración de la piel se denominan dermatitis alérgicas. Una forma particular de reacción alérgica es la denominada dermatitis de o que resulta del o de la piel de la persona susceptible, con productos como el látex, cauchos, cosméticos, jabones y detergentes, adhesivos, antibióticos utilizados sobre la piel, telas, fragancias, colorantes y algunas plantas como la hiedra y otras plantas denominadas urticantes. Algunos productos generan reacciones cutáneas severas similares a una quemadura cuando la piel es expuesta a la luz del sol (fotosensibilidad).
Aunque no existe una cura definitiva para las alergias, el tratamiento está dirigido a aliviar o eliminar los síntomas. La manera más eficaz de controlar la enfermedad es disminuir o eliminar la exposición a la sustancia que se ha identificado como desencadenante de la alergia. Por lo anterior es importante que los padres informen de esta condición a los adultos que están en o con el niño.
Es importante tener en cuenta las siguientes medidas de fácil aplicación:
No permitir la entrada de animales domésticos a la habitación del niño. Las mascotas deben ser bañadas con frecuencia. Así mimo, es aconsejable retirar los tapetes, alfombras, cortinas gruesas y aquellos muebles que puedan acumular polvo. La casa debe ser aireada y lavada con frecuencia. También se debe acudir a la utilización de fundas especiales para cubrir almohadas y colchones.
Finalmente, la gran recomendación para manejar las alergias está en la identificación de los desencadenantes, para proceder a eliminar o evitar. Este es un paso muy importante para mejorar la calidad de vida de las personitas que sufren procesos alergénicos.