Temas como el desarrollo social, el fortalecimiento de la autoestima y la confianza, han sido tratados por diferentes estudios dedicados a observar las ventajas que para los niños tiene el o con distintos animales.
Por ejemplo, un estudio realizado por Katcher,A. H., Friedmann, E., Beck, A.M.& Lynch, J.J. y denominado ‘Looking, talking and blood pressure: the physiological consequences of interaction with the living environment’, asegura que se presenta un descenso en la presión arterial de las personas, cuando se encuentran en compañía de animales.
Por otro lado, Friedmann, E., Katcher, A.H., Lynch, J.J. & Thomas, S.S. encontraron un mayor índice de supervivencia y mejoría en personas que tenían animales comparados con los que no los tenían, al año de ser dados de alta de una unidad coronaria donde fueron atendidos por una complicación de corazón.
Otro estudio científico de la Clínica Mayo en EE. UU., demostró que la gente que convive con un perro, tiene menos riesgo de sufrir enfermedades del corazón y más posibilidades de sobrevivir, tras sufrir un ataque cardíaco, que el resto de los afectados.
Un apoyo terapéutico
Pero los beneficios van mucho más allá, pues también se habla de la forma en que los animalitos son de gran ayuda cuando se tienen que implementar terapias en pacientes, en especial con los pequeños.
Por ejemplo, “la equinoterapia es un método terapéutico y educacional que utiliza el caballo como instrumento para el desenvolvimiento biopsicosocial de las personas con algunas necesidades, integrando diferentes áreas de la salud y la educación”, asegura Myriam Fajardo, administradora en educación, licenciada en pedagogía y rectora del Colegio Gimnasio Campestre de Guilford.
Según Fajardo, el caballo es una fuente inagotable de estímulos que favorecen la coordinación motora, la atención, el equilibrio, los reflejos, y muchas respuestas autónomas. También actúa sobre las funciones cognoscitivas y, especialmente, sobre las respuestas emocionales.
“Estos animales despiertan sentimientos sumamente intensos en las personas que interactúan con ellos. En los niños son excelentes colaboradores para terapias enfocadas a temas como el Déficit de Atención, Hiperactividad y Dificultades de Aprendizaje”, agrega Fajardo.
Para conocer más del tema se desarrollará en Bogotá, con entrada libre para los interesados, el ‘1er Simposio Internacional de Equinoterapia en el Colegio’, el próximo sábado 26 de noviembre, evento en el que se abordarán los beneficios de los caballos en el tratamiento de niños con ciertas dificultades en su desarrollo psicomotor y del aprendizaje.
El simposio tiene como objetivo principal brindar información sobre los beneficios que genera la equinoterapia desde el área psicológica, física, terapéutica y de educación en niños y jóvenes con necesidades educativas especiales.
Este año, el simposio contará con la participación de Chile como invitado principal representado por la psicóloga clínica con especialización en Neuropsicología Pamela Alejandra Díaz Sotomayor, actualmente Presidenta de la Asociación Chilena de Equinoterapia, junto a otros expertos del orden nacional como Jeannette Rosas, terapeuta física con especialización en Rehabilitación Ecuestre y directora de Corpoalegría, de la mano del equipo de Learning Center del Gimnasio Campestre de Guilford.
Son tantos los beneficios a nivel físico y psicológico que se pueden confirmar con el trabajo con equinos que acá enumeramos algunos de ellos:
Beneficios psicológicos
· Aumento de la autoestima.
· Desarrollo de la confianza.
· Estimulación de la concentración y la atención.
· Estimulación de la comunicación y el lenguaje.
· Desarrollo de la comunicación grupal.
· Favorecimiento del respeto por los demás y por los animales.
Beneficios físicos
· Mejora el tono muscular.
· Facilita el equilibrio y el mantenimiento del tronco erguido.
· Incrementa la elasticidad, agilidad y fuerza muscular.
· Favorece la adquisición de la lateralidad.
· Mejora la percepción del esquema corporal.
· Favorece la localización en el tiempo y en el espacio.
· Permite la integración del gesto por comprensión de una orden recibida o por imitación.