A partir de los tres años, tu hijo deja de ser un bebé y comienza a desarrollar nuevas habilidades y destrezas. Asimismo, sus sentidos también maduran y su creatividad se convierte en una herramienta para la resolución de problemas. Tu pequeño entra en una etapa en la que disfruta de moverse, curiosear y explorar su mundo.
Es probable que ya te hayas dado cuenta de que a esta edad, la energía de los niños es inagotable. ¡Parece que nunca se cansaran! Les pides que se sienten y al poco tiempo ya están dando botes por la casa, los dejas en un sitio, y en un parpadeo, aparecen en otro.
Y todo esto es completamente normal: están probando su cuerpo y poniendo en práctica sus recién adquiridas habilidades psicomotrices.
Por esto es que entre los 3 y los 5 años, tu hijo empieza a interactuar más abiertamente con el entorno que le rodea y, por ende, empieza a absorber nuevos conocimientos y a desarrollar nuevas capacidades, especialmente en el terreno de la socialización, en el encuentro con otros niños y adultos.
De hecho, a partir de los tres años hay un cambio fundamental en el niño, ya que sus juegos dejan de estar centrados en el movimiento básico de objetos y toma mucha relevancia la imaginación y la fantasía. Esa es la razón por la que aparece el juego simbólico en la vida de tu pequeño, algo que de acuerdo con los expertos, es un hito muy importante en el desarrollo de la inteligencia del menor.
Así es como los niños empiezan a utilizar las ollas en forma de gorro, a imitar al doctor, al policía o al maestro y a recrear escenas de libros o películas utilizando, por ejemplo, palos como si fueran espadas o cajas como si se tratara de naves espaciales.
Este tipo de juego se convierte en una excusa para relacionarse con sus iguales que, además, les permite aprender habilidades sociales básicas como compartir, cooperar, participar, dialogar y ponerse de acuerdo.
"El juego de roles le permite al niño conocer el mundo que le rodea, ver cómo se comportan los hombres y adquirir un nuevo lenguaje. Este le enseña a ver otros puntos de vista, lo que le ayudará a ser más flexible para solucionar los problemas y, como se trata de una lúdica en grupo, aprenderá a trabajar en equipo, proponiendo unas reglas y pautas que, al involucrar la imaginación, son más interesantes", señala Gloria Mercedes Isaza, psicóloga de familia.
Por ello, es esencial que los padres promuevan la interacción con otros niños fuera de casa, siendo los parques infantiles, el jardín o el colegio, las ludotecas y otros escenarios de juego y diversión creados especialmente para niños, algunos de los lugares más apropiados para ello.
Pero los juegos que implican movimiento e imitación de personajes no son los únicos que les atraen a los pequeños en este rango de edad. De acuerdo con la pediatra Diana Chacón Jaimes, entre los 3 y los 5 años tu hijo estará en capacidad de correr eludiendo obstáculos y de pararse en un solo pie, podrá empujar y jalar juguetes, patear y atajar una pelota, manipular plastilina con sus dedos, así como vestirse y desvestirse solo. Así mismo, en cuanto a sus habilidades comunicativas, hablará con suficiente claridad como para que las personas que no lo conocen entiendan la mayor parte de lo que dice, formará oraciones con más de cuatro palabras, narrará eventos ocurridos en el jardín u otro ambiente, responderá preguntas simples, y podrá mantener una conversación sencilla.
Respecto al área cognitiva, continúa Chacón, tu hijo agrupará objetos y los hará corresponder según su forma o color, empezará a hacerse preguntas de por qué y cómo ocurren las cosas a su alrededor y será capaz de seguir instrucciones.
Por lo tanto, es vital que los padres estimulen y potencialicen tales habilidades a través de actividades que les permita a los niños explorar el mundo. ¿Qué tipo de actividades? Esta guía te puede orientar:
- Salgan a patear un balón. Jugar con la pelota les ayudará a mejorar su equilibrio y a desarrollar su coordinación. En esta etapa tu hijo puede lanzar una pelota a corta distancia y atraparla si se la diriges directamente a las manos.
- Recuerda que hacer música o ruido es otra de sus actividades favoritas. Incentívalo a bailar siguiendo el ritmo de las canciones o o imitando los movimientos de las coreografías que aparecen en los vídeos musicales infantiles, lo cual favorece la coordinación y el sentido del ritmo.
- Léele cuentos o historias que se repiten o que rimen. Si bien la atención de tus hijos en esta etapa no dura más de minutos, es esencial que hagan diversas entonaciones o uses distintas voces para cada personaje de modo que logres captar su atención.
- En esta edad los niños aman jugar con barro y plastilina. Son capaces de hacer bolas y palitos y juntarlos para hacer figuritas. Así mismo, les encanta pintar con temperas y hacerlo con sus propias manos. Genera los espacios para que puedan hacerlo, pon a su disposición los elementos necesarios y guía la actividad para prevenir accidentes. Esto les permite afianzar sus habilidades de motricidad fina.
- Retomando el juego de rol, recuerda que a esta edad a los niños les gusta jugar a ser otra persona y se divierten disfrazándose. Es conveniente que dispongas de un cajón o caja dónde guardes esos disfraces, pañuelos, corbatas de papá, gorros, guantes, plumas, etc. para que tu hijo libremente pueda escoger quién quiere ser y en qué momento. Participa del juego si tu pequeño te lo pide y síguele la corriente.
- Armar con tus hijos bloques de construcción y rompecabezas también es una alternativa muy útil y apropiada. Son juegos con los que pueden pasar largos ratos apilando, superponiendo, haciendo largas filas o tratando de que las piezas encajen correctamente. Esto estimula su pensamiento lógico.