Tener prótesis en los senos no impide amamantar, pues el implante no toca la glándula mamaria.
Según el cirujano plástico Ernesto Andrade, el aumento de senos se hace colocando prótesis, sin alterar la producción de prolactina durante el embarazo.
La ubicación de la prótesis no afecta la lactancia. La silicona, una de las más utilizadas, se coloca detrás de la glándula mamaria o debajo del músculo pectoral, pero sin tocar los conductos de la leche.
Ninguna de las dos maneras de colocar las prótesis limita la lactancia, porque internamente el cuerpo, a manera de mecanismo de defensa, produce una cápsula que aísla la silicona.
Lógicamente, durante el embarazo se aumenta el tamaño del busto y a mayor peso, la fuerza de gravedad hace efecto y se ven los senos caídos. Según el cirujano Rubén Horacio Luque, “al suspender la lactancia vuelven a reducir su tamaño, pero la mayoría de las pacientes los tendrán un poco más caídos”.
En cuanto a la cantidad de leche, la producción hormonal se comporta de acuerdo con el tamaño natural de la mujer. Si tenía senos pequeños antes de la mamoplastia de aumento, dará poca leche. “La producción no la controla la prótesis, sino una hormona llamada prolactina”, aclara Andrade.
Cuando hay prótesis muy grandes, la tensión sobre el seno puede hacer que el tejido que está alrededor se atrofie, lo que ocasionalmente puede afectar la producción de leche de la glándula mamaria. Pero esto también depende del adecuado funcionamiento de la prolactina (hormona de la lactancia). Aparte de esta esporádica complicación no se presenta otra durante el embarazo.
El médico Luque explica que en la mayoría de las cirugías se incrusta la prótesis a través de una incisión hecha alrededor del pezón, la cual no genera dolor en la lactancia. La molestia depende de factores como la cantidad de leche, los efectos hormonales, los cuidados que se tengan para no sufrir de dermatitis, la irritación del pezón y la mastitis, que se presentan con cirugía mamaria o sin ella.
Consejos
Es importante que asista a controles médicos y se haga una resonancia magnética nuclear o ecografía para asegurarse de que todo está en orden. Si quiere ser mamá y se ha hecho la cirugía, debe esperar entre dos y tres meses para que los senos se adapten a la forma normal y la cicatrización termine.
Margarita Barrero
Redactora ABC del bebé