Desde hace mes y medio la situación del presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bogotá, Nicolás Uribe, se había vuelto difícil. Su nombre era incómodo para el presidente Gustavo Petro y por esa misma vía para varios de la junta directiva.
De hecho, el actual presidente de ese organismo, Julio César Ortiz, es cercano al jefe de Estado. Él fue el abogado que lo defendió cuando la Procuraduría General lo destituyó como alcalde de Bogotá.
La renuncia de Uribe y la aceptación, este miércoles en la noche, se dio a pesar de que en un sector de la junta había preocupación porque la entidad fuera utilizada en las campañas para la alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Cundinamarca, donde también tiene jurisdicción.
“Lo que no se quiere es que eso sea un instrumento de politización, porque la Cámara es del empresariado y así ha sido durante 145 años”, le dijo en su momento a este diario uno de los de la junta que se había opuesto a un relevo en la dirección.
Este caso recuerda al intento frustrado del presidente Petro para que en la Federación Nacional de Cafeteros se nombrara como gerente general a alguien cercano al Gobierno y no al empresario cafetero Germán Bahamón Jaramillo.
Según conoció este diario, los integrantes del máximo organismo de la Cámara de Comercio que apoyaban al presidente ejecutivo entendieron que, aunque “no había motivos para pedir su renuncia”, Uribe se encontraba en una situación insostenible, ante la división en la entidad, y por eso terminó insistiendo en su dimisión.
“El ambiente era tenso. De una manera u otra manera era muy difícil para él tener a de la junta respirándole en la nuca”, afirmó un empresario que hace parte del máximo organismo de dirección de la Cámara y que pidió reserva del nombre.
Otro directivo que también pidió no ser identificado calificó el informe de gestión del presidente ejecutivo como “grandioso” y dijo que Uribe, como todo un caballero, dio un paso al costado (…) ¿Qué se hace ante la determinación de la libre voluntad de un funcionario que dice me voy?”.
Y es que el respaldo al presidente ejecutivo se fue reduciendo hasta que prácticamente las cuentas quedaron equilibradas. En un principio solo los cuatro delegados del Gobierno Nacional apoyaban la salida de Uribe, pero luego al menos dos más se plegaron a ese grupo. Así, las cuentas indicarían que, por ahora, hay un empate.
Como lo había advertido a este diario uno de los máximos directivos del gremio que representa al empresariado bogotano y cundinamarqués, la renuncia de Nicolás Uribe se veía venir si desde la junta empezaban no dejarlo trabajar.
Esto era lo que estaba pasando, según lo insinuó el mismo Uribe en un En Vivo con ELTIEMPO.COM. “Una junta dividida, aunque haya un bloqueo material para sacar a un presidente, no es lo que conviene a los intereses de la ciudad ni de la propia Cámara de Comercio”, señaló Uribe.
Incluso, cabe recordar que al presidente le tuvieron reemplazo. Estuvo sonando el nombre de Ovidio Claros, el polémico político, excontralor de Bogotá y exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura.
Claros es esposo de la representante a la Cámara por Bogotá Olga Lucía Velásquez (que hace parte de la Comisión Tercera), quien retornó a la corporación el año pasado en la fórmula con la senadora de Angélica Lozano.
La designación de este político no prosperó en ese momento, pero ahora no se descarta que vuelva a tomar fuerza, aunque es posible que aparezcan otros nombres.
Mientras empiezan a aparecer candidatos con el perfil, el reemplazo es Ricardo Nates Escallón, el actual vicepresidente ejecutivo, como lo indican los estatutos de la junta.
“Ese nombre (Ovidio Claros) nunca ha estado en la junta como un posible reemplazo. Tal vez se dieron cuenta (los de la junta que no lo apoyaban) que no tenía viabilidad mientras no se creara la vacante”, comentó otro directivo que tampoco estaba de acuerdo con la salida del presidente y que destaca su gestión.
Cabe recordar que días después de que se conociera que desde la Casa de Nariño se estaba promoviendo su salida, el saliente presidente ejecutivo puso su cargo a disposición.
Sin embargo, su salida no era posible mientras Uribe siguiera al frente de la Federación Internacional de Cámaras de Comercio, una representación relevante que había logrado el país y que ahora ya no se tiene.
Uribe estuvo en los últimos días en un encuentro mundial de ese organismo en Ginebra y al regresar a Colombia, el martes anterior, insistió ante la junta en dejar el cargo.
Y si bien la salida de Nicolás Uribe de la Cámara de Comercio fue propiciada desde la Casa de Nariño, varios de los empresarios de la junta directiva le dijeron a este diario que esperaban que se mantenga la tradición de la designación del presidente por consenso y no por mayorías.
El caso es que después de tres años y medio en la presidencia ejecutiva, Nicolás Uribe, deja desde este viernes la representación del empresariado bogotano y de la región, y su reemplazo podría salir en una junta. Hasta ahora se cree que puede ser convocada dentro de un mes, pero no se descarta que a última hora se cite a una extraordinaria.
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