El pequeño alimento que mejora la salud del corazón, el hígado y los huesos al mismo tiempo
Las grasas insaturadas presentes en estas semillas, como el ácido oleico, reducen el colesterol malo (LDL) y aumentan el bueno (HDL), reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
Entre sus propiedades, se le atribuye un gran poder antiinflamatorio. Foto: iStock
Las maravillas de la naturaleza nos ofrecen productos diminutos pero repletos de beneficios. Entre estos alimentos se encuentran las semillas de sésamo, que, a pesar de su tamaño reducido, contienen un arsenal de nutrientes capaces de mejorar diferentes aspectos de nuestra salud.
Las semillas de sésamo son ricas en proteínas, grasas insaturadas y fibra, además de aportar minerales esenciales como el calcio, el hierro y el magnesio. Estos nutrientes han sido aprovechados por civilizaciones antiguas, como la egipcia y la persa, quienes las consideraban tanto un alimento como un recurso medicinal. Entre sus beneficios más destacados se encuentran la mejora de la salud cardiovascular, el fortalecimiento de los huesos y el soporte a la digestión.
Sin embargo, no es solo su valor nutricional lo que hace especiales a estas semillas. Las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del sésamo lo convierten en un aliado en la prevención de enfermedades crónicas, ofreciendo una protección adicional a quienes lo consumen regularmente.
Las semillas de sésamo son ricas en proteínas, grasas insaturadas y fibra. Foto:iStock
Uno de los compuestos más valiosos presentes en el sésamo es la sesamina, que ha sido objeto de diversos estudios por su capacidad para proteger el hígado. Según un artículo en Nutrients, “la sesamina tiene propiedades antifibróticas que ayudan a preservar la salud hepática”, lo cual es fundamental para prevenir enfermedades graves en este órgano. Al reducir la inflamación crónica, esta sustancia actúa como una defensa natural para el hígado.
El corazón también puede beneficiarse del consumo de sésamo. Investigaciones publicadas en el Journal of Clinical Lipidology destacan que las grasas insaturadas, como el ácido oleico presente en estas semillas, contribuyen a disminuir el colesterol LDL y aumentar el HDL, lo que a su vez reduce el riesgo de enfermedades coronarias.
Fortalece los huesos y regula el azúcar en sangre
El consumo habitual de sésamo no solo fortalece el corazón y el hígado, sino que también juega un papel importante en el fortalecimiento de los huesos. El calcio que contienen estas semillas es una alternativa excelente para quienes buscan diversificar sus fuentes de este mineral.
Las semillas de sésamo pueden ayudar a mejorar la densidad ósea, siendo especialmente recomendadas para prevenir la osteoporosis en mujeres después de la menopausia.
En cuanto al control del azúcar en sangre, el magnesio presente en el sésamo también aporta beneficios. Un artículo del los Institutos Nacionales de Salud (NIH) señala que “el magnesio contribuye a la regulación de la glucosa”, lo que convierte a las semillas de sésamo en una opción ideal para personas que buscan mantener niveles de azúcar equilibrados.
Uno de los compuestos más valiosos presentes en el sésamo es la sesamina. Foto:iStock
¿Cómo incluir el sésamo en la dieta diaria?
El sésamo es increíblemente versátil y puede incluirse en una amplia variedad de comidas sin modificar su sabor. Es común verlo en panes, galletas o como un complemento crujiente en ensaladas. Además, en la cocina asiática, el aceite de sésamo es un ingrediente fundamental que añade un sabor intenso a diversos platos.
Otro producto derivado del sésamo es el tahini, una pasta que se utiliza como base para platillos como el hummus, conservando todas las propiedades nutricionales de las semillas. Aunque su consumo resulta beneficioso, siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de hacer cambios en la dieta.
Es importante que tenga en cuenta que, antes de incorporar cualquier alimento a la dieta, es fundamental consultar a un profesional de la salud. Un especialista podrá evaluar las necesidades individuales, posibles alergias o interacciones con otros alimentos o medicamentos, garantizando que los cambios en la alimentación sean seguros y beneficiosos para el bienestar general.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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