Muchos se preguntarán desde cuando existen y cómo se hacen los masmelos, un tipo de dulce que generalmente está hecho de azúcar, agua y gelatina batida, de consistencia blanda, recubierta con almidón de maíz. Aunque no se sabe con exactitud cuando los inventaron, se puede decir que su historia comienza en los años 2.000 antes de Cristo.
La palabra 'malvavisco', como también son conocidos los masmelos, proviene de las especies de plantas de malva (Althaea officinalis), hierba nativa que crece en Europa, África del Norte y Asia, típica de los pantanos y áreas húmedas. El tallo y las hojas de la planta son carnosas y su flor blanca tiene cinco pétalos.
La historia cuenta que los antiguos egipcios fueron los primeros en fabricar masmelos, en los años 2.000 antes de Cristo, y su consumo era un privilegio estrictamente reservado para los dioses y la realeza.
Según cuentan, los primeros masmelos se prepararon hirviendo pedazos de pulpa de la raíz con miel, y una vez espesada, la mezcla se filtraba y se enfriaba.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX, pasteleros ses lograron un producto novedoso, al que llamaron 'pâte de Guimauve'; era un postre suave y esponjoso hecho a partir de raíces secas de malva batidas con azúcar, agua y claras de huevo, que era vendido en forma de barra.
Ya a finales de 1.940 hubo proceso más moderno para hacerlos del pastelero grecoestadounidense Alex Doumak. Y, 1.956 el proceso de la mezcla cambió un poco ya que la mezcla se bombeaba a través de cabezales de extrusión con numerosos puertos alineados uno al lado del otro que forman 'cuerdas' continuas de malvavisco.
Eso, permitió que los masmelos se fabricaran de forma totalmente automatizada y además brinda la típica forma cilíndrica actual. Para hacer malvaviscos en grandes cantidades, los pasteleros industriales mezclan agua, azúcar y jarabe de maíz que luego se calientan y cocinan a una temperatura precisa.
EL TIEMPO
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