Colombia, con paso imponente en el Mundial femenino: derrotó a México, pasó de primera del grupo y se alista para jugar octavos en Cali

Colombia, Colombia, Colombia... el país grita con fervor, porque la Selección Femenina ilusiona, entusiasma. Pueda ser que a veces se enrede o que su juego no fluya, pero este equipo siempre tiene un arma escondida. Ahora le ganó a México 1-0 en Medellín, con un gol de Mary Álvarez, quien llegó desde la defensa para hacer la tarea de delantera, y eso fue suficiente para ganar, clasificar primera del grupo A e irse para Cali a jugar los octavos de final del Mundial Sub-20. 

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Era un partido de imprecisión, partido en el que nada salía, dos toques y la pelota regalada, sin una idea buena, sin una genialidad. Colombia parecía en el arranque otro equipo. ¿Acaso era la comodidad de la clasificación previa o era porque el cupo ya estaba asegurado a octavos? El público paisa que llegó al Atanasio Girardot esperaba esa gota de luz, ese brillo que esta selección tiene guardado. Pero los minutos pasaban y el partido no emocionaba a nadie. 

México se paró bien. Y fue una mexicana la que metió el primer susto, Paola García, con un cabezazo que mandó la pelota a un palo, demasiado cerca, mientras la portera Luisa Agudelo miraba su lento andar hacia ese poste, y respiró cuando fue hacia afuera.

Colombia era una desconexión. Linda Caicedo estaba sin chispa y si ella se apaga hay racionamiento en todo el equipo. Gabriela Rodríguez iba y venía buscando hacer la pausa necesaria, aportar sus ideas, un buen pase, pero no aparecía, no le llegaba el balón. Yésica Muñoz, que se ganó el puesto de titular tras su gol contra Camerún, libraba una lucha solitaria, pegada a su línea derecha, sin poder salir de allí. Ni el juego aéreo ni el juego rastrero funcionaban. Pero el público esperaba, animando, coreando, esperando con entusiasmo el momento de la alegría. 

Con Colombia nunca se sabe. Este equipo está lleno de armas secretas. Si el juego no fluye, algo se inventan, algo de lo que han trabajado. Fue cuando llegó un tiro de esquina. Natalia Hernández cobró al primer palo, en al área se libraban las más duras batallas, pero las mexicanas, quizá buscando a Linda o a Yésica se olvidaron de Mari Álvarez, la central, que llegó a territorio rival sigilosa, sin hacerse notar, como caminando de puntillas, se miró con Natalia, se entendieron en un diálogo de ojos, vio la pelota en caída libre, corta, como inofensiva, pero era una pelota con veneno, a su encuentro fue Mari, se lanzó, hizo un movimiento acrobático lo suficientemente sutil para que la pelota cambiara de rumbo y se fuera hacia la portería, sin resistencia, y fue a descansar en la red al tiempo que el Atanasio Girardot se sintió vivo con el grito de gol que habían esperado por 38 minutos.

Colombia se quitó un peso de encima, porque aunque el empate le servía, quería otra victoria y salir de ese enredo en el que estaba en el partido. Luego vino un momento de tensión, de alarma, cuando México fue en busca del empate y en una pelota aérea la portera Luisa Agudelo chocó con su codo a la defensora Yunaira López, quien quedó tendida en el pasto y luego se marchó en ambulancia. El primer tiempo se acabó y en la Selección quedó esa doble sensación, la victoria y la angustia por la defensora.

En la segunda parte Colombia entró con otro ritmo, más decidida a imponer sus condiciones. Y México ya daba espacios. En una de esas la jugadora Maithe López, quien entró por Yunaira, fue derribada en el área. Penalti. Oportunidad para asegurar el partido. Linda Caicedo se paró frente a la pelota, el público gritaba “Linda, Linda, Linda...”. Pero Linda quiso acomodar mucho el balón y se le fue por fuera. “Linda, Linda, Linda”, siguió sonando en las tribunas para que la estrella no se apagara. El problema es que México se fue al ataque y casi empata cuando Alice Soto hizo temblar al arco con un remate al palo.

México luchó, intentó, no encontró el empate, y Colombia, con su juego letal, y con Mary Álvarez como protagonista, volvió a ganar. Jugará octavos en Cali contra una de las mejores terceras. Colombia crece. ilusiona y sueña en el Mundial femenino.  

PABLO ROMERO

Redactor de EL TIEMPO

@PabloRomeroET