Uno de los sectores más afectados por el parón económico que supuso el inicio de la pandemia del covid-19 fue el aéreo. Casi dos años y medio después, con las menores restricciones las personas vuelven a viajar y las aerolíneas esperan reducir sus pérdidas y volver a la rentabilidad en el 2023. El desafío será mantener los costos bajo control.
“Las personas están volando cada vez más y la carga está funcionando bien en un contexto de creciente incertidumbre económica. Es un momento para el optimismo a pesar de que hay desafíos en los costos, particularmente del combustible, y existen restricciones persistentes en algunos mercados clave”, aseguró Willie Walsh, director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata) en la 78 Asamblea General Anual del gremio del transporte aéreo que se celebra en Doha (Catar).
De momento, las pérdidas que prevé la industria para este año son de 9.700 millones de dólares, un pronóstico mejor a los 137.700 millones de dólares que perdieron las aerolíneas en el 2020, con el inicio de la crisis, y los 42.100 millones del año pasado.
Por regiones, el gremio proyecta incluso que en América del Norte se generará una ganancia de 8.800 millones de dólares este año. Al contrario, Asia-Pacífico será la más castigada, con pérdidas de hasta 8.900 millones de dólares y las de Europa serán de 3.900 millones de dólares.
En específico, la pérdida neta proyectada para América Latina es de 3.200 millones de dólares para este año, un mejor pronóstico que los 11.900 millones de dólares que se perdieron en el 2020 y los 6.900 millones de dólares del año pasado.
Con todo ello, la Iata estima que el tráfico de pasajeros a nivel mundial alcance el 83 por ciento de los niveles previos a la pandemia en este 2022. En concreto, de la región dice que los volúmen han tenido una sólida recuperación respaldados principalmente por los mercados nacionales. No obstante, destaca que las perspectivas financieras de algunas aerolíneas de América Latina siguen siendo frágiles.
Impacto del combustible
Todas estas mejores proyecciones se darán a pesar del aumento de los costos de la mano de obra y del combustible debido al alza de los precios internacionales del petróleo.
Con 192.000 millones de dólares, el combustible es el elemento de costo más grande de la industria este año. En total, se espera que las aerolíneas consuman 321.000 millones de litros de combustible en el 2022 en comparación con los 359.000 millones de litros consumidos en el 2019.
“A medida que la industria regrese a niveles más normales de producción y con los altos costos de combustible que probablemente se mantendrán por un tiempo, la rentabilidad dependerá del control continuo de los costos”, dijo Walsh.
Miedo a las restricciones
En medio de la recuperación de la industria aérea, las restricciones para viajar en algunos países son todavía una amenaza importante. Según el gremio, los gobiernos siguen dificultando innecesariamente los viajes por la cantidad de papeles y pruebas covid necesarias.
Ante ello, la Iata dijo que los gobiernos deben equilibrar las medidas de salud con los impactos económicos y sociales de los países.
“Es vital restaurar la confianza pública en el manejo gubernamental de las crisis de salud y las restricciones fronterizas. Gran parte del daño no fue causado por el miedo al virus, sino por el miedo a las restricciones fronterizas repentinas y arbitrarias impuestas por las autoridades”, dijo Conrad Clifford, director general adjunto de Iata.
Para el CEO de Qatar Airways Group, Akbar Al Baker, el tráfico está en alrededor del 60 por ciento de los niveles de 2019 y, por el momento, dice que no están fuera de peligro. “No sabemos qué pasará en el futuro. Podría haber otra variante o un país con tasas de infección extremadamente altas, como hemos visto en China. Hasta que la gente tenga confianza en que el virus no tendrá el impacto que tuvo hace dos años, la industria no se recuperará por completo”, resaltó.
En el 2019, la aviación generó casi 40 millones de puestos de trabajo en todo el mundo y contribuyó con 3,5 billones de pesos del PIB mundial.