La salud ósea es importante para el bienestar general a lo largo de la vida. Si bien la densidad y la fuerza de los huesos alcanzan su punto máximo en los 30 años, es en esta etapa cuando comienza un proceso lento pero inevitable de pérdida ósea.
Según OrthoInfo , medio de información sobre afecciones y lesiones musculoesqueléticas, se trata de un mineral esencial para la formación y el mantenimiento de huesos y dientes fuertes.
A medida que envejece, su cuerpo continúa realizando un proceso llamado remodelación ósea, en el que el hueso viejo se reemplaza por uno nuevo. Sin embargo, este proceso se ralentiza con el tiempo.
Durante su juventud, el cuerpo crea hueso más rápidamente, pero al llegar a los 30 años, este proceso se desacelera. El calcio es fundamental para que este reemplazo de hueso ocurra de manera efectiva. Si no se consume suficiente calcio, el cuerpo comienza a extraerlo de los huesos, debilitándose gradualmente.
Si deja de tomar calcio después de los 30 años, sus huesos pueden empezar a perder densidad ósea. Esto puede llevar a una condición conocida como osteoporosis, que es una enfermedad en la que los huesos se vuelven más delgados, frágiles y propensos a fracturas.
Si bien la pérdida ósea no es algo inmediato, el daño puede acumularse con el tiempo. A medida que disminuye la densidad ósea, sus huesos se vuelven más vulnerables a lesiones, y las fracturas pueden ocurrir más fácilmente, especialmente en áreas como la muñeca, la cadera y la columna vertebral.
Algunos alimentos con calcio Foto:iStock
Por este motivo, según el citado portal, es importante comprender que los huesos no dejan de ser activos una vez que se alcanza la masa ósea máxima. A lo largo de la vida, los huesos siguen siendo remodelados, pero este proceso es más eficiente cuando se cuenta con los nutrientes adecuados.
Si bien alcanzan su mayor densidad en la juventud, es posible mantener una salud ósea adecuada a medida que envejece mediante una dieta balanceada que incluya suficiente calcio y vitamina D. Dejar de consumir calcio después de los 30 años puede acelerar la pérdida de masa ósea y aumentar el riesgo de desarrollar osteoporosis.
Si no se toman medidas preventivas, la pérdida puede ser importante. A los 40 años, muchas personas comienzan a notar los efectos de la disminución de la densidad ósea.
Mantener una rutina de ejercicio regular, especialmente aquellos ejercicios que promuevan la carga sobre los huesos, como caminar, correr o levantar pesas, es clave para prevenir la pérdida ósea.
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