Un hallazgo histórico sacudió el ámbito de la arqueología y el arte en Grecia. En un monasterio situado en Egio, a unos 160 kilómetros al oeste de Atenas, un equipo de arqueólogos descubrió lo que se considera el único retrato original de Constantino XI Paleólogo, el último emperador del Imperio Romano de Oriente, también conocido como Bizancio.
Este descubrimiento fue realizado durante los trabajos de restauración del monasterio, bajo una capa de pintura de un mural, informó el Ministerio de Cultura griego este jueves 12 de diciembre.
Fue localizada bajo una capa de pintura de un mural de un monasterio en Egio. Foto:EFE/Ministerio De Cultura Griego
La imagen de Constantino XI, que reinó entre 1449 y 1453, revela la figura de un hombre maduro, adornado con las insignias imperiales que incluyen un cordón lujoso sobre una túnica de color claro y una corona incrustada con piedras preciosas. Destaca en su atuendo un manto púrpura bordado en oro y decorado con medallas grabadas con águilas bicéfalas y una corona, símbolos de la dinastía de los Paleólogos.
El Ministerio de Cultura fechó el retrato a mediados del siglo XV, unos años antes de la caída de Constantinopla y del Imperio en manos de los otomanos.
"No se trata de un retrato idealista, sino auténtico, que reproduce fielmente los rasgos fisionómicos del último emperador bizantino. Es una figura terrenal, un hombre maduro, de rostro delgado y rasgos individuales, que rezuma tranquilidad y cortesía", destacó el comunicado del ministerio.
La nota añadió que la imagen identifica inequívocamente a Constantino XI como una figura terrenal, un hombre maduro, de rostro delgado y rasgos individuales que rezuma tranquilidad y cortesía.
El retrato data de mediados del siglo XV, años antes de la caída de Constantinopla. Foto:EFE/MINISTERIO DE CULTURA GRIEGO
Constantino XI Paleólogo fue coronado emperador el 6 de enero de 1449 y, como señalan los historiadores, murió el 29 de mayo de 1453, defendiendo a Constantinopla del asedio otomano.
Su muerte marcó el fin del Imperio Bizantino, que había persistido como la continuación del Imperio Romano tras su división en el año 395. Aunque el Imperio de Occidente cayó en menos de cien años, el Imperio de Oriente perduró por mil años más, hasta la caída final bajo los otomanos.
Este retrato no solo es una ventana al pasado, sino que también representa un testimonio artístico y cultural invaluable de una era que definió en gran medida la historia y el legado del mundo antiguo y medieval.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de EFE, y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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