SEÚL — En un club nocturno en Seúl, la multitud vitoreó cuando Harim Choi tocó algunos de los éxitos más recientes del K-pop. Pero las canciones de hace una década, como las de 2NE1, parecían resonar de manera especial en los asistentes.
“Las canciones más antiguas nos remontan a una época en la que simplemente podíamos disfrutar de la música, cuando no teníamos que preocuparnos por el negocio detrás de todo”, dijo Choi, un DJ de 26 años.
En los últimos meses, una disputa corporativa involucrando a las principales compañías de K-pop ha cautivado a los fans acérrimos, los escuchas casuales, los artistas y las figuras de la industria por igual. Al centro estaba SM Entertainment, un pilar del K-pop cuya lista de artistas incluye a Girls’ Generation. Rondando había dos pretendientes: Hybe, la compañía detrás de BTS, y Kakao, un gigante tecnológico de Corea del Sur.
Ambas compañías veían la adquisición de SM Entertainment como una forma de expandirse en el extranjero.
Después de años de crecimiento en casa, el futuro del K-pop ahora radica en otra parte. Si bien el género tiene fans en todo el mundo, las ventas de los sellos discográficos más importantes del K-pop representan una porción minúscula del mercado mundial de la música.
Este esfuerzo ha entusiasmado a algunos fans coreanos, pero ha hecho que otros se sientan alienados, preguntándose: ¿Acaso el K-pop aún necesita los fans en casa?
Una señal de convulsión se produjo en febrero cuando SM Entertainment expulsó a su fundador, el productor Lee Soo-man, el padrino del K-pop, bajo acusaciones de irregularidades financieras. Lee, de 70 años, negó toda irregularidad y vendió parte de su participación en la empresa a Hybe, que se convirtió en el mayor accionista de SM Entertainment.
Al detectar la oportunidad de expandir su establo unos meses después de que BTS anunció un receso, Hybe tomó pasos para incrementar su propiedad en SM Entertainment, que tiene una gran base de fans en Japón y el sudeste asiático.
Pero SM Entertainment vio la oferta como hostil y en su lugar propuso un trato con Kakao, cuyas apps de mensajería y pago se han convertido en una infraestructura crucial en Corea del Sur, pero han tenido poco éxito en el extranjero.
Un acuerdo ayudaría a Kakao a establecer un punto de apoyo en el negocio del K-pop y le ofrecería la oportunidad de expandirse en el extranjero.
Hybe buscó una orden judicial para bloquear un acuerdo de SM Entertainment con Kakao, pero al final los bolsillos profundos de Kakao ganaron.
Para los fans, las maniobras fueron una muestra de cómo los motivos de lucro de las compañías imperaban sobre los intereses de los artistas y partidarios, con los intereses globales siendo prioridad.
“Es como si los artistas fueran piezas de ajedrez para ellos”, dijo Choi.
Por: JOHN YOON