El presidente Gustavo Petro se encuentra en San Andrés y se tiene previsto que estará la primera parte de este 20 de julio en la isla. El plan inicial era viajar el pasado 13 de julio para recibir desde allá el fallo de la Corte Internacional de Justicia por la demanda que interpuso Nicaragua en 2013, pero al final la visita se canceló y se decidió reprogramarla para este jueves.
El jefe de Estado llegó a la isla este 19 de julio y en la tarde se reunió con el 'raizal team', un grupo de raizales que fue consultado constantemente desde hace 10 años por el equipo de defensa de Colombia en el pleito con Nicaragua.
Su rol fue conocer y desarrollar las ideas de la comunidad raizal sobre los procesos, así como "realzar su presencia histórica en las áreas del Archipiélago y la enorme importancia que ha tenido como hábitat y como fundamento de su esencia cultural, social y económica", explica la Cancillería.
El mandatario se reunió con parte de este grupo y otros raizales. Esta comunidad ha reclamado que tras el fallo, es importante concentrarse en las necesidades económicas y sociales que tiene la isla, así como también el desafío de la negociación diplomática que se avecina con el país centroamericano que perdió su demanda contra Colombia.
Si bien la disputa con Nicaragua quedó cerrada en su aspecto jurídico, sigue sin resolverse cómo se cumplirá el fallo del 2012, que aunque reafirmó la soberanía nacional sobre el archipiélago de San Andrés, sí afectó unos 70.000 kilómetros de mar territorial colombiano.
Enn mapas oficiales aún no se enclavan los cayos Quitasueño y Serrana. Foto:Comisión Colombiana del Océano / Cancillería
“Ahora se deben definir las fronteras con el Caribe, que quedaron desdibujadas con el fallo de 2012, y comenzar a retomar la normalidad en San Andrés (...) El tema del diferendo nos ha cortado relación y cercanía con el Caribe y eso es lo que queremos recuperar”, asegura Harold Bush, politólogo raizal.
Para varios analistas, la negociación diplomática de límites es el paso a seguir, pero en este proceso ya no intervendrá La Haya, que ya sentó una posición definitiva e inapelable.
“Lo único que habría, y puede darse en esta discusión, es que Nicaragua solicite alguno de los recursos, aunque recordemos que aquí no hay apelaciones. Estos son fallos en última y única instancia”, explicó Carlos Enrique Arévalo, decano de la Facultad de Derecho de la Sabana.
En ese sentido, Colombia ha mantenido su posición de que una modificación de su territorio por el solo fallo del 2012 no es posible, por prohibición constitucional. De esta forma, la única ruta sería la de negociar un nuevo tratado con Managua, acuerdo que en todo caso deberá ser ratificado por el Congreso y avalado por la Corte Constitucional.
Dicha negociación no sería sencilla, pues las relaciones entre Bogotá y Managua pasan por momentos de tensión luego de que en febrero pasado el gobierno de Gustavo Petro condenó el destierro de cientos de presos políticos por parte del régimen de Daniel Ortega.
Pese a esto, los expertos coinciden en que es imperativo sentarse a dialogar, pues lo que está en juego es el futuro de los habitantes del archipiélago.
“Existen asuntos que requieren la cooperación entre los Estados para la garantía de los derechos de los raizales, especialmente en cuanto a los asuntos de pesca, la protección medioambiental y lucha contra la criminalidad transnacional”, recordó Carolina Olarte, coagente de Colombia en el caso.
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