Opinión

Historias del cosmos: Construir un futuro para las mujeres en la ciencia

Hoy es el décimo aniversario del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

El artículo en cuestión condujo a la OMS a interrumpir los ensayos clínicos de la hidroxicloroquina en varios países.

Según la Unesco, menos del 30 por ciento de los investigadores en el mundo son mujeres. Foto: istockphoto

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Hoy es el décimo aniversario del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha establecida por la ONU para reconocer y promover el papel crucial de las mujeres y las niñas en el ámbito científico.
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Este mismo año también se conmemora el 30º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un marco global histórico para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Estos dos hitos hacen un llamado a reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos que aún persisten en la lucha por la equidad de género en la ciencia.
En la última década, hemos visto avances significativos en la inclusión de mujeres y niñas en la ciencia. Cada vez más mujeres ocupan puestos de liderazgo en laboratorios, universidades y organizaciones científicas, y programas específicos han fomentado el interés de las niñas en disciplinas como la física, la ingeniería y la tecnología.
Sin embargo, los datos siguen siendo preocupantes. Según la Unesco, menos del 30 por ciento de los investigadores en el mundo son mujeres, y en campos como la inteligencia artificial y la ingeniería, la brecha de género es aún más pronunciada.
Las barreras que enfrentan las mujeres y las niñas en la ciencia no son nuevas. Desde la falta de a educación científica de calidad hasta los estereotipos de género que desalientan su participación, estos obstáculos han persistido durante siglos.
Jeanne Dumée, la astrónoma sa del siglo XVII que defendió el modelo heliocéntrico, es un ejemplo emblemático de cómo las mujeres han tenido que luchar contra prejuicios sistémicos para hacer oír su voz en el mundo científico. En la dedicatoria de su libro donde daba argumentos en torno a los movimientos de la Tierra y el modelo copernicano escribió: “Estoy de acuerdo en que me he dejado atrapar por la ambición de trabajar en temas en los que las mujeres de mi época aún no han pensado, e incluso por hacerles saber que no son incapaces de estudiar, si quisieran molestarse en hacerlo, ya que entre el cerebro de una mujer y el de un hombre no hay ninguna diferencia”.

Pocas mujeres se inclinan por las carreras afines a la ciencia. Foto:iStock

Su historia nos recuerda que, aunque el camino ha sido largo, la determinación y el talento de las mujeres siempre han estado presentes, incluso cuando no se les ha reconocido como merecen y han sido relegadas al olvido.
Para cerrar la brecha de género en la ciencia, es necesario abordar los desafíos desde múltiples frentes.
Desde una edad temprana, las niñas deben ser animadas a explorar su interés por la ciencia y la tecnología. Esto implica desafiar los estereotipos que asocian ciertas carreras con un género específico y mostrar a las niñas que no hay límites para lo que pueden lograr.
Las mujeres científicas, tanto históricas como contemporáneas, deben ser visibilizadas para inspirar a las nuevas generaciones. Figuras como Jeanne Dumée, Marie Curie o Katherine Johnson, entre muchas otras, son ejemplos de perseverancia y éxito en un campo históricamente dominado por hombres.
Del mismo modo, innumerables investigadoras locales han desafiado barreras y dejado huella en la ciencia, demostrando que el talento y la determinación trascienden fronteras.
Los programas de mentoría son también esenciales para garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades de crecimiento y liderazgo que sus colegas masculinos.
Fomentar su participación no solo es una cuestión de equidad, sino también un impulso para la innovación y el progreso. La ciencia y la tecnología, como pilares fundamentales del desarrollo sostenible, requieren la diversidad de perspectivas para abordar desafíos globales como el cambio climático y la salud pública. No podemos permitirnos perder el talento y la creatividad de la mitad de la población.
SANTIAGO VARGAS
Ph. D. en Astrofísica
Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional

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