Jamaica: el destino que duplicó visitantes y es un ‘boom’ turístico

Montego Bay muestra un Caribe exótico para deleitarse con sus aguas cristalinas y paisaje montañoso.

Complejo turístico en playa caribeña situada al noroeste de Jamaica. Foto: iStock

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El atardecer en Montego Bay, situado en la costa noroeste de Jamaica, es un ritual que nadie se pierde. Un momento preciso de calma, de contemplación, de pausa, donde se llenan los bares con vista panorámica a esa pantalla gigante que es el horizonte del mar Caribe para esperar, sobre las 18:30, esos minutos mágicos. También salen catamaranes desde diferentes puntos para ver la puesta del sol en medio del mar. Tan simple como atractivo.
La primera impresión que se tiene cuando se pone un pie en la isla del no problem es tal como indica el imaginario: la playlist con los hits del reggae sonando a toda hora; Bob Marley, héroe nacional omnipresente en carteles, grafitis y hasta en tragos en su honor; playas de arenas blancas, inigualables; un mar turquesa y cálido y un verano eterno que sumerge a los viajeros en un auténtico estado de bienestar.
Con los días, se descubre el interior más profundo, selvático, montañoso, rústico, colmado de cascadas y ríos ocultos entre la vegetación. La población ciento por ciento afro habla un inglés que cuesta descifrar, pero que se vuelve cada vez más amigable.
Las rutas que atraviesan la isla son difíciles, por lo que no es buena idea alquilar un auto. Se maneja por la derecha, por caminos generalmente angostos, serpenteantes, donde en muchos tramos el conductor deberá imaginar cuál es el carril de ida y cuál el de vuelta. Es un Caribe exótico para personas que están más acostumbradas a las playas de México, República Dominicana y Cuba.

Martha Brae River en Falmouth, Jamaica. Foto:iStock

La buscada costa norte

La Jamaica más visitada está en la costa norte, entre Ocho Ríos y Negril, donde se accede por el aeropuerto de Montego Bay, que podría definirse como la capital turística de esta isla que reposa justo al sur de Cuba.
Kingston, la capital jamaiquina en el sur, suele quedarse por fuera del itinerario de los visitantes, sin que se lamente demasiado su ausencia, más allá de los fanáticos de Bob Marley que peregrinan a su museo o del impresionante aeropuerto en una península súper angosta donde la pista de aterrizaje calza justo.
El corredor norte está colonizado por hoteles all inclusive de las principales cadenas, con propuestas familiares y también los resorts exclusivos para adultos, destino de lunas de miel y parejas.
Jamaica está viviendo un boom turístico. En comparación con 2019, el año pasado recibieron 120% más de visitantes, según explica Luciana Alonso, representante de la Secretaría de Turismo de Jamaica. Los visitantes principalmente son estadounidenses y canadienses, aunque también crece el mercado latinoamericano.
Alonso asegura que el movimiento turístico se intensificó, por la completa ausencia de sargazo, esa alga molesta que ensucia otras playas caribeñas y también por la buena infraestructura hotelera de la isla.
Aunque muchos viajeros se internan en los resorts en busca de playa, sol y diversión y no salen de su hotel hasta el día de su partida, vale la pena animarse a la aventura jamaiquina. Entrar en o con su gente, que al principio puede parecer fría, seca, para luego darse cuenta de que es solo la barrera cultural que se interpone. Espiar un país caribeño auténtico, que vive en buena medida del turismo pero que mantiene su cotidianidad sin maquillajes. Que convive sin problemas entre los lujos de los resorts, las casas precarias y los puestos callejeros que se ven a uno y otro lado de los caminos cuando se deja por un rato la vida del all inclusive.
Las salidas se pueden dividir en dos estilos bien marcados: las de playa y las de naturaleza - aventura. Las playeras incluyen navegación en catamarán para hacer snorkeling en las aguas cristalinas que abrazan a la isla y ver arrecifes y peces sin dificultades. Y, por supuesto, amenizar con música, baile y tragos. También visitar las arenas de Seven Mile Beach, en Negril, una de las playas extensas más conocidas de la isla y frecuentada por muchos jamaiquinos, con bares como el conocido Margaritaville Negril y vendedores ambulantes.
Merecen dedicarles una tarde a los bares de playa y muchas veces se combinan con otras excursiones. Son ideales para disfrutar de día y esperar el atardecer con buena música. Cuando el sol se oculta, en cinco minutos se vacían, como un teatro cuando termina su función. El más conocido y que presume tener el mejor atardecer jamaiquino es el Rick’s Cafe, en lo alto de un acantilado.
Si el mar es la cara más visible, la zona montañosa en el corazón a descubrir, con ríos que bajan de las montañas y forman cascadas ideales para conocer y refrescarse. Las más conocidas son las Dunn’s River Falls, cerca de Ocho Ríos, que se desparraman como una gran escalinata. Se puede escalar entre las rocas y el agua, siempre con zapatillas que tengan buen agarre, y tirarse por toboganes naturales hacia pequeñas lagunas. Pero hay otras, como las Benta River Falls, menos visitadas, que proponen un circuito entre saltos y pozos, con “tratamientos” que imitan a los de un spa. Y para finalizar, la posibilidad de untarse el cuerpo con piedra caliza, que se derrite con el agua y que exfolia y suaviza la piel.
También hay varios parques de aventura para hacer tirolesa con vista al mar, circuitos en cuatrimotos para embarrarse hasta las orejas, cabalgatas y toboganes acuáticos.
“La belleza jamaiquina es muy natural, a diferencia de otros lugares del Caribe. La cultura es muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Al principio parecen rudos, porque responden seco, pero poco a poco te hacen sentir como en casa”, cuenta la argentina Noelia Verón, que hace casi un año vive en la isla.
En Jamaica impresiona el nacionalismo: los colores amarillo, verde y negro de la bandera son fuente de inspiración. Para asomarse a la vida más real, la llamada Hip Strip, la calle turística de Montego Bay, es una alternativa. La caminata clásica incluye la visita a Tracks & Records; el bar-museo de Usain Bolt, el campeón olímpico; las tiendas que venden productos típicos como ron y café. Y, al final del día, llegar al bar Margaritaville antes de que se esconda el sol y coleccionar un nuevo atardecer.
ANDREA VENTURA
LA NACIÓN (ARGENTINA) - GDA

Lo que debe saber para ir a Montego Bay

Para llegar a esta parte de la isla, Copa Airlines ofrece desde Bogotá cuatro vuelos semanales, con escala en Panamá, a Montego Bay, el sector más turístico de Jamaica. Los precios rondan los US$ 600, ida y vuelta. También podrá encontrar otras opciones como las de American Airlines, que tienen escala en Miami. En cuanto al alojamiento, podrá encontrar varios hoteles con la modalidad todo incluido desde $250 hasta $600 USD la noche.

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