Si se lee rápidamente el titular, seguramente usted podría pensar que es confuso, pero si lo lee de nuevo y despació encontrará que tiene más sentido.
La palabra oído aparece con sus dos significados. Primero como sentido y segundo como órgano . Es simple. Todos conocen la palabra pero no todos han oído hablar del oído.
Cuando un bebé nace, papá, mamá y familiares cercanos dan bendiciones, pues tiene dos ojos, luego podrá ver; nariz, luego podrá oler; boca y lengua, luego hablará; dos manos dos piernas, luego caminará y se moverá; cuentan dos orejas, luego oirá también.
Sin embargo, no siempre es así. Por diversos hechos de la naturaleza nacer con los órganos que corresponden a una determinada función o sentido humano no garantiza que ésto se cumpla. Así, nacer con dos orejas no asegura el preciado sentido de la audición y conservarlas en su lugar en ambos lados de la cabeza hasta que llegue la muerte, tampoco.
El sentido auditivo se da gracias al órgano de la audición el oído , que comprende diversas estructuras de las que solo una es visible y manipulable a simple vista por cualquier persona, la oreja.
Entorchada protuberancia lateral de la cabeza que en algunas personas es más visible que en otras; fuente estética en las mujeres y de apodos juveniles en los hombres.
Prevención
Entonces, mal piensa quien cree que dos orejas es todo lo que se necesita para oír. Para quienes poseemos este sentido de innegable valor no tiene mayor misterio. Oímos lo que queremos y también lo que no, simplemente lo hacemos y ya. Tal vez porque nunca hemos experimentado vivir en un silencio absoluto y nuestra inquitud por saberlo tampoco va más allá.
Intente usted por un momento en su vida no escuchar la música, el sonido de las olas del mar, la lluvia, la voz de los amigos, los gritos de los niños, el bullicio de la gente, la radio, el televisor y lo que es peor, no escuchar su propia voz. Lo disfruto?. Con seguridad que no.
Cómo podría usted sentirse que un día cualquiera amaneciera sin escuchar, a pesar de acariciar sus dos preciadas orejas y encuentra que allí están intactas, tal como lo están las de los bebés que han nacido sin poder oír, las de los niños que a los siete años ya no escuchan más y la de los adultos que sin saberlo están perdiendo su audición.
A decir verdad para cada caso son diferentes las causas, pero sobre todo surge el mismo interrogante: cuántos de estos casos se pudieron evitar, cuántos se pudieron prevenir?.
Si todos oímos hablar del oído, sabremos como mantener nuestra salud auditiva si se manejan medidas preventivas a tiempo. El oído es un órgano como cualquier otro del cuerpo, tan importante como los demás. Requiere cuidados especiales pues sufre enfermedades tanto leves como severas que pueden dar como consecuencia una pérdida en la capacidad auditiva, hasta la pérdida total del sentido de la audición.