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Barras bravas: estos son los territorios dominados por hinchas en Bogotá
Expertos explican que algunos grupos podrían estar infiltrados por la venta de droga y las armas.
Ataques violentas de parte de de ambos equipos se vivieron anoche en el partido Santa Fe-Nacional. Foto: Archivo El TIEMPO
Cada vez que el estadio El Campín es el escenario de un juego entre dos equipos de fútbol, hay una gran probabilidad de que el encuentro pase de la cancha a las calles y estas se conviertan en un escenario violento.
La semana pasada, durante el partido que disputaron los combinados de Millonarios y del Deportivo Independiente Medellín (DIM), una batalla campal se desencadenó en la avenida NQS, que pasa por enfrente del estadio. Allí, un grupo de aficionados del equipo azul arremetió contra uno de los buses que transportaba a los hinchas del DIM.
Este episodio recuerda al ocurrido en abril de 2022, cuando, armados con machetes, hinchas de diferentes barras bravas de Nacional se enfrentaron en la variante Cota-Chía. Allí, un hombre fue apuñalado por otros 15 ‘compañeros’ y más de una decena resultaron heridos.
Las barras bravas se han asentado en zonas de la ciudad donde han formado una suerte de identidad
Este tipo de hechos ha puesto en el radar de las autoridades, desde hace varios años, la problemática de las barras bravas, su focalizada presencia en algunas localidades de la ciudad y el efecto en la seguridad que tiene la visita de aficionados de otros grupos a la capital del país.
De acuerdo con información recopilada por EL TIEMPO, la Secretaría de Gobierno y un estudio de la Universidad Central sobre estos grupos, en Bogotá hay siete barras bravas oficiales de los equipos Millonarios, Santa Fe, América y Nacional. Sin embargo, el número se puede duplicar cuando se tienen en cuenta las barras tradicionales de cada escuadra.
Blu Rain, Comando Izquierda, Comando Derecha, La Guardia Albirroja Sur, Los del Sur, Nación Verdolaga y Disturbio Rojo Bogotá conforman los siete grupos que resguardan a la afición y marcan territorios. Cada una de estas organizaciones, legítimamente reconocidas, puede tener entre 50 y 60 ‘parches’ internos, entre los que también existen diferencias y disputas por el control de los territorios.
Hinchas de la barra brava de Santa Fe, corean frente a la Federación Colombiana de Fútbol. Foto:César Melgarejo/ CEET
Barras en la ciudad
De acuerdo con Andrés Nieto, exsubsecretario de Seguridad de Bogotá y docente de la Universidad Central, aunque en todas las localidades hay presencia de barras bravas, son nueve donde existe más concentración de los denominados parches que, a su vez, marcan fronteras invisibles entre los territorios y los grupos de aficionados.
“Durante los últimos 10 años se han identificado cerca de 15 barras que se han conformado de forma espontánea por la fusión o la división de algunas más grandes, pero reconocidas tenemos siete. Lo que es cierto es que estas se han asentado en zonas de la ciudad donde han formado una suerte de identidad que los lleva a defender ese estilo de vida que han creado”, explicó Nieto.
Algunas personas, externas a las barras, han visto una oportunidad para impulsar el delito
De acuerdo con esto, los expertos dicen que el principal foco de ubicación de estos grupos está en el occidente: Bosa, Engativá, Kennedy, Fontibón Puente Aranda, Teusaquillo, Chapinero, Rafael Uribe Uribe y San Cristóbal. “En esas zonas, las identidades entran en confrontación porque son un estilo de vida y algunas personas, externas a las barras, han visto una oportunidad para impulsar el delito o para poder meter poco a poco la distribución de armas y drogas, lo que ha generado un conflicto interno que se decanta en violencia”.
Y es que, por ejemplo, habitantes de Kennedy han denunciado que desde el año pasado facciones de los ‘parches’ de Millonarios y Santa Fe se enfrentan en parques y plazoletas “a machete y piedra por mantener el control de barrios y las cuadras”.
Lo mismo ha venido ocurriendo con los tenderos del sector de Galerías, que señalan: “Tener el negocio abierto en horario de partido es aterrador. Los azules no pueden ver un rojo (y viceversa) por que entran robar, los golpean y les sacan cuchillos. A los tenderos nos amenazan por venderles a los unos y a los otros”.
Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, asegura que el tema de las barras bravas se ha convertido en un asunto de seguridad ciudadana y de orden público que tiene que ser atendido.
Felipe Jiménez explicó que vienen trabajando hace meses en un plan piloto con las barras. Foto:Secretaría de Gobierno de Bogotá
Justamente, el experto mencionó que la imposición de fronteras dentro de los barrios o incluso dentro de las ciudades ha generado casos de homicidio, extorsión y hasta desplazamiento urbano.
“Esto se suma al hecho de que no existe en el país una estrategia para dar con los responsables de este tipo de delitos que se ponen una camiseta y se hacen pasar por barristas”.
El conflicto entre las barras es más profundo cuando se evidencia que hay sectores, entre las localidades ya mencionadas, que se rigen por una regla de ‘exclusividad’. Allí no se ite ningún aficionado o barrista de otro equipo, porque son zonas conquistados por determinado grupo que marca con grafitis los terrenos de su jurisdicción.
No obstante, hay quienes tienen miradas más serenas sobre las barras bravas en Bogotá. Andrés Dávila Ladrón de Guevara, doctor en Ciencias Sociales y docente de la Universidad Javeriana, dice que no solo es un tema de vándalos y que, por el contrario, varias de las agrupaciones son organizaciones conformadas que tienen un componente social grande.
“Hay que entender realmente el contexto de qué es lo que pasa, pero ojo, eso no quiere decir que se puedan justificar los episodios de violencia irracional. Es fundamental erradicar la idea de que acabar con las barras es la mejor opción y entender las dinámicas comunitarias de estas”, explicó Dávila.
Cifras de las barras
Aunque cada que hay un encuentro clásico en el estadio El Campín el panorama de la seguridad parece complicarse, lo cierto es que los datos han demostrado que entre 2010 y 2022 se presentó una disminución mensual promedio de muertes por enfrentamientos entre hinchas del 62 por ciento. “Se puede deber a la normativa de las comisiones de seguridad en el fútbol de 2010”, explicó Nieto.
Sin embargo, los últimos registros disponibles del Instituto de Medicina Legal y de la Policía Nacional reflejan que entre 2008 y 2021 se reportaron 166 muertes relacionadas con hechos de violencia entre barras bravas, lo que quiere decir que al menos una persona al mes muere en estos escenarios a nivel nacional.
Finalmente, si se revisan los últimos datos disponibles del ‘Diagnóstico sobre participación juvenil en Bogotá’, hasta 2019, se puede evidenciar que hubo una disminución de los incidentes de violencia asociados a barras futboleras reportados a través de la línea Nuse 123. Por ejemplo, en Suba, la reducción fue del 96 por ciento; en Antonio Nariño, del 55; Barrios Unidos, del 72; Bosa, del 90, y Engativá, del 45 por ciento.