La Fiscalía General de la Nación presentó ante un juez de control de garantías a Néstor Coutin Roykovich, un médico especialista que habría abusado de una de sus pacientes, de 26 años, en una clínica de la localidad de Suba, en el noroccidente de Bogotá.
De acuerdo con la información entregada por la Fiscalía, los elementos de prueba dan cuenta de que la víctima, quien padece de diversas discapacidades, llegó al lugar a cumplir una cita, el pasado 21 de enero. Al parecer, esta situación fue aprovechada por el médico para agredirla sexualmente. En ese sentido, un fiscal de la Seccional Bogotá imputó a Néstor Coutin Roykovich el delito de carnal abusivo con incapaz de resistir.
Aunque el acusado no aceptó los cargos, la juez determinó que deberá cumplir medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario pues esta clasificado como una persona que representa un peligro para la sociedad.
De acuerdo la información recopilada por EL TIEMPO sobre este caso, y como se había denunciado desde el 28 de abril, la víctima es una mujer de 26 años y madre cabeza de familia que a raíz de su condición médica tuvo que ser internada en la clínica Fray Bartolomé de las Casas. "Ella es sorda, tiene un retardo mental muy leve y además sufre de epilepsia. Pero es una niña muy clara, que estudia en un colegio especializado y que ha salido adelante”, así lo señaló la madre de la mujer presuntamente abusada.
A raíz de su situación, dice la madres, la joven, a veces, ha tenido episodios de depresión y de ansiedad. “Para el 21 de diciembre ella entró en una crisis. Lloraba mucho y manifestaba mucha tristeza. Entonces como familia pensamos que lo mejor era que estuviera en manos de expertos”.
Bajo el complejo panorama, la joven fue internada en esa clínica el 28 de diciembre de 2021. A partir de ese día la vida cambió por completo para la joven de 26 años que por 20 días estuvo allí recluida y donde su supuesto agresor la violó y violento aprovechándose de su condición.-
El médico tratante, cuenta la víctima, entró a su habitación y la comenzó a tocar. “Pero como mi hija es grande, ella se intentó defender, resistirse a lo que ese tipo le quería hacer”, contó Alexandra.
Ante la reacción de la joven, dice que el médico la golpeó en la nariz, la cabeza, le dio puños en la espalda y en su cadera. “Por eso mi hija sentía tanto dolor en su cuerpo”. Luego, el galeno la metió a la fuerza al baño, le metió un trapo untado de algún líquido en la boca y la ultrajó. “Ese tipo es un salvaje. No me puedo imaginar el dolor que sintió mi hija, sin poderse defender”.
Al día siguiente ella trataba como podía de contarles todo a las enfermeras pero, como el hospital carece de intérpretes, la tacharon de rebelde, la sujetaron y la sedaron para que dejara que gritar y llorar, cuenta su mamá.
REDACCIÓN BOGOTÁ CON INFORMACIÓN Y REPORTERÍA DE CAROL MALAVER.