Tras años de intentar hacer algo con un lote que adquirió hace 23 años en la localidad de Usaquén en Bogotá, Carlos Vives decidió cederlo para la construcción de un museo.
Se trata del predio de aproximadamente 2.000 metros cuadrados aledaño a la estación del tren de Usaquén que incluía una casa antigua usada como residencia de los maquinistas del ferrocarril y que el cantante samario Carlos Vives había comprado en 1996 para construir una escuela de música local, pero por normativas nacionales no la pudo levantar.
"Poco tiempo después de la compra hubo un cambio en la normativa y el lote fue afectado, lo que impidió la explotación del mismo y no permitió ningún tipo de intervención, ni siquiera a la casa de los maquinistas que se estaba cayendo fue posible hacerle adecuaciones o arreglarla en todos estos años", señalaron desde la oficina de comunicaciones del artista.
Este lote finalmente fue donado por Vives a la Asociación de Ingenieros Ferroviarios de Colombia (AIFC), para montar allí un museo ferroviario, que muestre la historia de la evolución del tren en Colombia desde 1836 hasta nuestros días.
EL TIEMPO se comunicó con Maximiliano Tovar, presidente de la Asociación de Ingenieros Ferroviarios de Colombia quien señaló que ya firmaron las escrituras y están a la espera de su legalización.
Tovar aseguró que ellos como ingenieros lo van a recuperar para construir el museo teniendo en cuenta las condiciones históricas de lo que han sido los ferrocarriles en Colombia. "Lo primero que necesitamos es hacer un estudio de planimetría, fijar los linderos y llegar a un acuerdo con el Ministerio de Cultura para convertirlo en un patrimonio nacional", agregó Tovar.
"Vamos a realizar un agasajo a Carlos Vives para agradecerle la donación que hizo a la AIFC", destacó.
Carlos Vives dijo, por su parte: "Me produce una gran felicidad poder devolverle a la ciudad este lote para por fin lograr desarrollar un proyecto cultural férreo en la histórica estación de Usaquén, para que así las nuevas generaciones conozcan la historia del tren en Colombia y junto a ellos podamos trabajar por un mejor destino del desarrollo del sistema férreo en nuestro país".
En una nota publicada por EL TIEMPO en el 2016 se le preguntó al Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) si este lote o casa hacía parte del patrimonio cultural de la ciudad y ellos manifestaron que “la estación del tren de Usaquén hace parte del conjunto de las estaciones de pasajeros de ferrocarril de Colombia declaradas bienes de interés cultural del ámbito nacional. Pero la bodega de propiedad de Carlos Vives no hace parte del conjunto antes mencionado y, por lo tanto, no es un bien de interés cultural”.
Historia del inmueble
Este lugar fue construido en el siglo XIX y en su momento fue adecuado para que durmiera el maquinista de la locomotora cuando llegaba a altas horas de la noche.
1996. La familia Vives adquirió el predio para volverlo un espacio cultural. “A los pocos meses de haberlo comprado aparecieron todas las afectaciones y no dejaron intervenirlo”, afirmó Claudia Elena Vásquez, esposa de Carlos Vives, en el 2016 al ser consultada por EL TIEMPO.
2003. Tras una convocatoria del Ministerio de Cultura, para adecuar las antiguas paradas férreas del país que se llamó ‘Reciclaje de estaciones’, el artista contempló la posibilidad de montar un proyecto cultural en el predio. El Distrito dijo que “esta bodega no tenía un seguro para los peatones.
2005. Se construyó el puente peatonal más próximo a la estación ferroviaria de Usaquén, a la altura de la avenida 9.ª con 108A (a una distancia de 130 metros de la estación), y el cual no contemplaba en sus diseños un al separador de la 9.ª.
@CeronBastidas
BOGOTÁ