Bogotá completa 30 días de aislamiento: lo que comenzó como un simulacro de cinco días terminó por extenderse a una cuarentena nacional que hoy cumple un mes. El encierro ha cobrado factura y ha abierto paso a todo tipo de discusiones sobre cómo tendría que ser la salida de la cuarentena para garantizar que no se propaguen los contagios y que la ciudad active de forma eficiente su economía y su funcionamiento.
La capital ya suma 1.394 y aunque el contagio comenzó en las localidades del norte de la ciudad, los nuevos casos han mostrado que cada vez se desplaza más hacia el suroccidente; muestra de esto es que Kennedy es la que tiene el número más alto de personas fallecidas.
Hasta el momento se ha hablado de aislamiento inteligente, cuarentena por periodos y salidas graduales, pero ayer fue el mismo secretario de Salud, Alejandro Gómez, quien se refirió a unas posibles acciones sectorizadas según el comportamiento del virus en cada localidad.
Gómez aseguró que la llegada de 200.000 pruebas diagnósticas, que se aplicarán a poblaciones específicas como el personal de la salud, trabajadores de TransMilenio, servidores y Fuerza Pública, servirán para aportar información sobre la circulación del virus en la ciudad.
“No es que demos el anuncio de que va a haber cuarentena por pedazos en la ciudad, pero hay opciones que se tienen que considerar; si se tiene más información tenemos que tomar decisiones, y si la información nos lleva a ver que hay mayor riesgo en unas zonas que en otras, las decisiones tienen que ser distintas dependiendo de la zona de la ciudad”, puntualizó el secretario.
Hay que decir que el Gobierno Nacional también se ha pronunciado al respecto de lo que podría ser un aislamiento colaborativo e inteligente, en donde se reactive la productividad del país asegurando la salud de los ciudadanos.
EL TIEMPO consultó con expertos epidemiólogos y urbanistas sobre cómo se debería implementar una medida sectorizada de mitigación o aislamiento y las implicaciones que esto tendría.
Para el urbanista Mario Noriega, que pone como ejemplo el plano que hizo el médico John Snow en 1854 para identificar las causas y las consecuencias del brote de cólera en Londres, para poder hacer una cuarentena sectorizada el primer paso es establecer causa y efecto.
“Todavía no hay un mapa que relacione las variables, hay que identificar la ubicación del virus, las razones de contagio, las situaciones de alto riesgo por sector y luego de eso tomar las acciones, porque la información por sí sola o separada no funciona”, afirmó el experto.
Según Noriega, “no es suficiente tener un plano en donde se muestre el número de casos, porque eso solo nos daría un indicador de los contagios detectados, lo que hay que hacer, que es lo más difícil, es unir las variables y sacar las conclusiones más útiles; de lo contrario, estamos en el aire”.
Por su parte, el doctor Jorge Martín Rodríguez, profesor investigador del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana, afirma que se debe pensar en un enfoque diferencial por localidades e incluso por barrios, identificando no solo la presencia del virus sino las necesidades de la población. “Con la información que tenemos ya podemos identificar más o menos cómo se está comportando el virus; el problema es que los datos que tenemos hoy son un reflejo de lo que ha pasado hace diez o catorce días por el tiempo que hay entre los síntomas, la prueba y el diagnóstico, esto ha disminuido y por eso poder realizar más pruebas rápidas y diagnósticas ayuda a tener información en tiempo real de lo que está pasando”, puntualiza.
Para él, bajo el protocolo de aplicar las nuevas pruebas a la población que más ha estado en riesgo se pueden detectar sectores o áreas geográficas para tomar decisiones.
Con la información que tenemos ya podemos identificar más o menos cómo se está comportando el virus
Rodríguez afirma que “lo primero que se debe hacer es garantizar seguridad alimentaria, lo que muestran hoy los datos es que el virus se ha desplazado al suroccidente y para lograr que la gente se quede en casa hay que suplir sus necesidades básicas”.
En este sentido, también planteó que de aplicarse la cuarentena sectorizada la ciudad tiene que pensar en una salida gradual del aislamiento, “luego de que se identifiquen las zonas y se tomen las decisiones para cada una, el resto de sectores no pueden pensar en salir con normalidad”, aseguró.
Además, para Luis Jorge Hernández, doctor en Salud Pública y profesor de la Universidad de los Andes, la cuarentena sectorizada puede ser una buena medida si hay cuatro condiciones: la primera es disponer suficientes pruebas, lo segundo es que se realice “una vigilancia epidemiológica centinela de tipo poblacional con un acercamiento a población asintomática, sintomática leve y con síntomas a nivel de ámbito familiar, laboral y espacio público”.
Además, según Hernández, las autoridades deben tener definidas tres intervenciones: individuales, colectivas y poblacionales a nivel de UPZ, barrio y cuadrante; y, por último, deben garantizar disponibilidad de camas hospitalarias y de UCI accesibles.
Aunque esto es apenas una posibilidad, se espera que con la llegada y aplicación de las 200.000 pruebas nuevas las autoridades tomen las acciones pertinentes para proteger a la ciudadanía teniendo en cuenta la propagación del virus en cada localidad.
Ana María Montoya Z.
Bogotá
El Tiempo