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Niños del campo bogotano buscan apoyo para reducir la brecha digital
Viven en la vereda Quiba, en Ciudad Bolívar, y su a Internet y computadores es limitado.
El proyecto busca reducir la brecha digital en la zona rural de Ciudad Bolívar. Foto: Biblioteca de la Creatividad
Del otro lado de las montañas de Ciudad Bolívar, en la Bogotá rural, niños y jóvenes de la vereda Quiba se las arreglan para vivir la cuarentena y estudiar desde casa, con muy poco a la virtualidad.
Es el caso de Hailyn, una pequeña, que debe ingeniárselas para capturar algo de internet en las mañanas y cumplir con sus trabajos del colegio.
“Ella se hace ahí en la esquinita. Yo le digo ‘mamita levántese y póngase a hacer tareas’. Porque aquí el internet es capturable por ahí de 8 a medio día. Más tarde hay que bregar con eso, o irse hasta la biblioteca a descargar los trabajos”, cuenta Nazly Morales, su mamá y agrega“Sería muy chévere poder tener internet en la casa. Pero ahí sí, como dice uno. Si tiene para una cosa, no tengo para otra. Estuve averiguando y me sale muy caro, 130 mil pesos todo”.
En la misma vereda vive Ginneth, tiene 13 años, está en séptimo grado y sueña con ser periodista. Tampoco tiene computador ni internet, y tiene tareas atrasadas del colegio. “A veces le meto carga al celular de mi mamá o voy a la casa de algún amigo para descargar las guías”, cuenta Ginneth. Cuando logra adelantar lo que puede, sale a ayudar a su papá en el cultivo de papa criolla y a cuidar las dos chivas, los tres paticos y el corral de gallinas. “Si tuviera mejor conexión a internet, podría adelantar mis tareas y ayudar a mis tres hermanos a hacer las suyas”, dice.
Ginneth, una de las integrantes de la biblioteca Foto:Archivo particular
Hailyn y Ginneth son dos de las integrantes de la Biblioteca de la Creatividad, un proyecto en la ruralidad de Ciudad Bolívar que busca formar a los niños y jóvenes como ‘hacedores’ y transformadores de su comunidad. Cada niño es parte de un proyecto de desarrollo. Por ejemplo, Hailyn está en Bailando por un Sueño y Ginneth, con otros cinco niños, creó el proyecto Kiara, que protege a los perros abandonados en la localidad. Con estos proyectos y otras actividades se busca que los niños no tengan que abandonar el campo para buscar mejores oportunidades, sino que puedan quedarse y formarse para hacerlo mejor.
La Biblioteca tiene una sede a la mitad del campo con uno de los pocos puntos de internet de la zona. “En Quiba 1 de cada 10 niños tiene a internet y no siempre es internet que se puede aprovechar al máximo. Ellos pueden tomar el de la biblioteca, pero como son tantos niños conectados, colapsa”, explica Iván Triana, coordinador de la Biblioteca de la Creatividad y agrega la gravedad de que esto suceda: “Les dijeron que iban a tener clases virtuales. Pero no tener computador ni conexión los deja fuera de la estrategia. El hecho de no tener internet les está ampliando una brecha de desarrollo muy grande con la relación a la ciudad”.
El proyecto busca reducir la brecha digital en la zona rural de Ciudad Bolívar. Foto:Biblioteca de la Creatividad
Por esa razón, activó la campaña ‘Taller del Hacedor en Casa’ que incluye la recolección de fondos para donarle, inicialmente, a 20 niños un kit de trabajo y estudio en casa.
“Dotaremos, en calidad de préstamo, a cada uno de nuestros niños con un Kit de Herramientas acompañado de servicios de acompañamiento remoto, que facilitarán el a contenidos educativos, conectarse a internet y desarrollar nuevas habilidades”, explica la campaña.
Cada kit incluye:
- Un computador portátil
- Conexión a internet (bien sea conexión directa a proveedor o internet móvil con módem portátil)
- Un kit de semillas para que los niños hagan sus huertas en casa
- Un libro de literatura infantil
- Un diario
- Un lienzo con acuarelas
- Un cubo Rubik
- Hojas de Origami
- Una manilla que los identifica como ‘Hacedores’
Además, el niño que reciba el kit será incluido en un programa especial que incluye una serie de misiones. “Se utilizará la gamificación como herramienta pedagógica, basándose en un sistema misiones y retos diarios, semanales y mensuales. Por cumplir satisfactoriamente dichos retos, el Hacedor recibirá recompensas que podrá redimir por: Recursos económicos para pagar el servicio de Internet, un Fondo económico de emergencia (caso extremo), un apoyo alimentario (si es necesario) o cualquier otro tipo de recompensa de acuerdo con la disponibilidad y necesidad de cada familia”, detalla la campaña.
Triana aclara que la permanencia del kit con el niño depende de su compromiso con su formación y con los proyectos de la biblioteca. Por ejemplo, Hailyn hace parte de ‘Bailando por un Sueño’.
“No alimentamos el tema asistencialista. Queremos que los niños conserven el kit. Pero no puede pasar que se entregue y no se cumpla con los compromisos, que no se aproveche la oportunidad”, explica Triana.
Foto:Biblioteca de la Creatividad
Para conseguir los kits, la Biblioteca busca apoyo de los ciudadanos que se animen a donar el monto que deseen, para hacer posible la reducción de la brecha digital en el campo capitalino.
Con el fin de reunir fondos para la campaña, los niños ofrecen compartir sus talentos o pases de turismo a esta vereda cuando pase el confinamiento, todo con apoyo y guía del profe Iván. Además han preparado videos y contenidos en redes mostrando con orgullo su vida en el campo capitalino.
“Me lo tengo que ganar para cumplir mis sueños”, dice Ginneth. Hace poco supo que ya está el dinero de su kit y lo espera con anhelo: “Podría conseguir alianzas para mi Kiara e investigar más”, dice con ilusión.
El aporte puede ser hecho desde Vaki (en este link) o a través de la cuenta de Ahorros Bancolombia no. 094-145585-58 Fundación Biblioseo Nit. 900660190-7. Se debe adjuntar el soporte de transacción, nombre completo y número de cédula de cada donante.
Si quiere conocer todos los detalles de la campaña, puede ingresar a este enlace web y ponerse en o con la Biblioteca y con Iván Triana.
Lo interesante es que este proyecto no se limita a la coyuntura de la pandemia, sino que espera ser una opción permanente de desarrollo. “Vamos a hacer un piloto del proyecto con estos 20 niños. Pero tenemos en lista a 60 y esto va a seguir creciendo y va a haber muchos niños que van a necesitar conectarse”, menciona Triana.
En una segunda etapa del proyecto, cuando todos los niños y jóvenes tengan sus kits, se los conectará con formadores y voluntarios del proyecto alrededor del mundo. “Vamos a hacer una campaña para que personas de todas partes del mundo se puedan inscribir y para que los niños puedan tener profes que les abran los ojos a oportunidades y les den apoyo”, menciona Triana.
Mientras Haylin espera aprovechar esta oportunidad, sale a sembrar en el campo. Esta semana estuvo preparando un cultivo de papa. “De pronto salimos si tenemos que contagiar papa y traemos aquí el virus”, dice mientras pone en la tierra pequeñas papas con raíces.
#BogotáRural 💚| Ella es Hailyn, una pequeña de la vereda Quiba (Ciudad Bolívar, Bogotá), que debe ingeniárselas para capturar algo de internet en las mañanas y cumplir con sus tareas en medio de la cuarentena. @ELTIEMPO
Periodistas de la sección Bogotá de EL TIEMPO han registrado el proceso de la organización en los últimos años y ha conocido las historias de sus integrantes.