Juan Pablo Orozco, director ejecutivo de AsoSandiego, la asociación de vecinos del Centro Internacional, habla con EL TIEMPO del proyecto vial, de sus fallas y cómo mejorarlo.
¿Qué les molesta del proyecto del corredor verde por la carrera 7.ª?
Más allá de molestarnos, tenemos observaciones desde lo técnico sobre temas inconvenientes para el manejo de la vía más importante del borde oriental de la ciudad.
¿Qué es lo más crítico que ve AsoSandiego?
Lo más crítico es cancelar el tráfico mixto que viene desde la calle 92 a la calle 28. Es un tema bastante difícil de solventar porque por ahí se maneja todo el tráfico, toda la carga, vehículos de emergencia, ambulancias, vehículos médicos, particulares y los carros de aseo. Por ejemplo, un carro de bomberos cuando tiene que atender una emergencia en un edificio, en altura, abre casi 6 m y lo que se tiene proyectado es un carril de 3 m. No podría acceder el carro de bomberos a ciertos puntos y eso lo haría (el carril) bastante complejo de manejar.
También preocupa mucho que no se tienen contempladas zonas de carga y descarga, para que no se bloqueen esas vías de , y la eliminación de los giros a la izquierda para poder llegar a los barrios. Tener contemplado en un tramo tan grande solo dos pasos de conexiones entre occidente y oriente (los puentes vehiculares de las calles 92 y 85) va a dificultar la llegada a todas estas zonas y, sobre todo, al Centro Internacional y al centro de la ciudad.
¿El carril de norte a sur solo para tráfico mixto es continuo?
Es un a predios, no es un tráfico continuo. No se puede llegar de la 92 al centro, usted tendría que meterse entre los barrios para poder ir continuamente. Es un andén achurado, texturizado, pero no es una vía que funcione.
¿Han planteado recomendaciones?
Desde que conocemos del proyecto, sobre todo con el tramo uno, hemos hecho observaciones, las hemos radicado. Sobre el tramo dos hasta ahora tenemos la oportunidad de ver la geometría, los planos, y tenemos varias observaciones. Sabemos que hay una restricción en el ancho de la carrera 7.ª (25 m) en general, que no cabe todo lo que quisiéramos, quisiéramos tener andenes anchísimos, quisiéramos ciclovía, quisiéramos tráfico mixto, los vehículos, pero no caben. Esto es una arteria principal del borde oriental y sería sacrificar la movilidad por este tramo enviando por las otras vías toda esa carga.
¿Qué proponen?
La propuesta es que la ciclovía se vaya a la carrera 11 y continúe por la carrera 13, con sus respectivas adecuaciones. Hay espacio suficiente para que se haga una buena ciclovía y, sobre todo, porque la geografía de la 11 y la 13 es mucho más favorable que la 7.ª, que tiene unas pendientes grandes y dificultan su manejo desde muchos puntos.
¿Qué cosas comparten del proyecto?
Hay una necesidad de mejorar la calidad urbana, la calidad del espacio público en muchos tramos y en este proyecto hay unas bondades muy interesantes en esos temas. Compartimos que haya una mejora de las condiciones de la cobertura verde, para mejorar la calidad del aire, el ambiente; sin embargo, debe ser sostenible, debe ser hecho muy juiciosamente porque el costo de mantenimiento es muy grande.
Sí compartimos la ampliación de los andenes, andenes accesibles para personas con discapacidad; los pompeyanos y las zonas texturizadas también ayudan a mejorar, a minimizar la velocidad del vehículo y a tener unos andenes mucho más continuos, más caminables, más accesibles.
¿El proyecto tuvo o no socialización? La alcaldía habla de la participación de 50.000 personas…
Cincuenta mil personas dieron ideas sobre lo que quisieran en el corredor verde, por supuesto uno quiere una movilidad mucho más sostenible, vehículos eléctricos; sin embargo, son ideas de lo que quisiera la gente, pero eso hay que aterrizarlo en una realidad, y la realidad que tenemos son unas limitaciones en la carrera 7.ª. Se han hecho muchísimas reuniones con diferentes entidades, nosotros hemos participado en muchas de ellas y hemos hecho las observaciones que hemos creído pertinentes. Algunas han sido tomadas en cuenta, pero las más difíciles no se han logrado solventar y atender de manera más técnica, más efectiva y más en profundidad.
¿Cuántas reuniones de socialización se han realizado?
De participación muchas. Para ver los diseños del tramo 1 participamos en tres reuniones, el tramo 2 tiene cero reuniones de socialización del diseño. No hemos visto el diseño explicado por las empresas contratistas, por el IDU, y eso ha faltado, le hace falta tiempo al proyecto para poder analizarlo y poderlo ver.
¿El proyecto puede desvalorizar predios?
Se necesita que pueda acceder carga, que pueda acceder fácilmente un trasteo, que puedan acceder fácilmente los vehículos para la construcción de predios, para renovaciones. Si no hay manera de acceder fácilmente al centro o a algunos barrios sobre el oriente de la 7.ª, sí se puede ver muy afectada la valorización.
¿Qué tanto impacta a las comunidades del oriente el corredor verde?
El corredor de la carrera 7.ª tiene un impacto en cerca de 222 barrios y todavía no ha sido analizada en profundidad la dinámica de estas comunidades. Cambiar esa dinámica puede tener un impacto económico en estos entornos.
El IDU aceptó que no tiene todos los estudios, ¿Cuáles hacen falta y qué tanto afecta eso para poder sacar la licitación?
Tenemos entendido que no se tiene el cierre de los diseños de los tramos 2 y 3, es decir, desde la 28 hasta la 200 no se tienen cerrados los diseños ni contratados los de los puentes vehiculares que van a conectar el oriente con el occidente, y tampoco se tienen los permisos ni autorizaciones de las empresas de servicios públicos ni del Ministerio de Cultura ni del Instituto Distrital de Patrimonio, en lo que tiene que ver con los entornos de los monumentos o predios de carácter patrimonial.
Este es el séptimo proyecto para la 7.ª, ¿por qué no han salido adelante los anteriores?
Estos proyectos de impacto tan grande requieren de un trabajo muy articulado, profundo y de discusiones sobre aspectos técnicos que no son fáciles de manejar, pero debe haber un consenso donde podamos tener el mejor proyecto para la ciudad y eso es lo más importante. Que las personas que conocen de los temas de movilidad, de urbanismo, la academia, las comunidades organizadas como nosotros, puedan opinar y ser partícipes de esa construcción de proyecto que nos va a beneficiar a todos o nos va a perjudicar a todos.
¿No han sido suficientes 25 años de discusiones?
Estos proyectos de impacto tan grande muchas veces tendrán algunas personas perjudicadas y otras beneficiadas, pero debemos tratar de llegar al mejor consenso posible de poder construir este proyecto de manera integral, que la comunidad pueda tener una participación incidente sobre las decisiones, y eso es algo que ha faltado, porque sí se ha socializado, sí se han hecho mesas de trabajo, pero lo que ha faltado es que la comunidad sienta que sus observaciones han sido tenidas en cuenta.
¿Hay intereses privados detrás del proyecto o es un problema de élites?
Por supuesto que no. El borde oriental alimenta muchas zonas que no necesariamente están en los estratos más altos, sino que también están relacionados los estratos iniciales. Este es un proyecto que puede perjudicar el empleo de manera muy crítica, puede perjudicar el a muchas zonas de la ciudad que necesitan una real revitalización, como el centro histórico, el Centro Internacional, que necesitamos traer gente, que la gente pueda moverse con facilidad, que pueda llegar a estos puntos, que la carga pueda llegar, que el comercio pueda florecer, que las zonas gastronómicas puedan ser mucho más positivas, con ambientes seguros, limpios y más amables.
¿Los enemigos del proyecto son los defensores del carro particular?
No creo eso. La gente que está trabajando en hacer observaciones sobre el proyecto quiere lo mejor para la ciudad, para que prospere, para que su movilidad tenga una mejoría, y cuando se presentan este tipo de situaciones lo que se quiere es participar, promover y se alerta sobre lo que puede ser muy inconveniente, para que efectivamente se tomen las acciones necesarias, los correctivos y tener una certeza de que el proyecto está diseñado, está completo, que es viable financieramente y que en el futuro puede tener sostenibilidad.
¿Se pueden cruzar los momentos de construcción del corredor verde, el metro y la troncal Caracas?
Es muy probable que los momentos de construcción se traslapen con otro proyecto de esta envergadura y puede ser muy difícil durante muchos años manejar el tráfico, la movilidad en estas zonas.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
EDITOR DE BOGOTÁ
@guirei24