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¿Qué tanto se pueden cumplir nuevas metas de empleo en Bogotá?
La alcaldía espera, al final de 2023, tener vinculados al mercado laboral 71.000 jóvenes.
Los esfuerzos en la ciudad por recuperar el empleo se han enfocado en la reactivación económica. Foto: Abel Cárdenas. Archivo EL TIEMPO
Después del duro golpe que sufrió el empleo en Bogotá durante la pandemia, este indicador ha venido recuperándose al punto que ya se encuentra cerca de los niveles de 2019. No obstante, los retos para la ciudad continúan, si se quiere seguir en el camino del crecimiento de nuevos puestos de trabajo.
Las cifras más recientes del Dane son alentadoras. En el trimestre junio-agosto pasado, la tasa de desempleo en Bogotá tuvo una sensible reducción, cayó del 15,8 por ciento en el mismo periodo de 2021 a 11,2 en 2022. En el mismo lapso de 2019 fue de 10,4 por ciento.
Los esfuerzos en la ciudad por recuperar el empleo se han enfocado en la reactivación económica —mediante la contratación de obras de infraestructura—, la formación para el empleo y en promover la vinculación laboral de jóvenes y mujeres jóvenes, una población excluida y que fue la más golpeada en la pandemia de covid-19.
Desde el 1 de julio del año pasado, el programa Empleo Joven ha permitido llenar 13.600 vacantes para la población joven entre 18 y 28 años y aspira a colocar otros 6.132 en lo que resta del año, para un total de 19.732 cupos.
Este programa de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico otorga un subsidio del 55 por ciento de los costos laborales durante los 3 primeros meses por cada joven nuevo contratado (en 2021 el beneficio fue de $ 2,4 millones y este año es de $ 2,6 millones) y se tiene proyectado invertir cerca de 52.000 millones de pesos.
Ahora, con el fin ayudar a la generación de empleo, pero sobre todo contribuir en la inclusión de poblaciones con mayores brechas de empleabilidad, la istración distrital acaba de presentar dos nuevas estrategias: Empleo Incluyente y Pago por Resultados.
La meta es enganchar a 51.000 personas que se suman a los cerca de 20.000 de Empleo Joven– en lo que resta de la alcaldía de Claudia López. En los tres programas se proyectan inversiones del orden de los 130.000 millones de pesos.
El foco serán aquellas personas con mayores barreras de al mercado laboral. Es decir que, además de los jóvenes y mujeres jóvenes en el radar, también estarán adultos mayores de 50 años, discapacitados, trans, post penados y migrantes, entre otros. En total son 19 grupos de población.
“Con Empleo Joven nos dimos cuenta de que esas eran las poblaciones de más brecha —explica Alfredo Bateman, secretario Distrital de Desarrollo Económico—, pero en la medida que nos íbamos acercando a recuperar los niveles de empleo de la pandemia, lo que se hacía muy visible eran las restricciones históricas de al mercado laboral. Entonces, empiezan a aparecer un montón de poblaciones y lo que hicimos fue migrar Empleo Joven a un programa que busca generar incentivos en general para el cierre de brechas (…) y donde el tamaño del incentivo no es el mismo para todas las poblaciones, sino consecuente con el tamaño de la dificultad de al mercado laboral”.
Cifras de emeplo de jóvenes y mujeres jóvenes en Bogotá. Foto:Archivo particular
Las estrategias
Las dos nuevas estrategias son en dos vías. Por un lado, Empleo Incluyente proyecta entregar un subsidio —en un solo pago de 3 meses continuos— a la empresa que vincule personas con brechas de , donde a mayor barrera y tiempo de contrato, mayor es el beneficio. En otras palabras, según estima Bateman, una empresa puede recibir un subsidio de hasta 4,2 millones de pesos al año por cada empleado nuevo que cumpla esas características. En este modelo la mayor barrera la tiene una persona trans y solo se permitirá sumar hasta dos barreras.
El otro programa, Pago por Resultados, pretende entregar beneficios económicos a las prestadoras de servicios de empleo —como las cajas de compensación familiar— por cada persona —principalmente mujeres y población Sisbén— que efectivamente logren colocar.
No solo se trata de que el aspirante reciba orientación y sea capacitado, sino que el proceso termine con su vinculación laboral. Y si el empleado es mujer y además joven, el operador de empleo tiene una compensación mayor, que puede llegar a 1,9 millones de pesos.
“Es una modalidad en la cual ya no estamos incentivando a la empresa directamente, si no al prestador que haga las herramientas de cierre de brechas más efectivas. Le pagamos un bono cuando en realidad ese operador del servicio de empleo logra emplear a la persona que es de difícil empleabilidad, particularmente le pagamos más cuando quien consigue el empleo es una mujer, porque en este programa nos interesa orientarnos más al empleo de mujeres”, recalca Bateman.
Las dudas
Y si bien las nuevas estrategias son recibidas por empresarios, analistas y académicos como positivas y necesarias, pues están orientadas poblaciones con barreras históricas de , también es cierto que estas no es mucho lo que van a ayudar en el objetivo de aumentar la generación de puestos de trabajo. La meta propuesta para los próximos 15 meses es considerada alcanzable.
José María Roldán, especialista en mercado de trabajo, dice que las estrategias Empleo Joven, Empleo Incluyente y Pago por Resultados en sí mismas no buscan generar empleo, sino cerrar las brechas de empleabilidad en una ciudad donde la informalidad sigue siendo alta, cerca del 38 por ciento.
“A mi juicio, el Distrito tomó una buena decisión en el caso de Empleo Joven, porque ellos fueron los más afectados por la pandemia. Ya era desigual su situación y la pandemia exacerbo esas brechas”, afirma Roldán, y señala que las alcaldías, como ya lo hace Bogotá, deberían inyectar recursos para apoyar a las poblaciones de difícil colocación.
En su opinión, las estrategias de generación de empleo, como el apoyo a las empresas para que puedan aumentar su productividad y el desarrollo de proyectos de infraestructura y de cierre de brechas “son complementarias” y “no van en contravía”.
Con esta posición coincide Guillermo Sinisterra, profesor de la Universidad Javeriana y exasesor de las secretarías de Integración Social y de Desarrollo Económico. Afirma que no son programas nuevos —ya los tuvo Integración Social— y tampoco buscan generar masivamente empleo, sino cerrar brechas de población discriminada y aislada socialmente. También piensa que la meta es “fácil”, “lograble”, y que “lo hecho hasta ahora ha pasado ese número de lejos”.
“Las iniciativas van en el sentido correcto, pero hay mucho trabajo por hacer. Hay que entender bien la realidad de cada uno de esos grupos poblacionales para poder proponer estrategias que no se vayan a quedar a la mitad o que le sirvan a un tercio y no a todo el grupo”, dice, refiriéndose a que también hay que resolver problemas como el transporte, la alimentación o la ropa en el primer mes de trabajo o tener dónde dejar al hijo si es una madre joven.
Por su parte, Stefano Farné, director del Observatorio de Mercado de Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Externado, considera que si bien las estrategias son “buenas” para las población es a las cuales se quiere favorecer, estas, al final, “no generan empleos adicionales”, lo que también debería buscarse.
“No solo es dar empleo a jóvenes, desplazados, Lgbti y demás, sino que haya más empleo en general. Serán 71.000 empleos de jóvenes, desplazados y Lgbti..., pero muy probablemente estos puestos van a costa de otros grupos de población”, advierte Farné.
El académico indica además que el subsidio para que jóvenes sean enganchados a un trabajo fue “acertado” para salir de la crisis por la pandemia, pero que no debe volverse permanente ni ir más allá de mediados de 2023. En su opinión, hay “mejores políticas” para insertar jóvenes en el mercado laboral.
Cita, por ejemplo, los programas que promueven el primer empleo. “Si subsidias a una empresa para que enganche jóvenes, esto es lo que se llama efecto peso muerto en economía, porque estas subsidiando un puesto de trabajo que en realidad se va a generar”, asegura Farné.
Los empresarios
Desde los empresarios, las nuevas estrategias de empleo del Distrito son esperadas con expectativa, sobre todo porque, como lo ha anunciado el Secretario Bateman, se hicieron ajustes pensando en las dificultades que tenían las empresas y se buscará que también puedan beneficiarse las micro y pequeñas empresas, no solo las grandes y medianas, como ocurrió en la primera fase de Empleo Joven.
Marcela Covelli, gerente de Talento Humano y Experiencia interna de Sierra Nevada, hamburguesería reconocida por su liderazgo en la inclusión de personas con barreras de a un empleo, como personas con discapacidad auditiva y migrantes, destaca los esfuerzos de la ciudad por desarrollar programas para cerrar brechas, aunque reconoce que se pueden mejorar. “Hay que hacerles ajustes, pero son buenos. Todo lo que se haga suma. Lo importante es que sumemos, que mejoremos”.
En la misma línea se refiere Alejandra Osorio, directora de Acopi Bogotá Cundinamarca, quien destaca los anuncios respecto a la aplicación de Empleo Incluyente “en alto grado en las Mipyme” y que esperan invertir 100.000 millones de pesos hasta 2024. Considera “positivo” dicho programa y espera que este “incida en la problemática del desempleo y la inclusión de población vulnerable, que resulta ser un reto para la Mipyme”.
Las poblaciones menos ocupadas
Según la Secretaría de Desarrollo Económico, con base en información del Dane, las menores tasas de ocupación para el trimestre mayo-julio de 2022 fueron:
Mujeres, con 51,3 % de tasa de ocupación. En el mismo trimestre de 2021 fue de 47,7 %.
Ellas tuvieron una recuperación de la ocupación del 93,3 %, mientras los hombres lograron un 100,4 %.
Jóvenes, con 45 % de tasa de ocupación. En el mismo periodo de 2021 fue de 43,7 %.