Los resultados de la más reciente encuesta virtual #MiVozMiCiudad de Bogotá Cómo Vamos (BCV), hecha entre el 4 y el 25 de agosto, muestran que los ciudadanos perciben dos ‘Bogotás’ diferentes. Una parece ser la capital que viven los jóvenes entre los 18 y los 25 años y otra, la que viven los adultos mayores de 55.
Por ejemplo, mientras casi el 50 por ciento de los adultos mayores de 55 años se sienten orgullosos de su ciudad, esa idea en los jóvenes es de apenas el 36 por ciento. Por otra parte, 22 por ciento de los adultos mayores de 55 califican como ‘buena’ la gestión de la alcaldesa, mientras que solo el 14 por ciento de los jóvenes opinan eso, un guarismo muy bajo.
Para Felipe Mariño, nuevo director de BCV, factores como el empleo, la percepción de seguridad, la percepción de pobreza y la atención a la emergencia sanitaria por covid-19 pudieron haber influido en la calificación que los jóvenes están dando a la gestión de la Alcaldía y, en general, en el bajo optimismo que tienen frente a la situación de la ciudad.
Los encuestados entre los 18 y los 25 años son quienes mayoritariamente dicen haber perdido su empleo por causa de la pandemia
Precisamente, los resultados de la encuesta, aplicada a 6.123 ciudadanos, indican que “los encuestados entre los 18 y los 25 años son quienes mayoritariamente dicen haber perdido su empleo por causa de la pandemia (52 por ciento), los que menos aseguraron estar satisfechos con su situación laboral (23 por ciento); también, quienes más se consideraron pobres (47 por ciento ) y los que menos dijeron sentirse orgullosos de su ciudad (36 por ciento). Esto podría estar relacionado con que el 23 por ciento de los pertenecientes a este grupo afirman que en 5 años las cosas van a estar mejor que hoy” (ver gráfico).
La juventud tiene un pedido aspiracional. Por ejemplo, quiere llegar a ser un buen trabajador, tener familia, tener casa o viajar
“La juventud tiene un pedido aspiracional. Por ejemplo, quiere llegar a ser un buen trabajador, tener familia, tener casa o viajar”, explica Mateo Ortiz, investigador del Observatorio Javeriano de la Juventud, y dice que la precarización del empleo y de la economía de las nuevas generaciones en un contexto de pandemia puede estar truncando esas aspiraciones.
Otros aspectos clave
La encuesta, además, reveló percepciones distintas en términos de seguridad. Las cifras indican que, en general, solo el 4 por ciento de los encuestados, de todas las edades, se sienten seguros en la ciudad. Los jóvenes lo llevan peor, solo el 3 por ciento se sienten seguros en la ciudad; pero los adultos mayores parecen sentirse un poco mejor: para ellos, la percepción de seguridad sube a un seis por ciento.
Sin embargo, la relación cambia cuando se trata de la percepción de seguridad en el barrio. El 15 por ciento de los jóvenes se sienten a salvo en este entorno; pero esa percepción disminuye a medida que se avanza en edad: solo 10 por ciento de los mayores de 55 se sienten tranquilos en su barrio.
Para el director de BCV, esto se explica porque la población joven tiene una forma distinta de relacionarse con su territorio.
Hay una fricción con la obligación de coexistir 24/7 con las mismas personas, así sean tus familiares
La salud mental es otro de los aspectos diferenciales entre ambos grupos etarios. Mientras que el 36 por ciento de adultos mayores aseguran haber visto mejoras en su salud mental desde que comenzó la pandemia, apenas el 23 por ciento de los jóvenes perciben eso.
Para Ortiz, la afectación de la salud mental de manera más profunda en los más jóvenes tiene que ver con las formas en que cambió su socialización a raíz de los confinamientos, la educación virtual y el teletrabajo.
“Hay una fricción con la obligación de coexistir 24/7 con las mismas personas, así sean tus familiares. Con lo jóvenes, lo que demostraba la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) es que para que la juventud pueda tener una trayectoria vital mucho más óptima es necesario que tenga capital social, es decir, que hable con personas, que tenga amigos. (Con la pandemia) Comprimes todas tus esferas sociales dentro del hogar y pierdes elementos importantes como relacionarte con otras personas más allá de tu familia, (entonces) se genera esa afectación psicoafectiva”, describe Ortiz.
No obstante el preocupante panorama de percepción de los jóvenes, los datos indican que son los más interesados en estar en espacios de participación institucionales. Por tanto, habría por parte de ellos una intención de orientar a los tomadores de decisiones para mejoras en la ciudad.
Por ejemplo, 19 por ciento de los jóvenes aseguraron haber estado en espacios de participación promovidos por los gobiernos, estando incluso por encima de la media de participación de la ciudad (16 por ciento). A esto, el director de BCV agrega que los jóvenes también son actores clave en espacios de participación no institucionales, como las manifestaciones y eventos de protesta social. Aunque, advierte, que no siempre se logran conectar con los gobiernos.
Al respecto, Ortiz apunta que “la Alcaldía ha hecho medidas, muy buenas, pero cosas como los encuentros con las primeras líneas genera problemas de confianza. Puede haber buenas medidas, pero los jóvenes piden que se los escuche, que esas medidas sean concertadas”. Además, asegura que con las elecciones de los Consejos Locales de Juventud, el próximo 28 de noviembre, se abre una puerta para mejorar el relacionamiento y trabajo con esta población.
EL TIEMPO