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Metro Bogotá: las tres revelaciones del informe de la Sociedad de Ingenieros

Julián Rodríguez Sastoque obtuvo el documento que es contrario a lo que esperaba el Gobierno.

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Guillermo Reinoso

EDITOR DE BOGOTÁ07.03.2024 19:18 Actualizado: 08.03.2024 10:08

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Si bien el estudio de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) no plantea cuál es el mejor proyecto de metro en Bogotá, si la primera línea –que es elevada y ya tiene una ejecución del 30 por ciento– o el subterráneo, en el que ha insistido el presidente Gustavo Petro, sí deja claro que el que está en obra actualmente llegó a estudios de fase 3, mientras que el otro no alcanzó a ese nivel.

Pero además, el documento muestra que un trazado soterrado costaba casi el doble y advierte que un eventual cambio podía representar serios riesgos financieros y jurídicos para la megaobra.

Estas conclusiones fueron dadas a conocer ayer por el concejal Julián Rodríguez Sastoque, quien a través de una tutela y luego de un incidente de desacato logró que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) le empezara a entregar el voluminoso documento.

Según se puede ver en el informe de la SCI, el proyecto de metro subterráneo y que fue planteado por el entonces alcalde Gustavo Petro solo logró llegar a nivel de fase 3 en el estudio ambiental; sin embargo, señala que tiene deficiencias en información que podrían “comprometer la viabilidad del proyecto”.

En el aspecto de demanda no alcanzó a ser aprobada en su totalidad la fase 3, y quedaron en fase 2 los estudios de estructuras, geotécnica, costos y obra subterráneas. En este último se indica que no se observó un plan detallado de construcción subterránea.

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Entre tanto, la iniciativa elevada, que se empezó a gestar en la istración del alcalde Enrique Peñalosa, sí tuvo todos los estudios en fase 3, lo que permitió que fuera contratado en 2019.

Incluso, el documento de la SCI revela que el costo en 2014 del proyecto subterráneo ascendía a 25,3 billones de pesos, eso es casi el doble del valor proyectado en 2017 para el elevado, que es de 12,8 billones.

Debe recordarse que a finales del año pasado el exalcalde le dijo a EL TIEMPO que fundamentalmente la decisión de que el metro fuera elevado fue por costos, por una “chambonada” en los diseños del subterráneo y los riesgos de que con una zanja tan profunda se cayeran los edificios en la 13 y la 11.

“La conclusión es que el proyecto actual, que es el metro elevado, tiene más estudios que el subterráneo. El informe dice claritico y detalla qué tiene el elevado y qué tiene el subterráneo, y por qué el elevado cuenta con muchos más estudios”, afirma el cabildante.

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Pero además, el documento, que según el concejal consta de alrededor de 5.000 páginas, de las cuales ha recibido una parte, advierte de los riesgos financieros y jurídicos de un eventual cambio en el proyecto contratado y que ejecuta el consorcio Metro Línea 1.

🚨#ATENCIÓN LO LOGRAMOS: Vía judicial la ANI nos entregó buena parte de los estudios de Sociedad de Ingenieros sobre Metro de Bogotá. Información MUY IMPORTANTE y que no se conocía a pesar de ser contratada con nuestros impuestos por más de $8.000 millones y entregados desde… pic.twitter.com/78dwE4pPXz
— Julián Sastoque | Concejal de Bogotá (@ElJuliSastoque) March 7, 2024

De hecho, en el documento se lee: “Como actualmente se encuentra en fase de construcción, por medio de un esquema concesionario especial acordado entre la Nación y el Distrito para implementar el proyecto Caracas elevado, esta condición impone particularidades, restricciones y riesgos, si se modificara a una opción subterránea”.

Y agrega que es probable que inversiones en proceso “tengan que ser ajustadas”, algunas “diferidas en el tiempo o suspendidas, así como gastos incidentales”.

Cabe recordar que en dos sesiones de la comisión de seguimiento del Senado, la Sociedad de Ingenieros argumentó que había entregado el informe en diciembre pasado, pero que tenía una cláusula de confidencialidad y que la ANI estaba consolidando los resultados. Esta fue una posición que también mantuvo el Gobierno.

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“Por supuesto, esto no lo querían hacer público. El primero de febrero el Presidente dijo que seguían esperando, pero este informe, según el cronograma de entregas, la versión final le fue entregada al Gobierno el 20 de diciembre. Lo tenían engavetado y no lo querían dar a conocer porque es contrario a la intención de sabotear e intervenir el proyecto”, asegura el concejal de la Alianza Verde.

El senador David Luna, quien hace parte de la comisión de seguimiento al metro en el Congreso, concluye que es claro que el gobierno del presidente Petro no quería darle publicidad al estudio porque “las conclusiones no determinan ni sugieren que el trazado de la línea uno debe modificarse. Lo hubieran hecho público si el resultado hubiese sido distinto”.

Luna señala, además, que esa actitud “es imperdonable con Bogotá y con los bogotanos” y asegura que es “ilegal que la ANI se hubiese negado sistemáticamente a entregar los resultados del estudio que contrató con la SCI”.

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Ante a las revelaciones del informe de la SCI, Darío Hidalgo, experto en movilidad y docente de la Universidad Javeriana, y quien conoce desde sus orígenes el proyecto del metro elevado, dice que el Gobierno gastó 8.000 millones de pesos en un estudio para confirmar lo que ya se sabía.

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“El estudio rompe un mito urbano, y que replicaron candidatos y algunos concejales, de que el metro elevado no tiene estudios”, afirma Hidalgo, quien recalca que el proyecto subterráneo llegó solo hasta ingeniería básica avanzada, que es fase 2, con algunos componentes en fase 3. “Pero no tuvo diseños definitivos”.

En la misma línea se pronunció Ómar Oróstegui, director del Laboratorio de Gobierno de la Universidad de La Sabana, al señalar que el documento de la SCI “termina respaldando que las decisiones tomadas sobre el metro elevado son acertadas”. Agrega que con la información que había disponible en 2017, la mejor opción era el metro elevado”.

EL TIEMPO intentó obtener una respuesta del Ministerio de Transporte sobre las conclusiones del estudio y por qué el Gobierno no lo había dado a conocer antes, pero al cierre de la edición no fue posible recibirla.

GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ

Editor de Bogotá

REDACCIÓN EL TIEMPO