Familia de Natalia Vásquez rompe su silencio: ‘Su asesino se disfrazó de mujer para entrar a la fuerza a la casa’

Lo primero que manifestó, en medio del profundo dolor de familia, es que ella llevaba todo un proceso con la justicia desde que decidió dar por terminada su relación. Los actos de violencia física y psicológica eran constantes. “Ella sí demandó a su esposo porque era un agresor y llevaba mucho tiempo soportándolo. Lo ocultó durante mucho tiempo, pero luego confió en nosotros y nos lo contó todo”.

Ante la demanda vinieron muchas amenazas por parte de Fabián Riveros, el señalado feminicida, y fue por eso que ella terminó en una casa de protección. “También fue por eso que le dieron a mi sobrina la custodia de su hijo,  y al él le pusieron restricciones porque representaba un peligro. No podía buscarla”.

Pero Riveros insistía y fue tanta su obsesión que la encontró en la casa refugio. “Allá llegó la Policía y le advirtió que si volvía a pasar lo meterían a la cárcel. Esa fue la razón por la que tuvieron que trasladarla hacia otra casa refugio, la de Suba”.

Luego de algunas audiencias se determinó, según su familia, que la joven ya podía volver a su hogar en Suba con todas las medidas de protección por parte de la Policía. “Ella les dijo que tenía miedo, pero le aseguraron que la Institución iba a estar en o con ella para que le dieran la protección pertinente. Ella y nosotros nos confiamos. Además, el CAI quedaba a media cuadra de la casa y seguro podían pasar varias veces al día a verla, pero eso nunca pasó”.

Según Mauricio Vásquez, todo ocurrió en la casa de la familia donde vivían dos de sus hermanos y tíos de la víctima. “Ellos son vecinos también de un tercer hermano que vive al lado. Las casas están unidas por el garaje”.

Según relató, el hombre llegó a eso de las 6 de la tarde vestido de mujer. “Mi hermano contó que decía ser una cliente interesada en la venta casa y por eso fue que le abrieron”. En ese momento,  el agresor disfrazado entró de forma abrupta con la supuesta intención de hablar con Natalia. “Esto no se puede acabar así, hablemos, hablemos”, decía gritando. 

Pero ella le dijo que no, que los abogados se podían entender y que ya no quería llegar a ningún acuerdo con él, y menos para volver. La separación era un hecho, una decisión tomada.

Entonces el hombre comenzó a subir el tono y poco a poco los ánimos se caldearon. “Mis hermanos le dijeron que él no podía entrar con engaños y que además tenía medidas de no acercamiento. Ahí empezaron a discutir y fue cuando este tipo sacó un arma de fuego y les disparó. Gracias a Dios no les dio y luego se le trabó el arma”, dijo Vásquez. 

No contento con eso, Fabián sacó un cuchillo y les dio cuatro puñaladas a cada tío de Natalia y luego comenzó a perseguirla. En ese momento ella solo atinó en sacar a su hijo de la casa y fue ahí, cuando, en plena acera, la apuñaló en repetidas ocasiones en la espalda. El feminicida intentó huir, pero la comunidad lo retuvo. En ese instante entró a la casa de nuevo y se quitó la vida.

El niño de tres años, hijo de la pareja, fue rescatado por la comunidad, quienes luego lo entregaron a las autoridades y estas, a personal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) para el restablecimiento de sus derechos. “Les dijimos que el bebé salía de una casa refugio en donde estuvo encerrado por dos meses para ahora perder a sus padres e irse a un sitio lleno de extraños. Pedimos que mi sobrina tuviera su custodia temporal mientras todo se define y accedieron”.

El niño estuvo en la clínica Colsubsidio en donde le realizaron todos los exámenes de rigor, tanto físicos como psicológicos. “Hablaron con él. Le dijeron que papá y mamá ya no estaban. Solo rogamos que se recupere de esto”.

De Fabián Riveros, contó Vásquez,  era un hombre que llegó a trabajar en el Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp), que luego adquirió unas motos que puso al servicio de la actividad de domicilios, que trabajó para plataformas, pero que Natalia les había contado que últimamente estaba en negocios ‘torcidos’ en el centro de Bogotá.

Natalia, por su parte, era una enfermera jefa muy joven que trabajaba con la red de salud del Distrito. Tenía solo 31 años de edad. “Qué tristeza. Yo le dije al coronel de la Policía de Suba: usted tenía la obligación de protegerla. Pero el vecino fue al CAI y lo que dijo la patrullera fue que ella no podía dejar solo el lugar”.

Además, explicó el tío de la joven: “ellos no cumplieron con el mandato de la Comisaría de Familia de pasar de forma repetida frente a la casa donde vivía para protegerla. Y mire, todo terminó en una tragedia”. 

Natalia, recuerda, era una joven introvertida, a veces de mal genio, pero se le pasaba rápido. “Por la amenaza, ella quería irse del país, porque su hermano vive en Inglaterra, pero los papeleos y los requisitos que piden, nunca son a favor de las víctimas”.

Hoy Mauricio Vásquez solo les pide a las autoridades que protejan más a las mujeres. “Ustedes pueden salvar vidas. Este feminicidio se pudo evitar con más vigilancia. Había antecedentes graves”. 

La Secretaría de Integración Social le confirmó  a este diario que Natalia  llamó a la línea: 'Una llamada de vida' y en esta la asesoraron y le entregaron recomendaciones, entre estas, acudir a la Comisaria de Familia Suba, en donde, efectivamente, le decretaron la medida y la enviaron a una casa refugio de la Secretaría de la Mujer donde permaneció algunos días.

EL TIEMPO pudo determinar que el Despacho de la Comisaría de Familia Suba 1 había adoptado medidas de protección a favor de esta mujer el pasado martes 7 de mayo de 2024.  El día de la tragedia, dijeron,  salió voluntariamente del lugar en la que la protegían, no sin antes dar aviso al comisario de Suba. Así fue que la sorprendió su agresor, Fabián Riveros, con quien había tenido una relación y un hijo que ahora tiene tres años, y que quedó huérfano.

Según cifras de las autoridades, en lo que ha corrido de este año ya se han presentado seis feminicidios en la ciudad de Bogotá, con el de ayer, y aunque son cuatro menos que el año inmediatamente anterior, en el mismo lapso de tiempo, cuando los casos ya sumaban 10, la radiografía sigue siendo preocupante.

La Secretaría de la Mujer explicó que entre enero y abril de 2024, los diferentes canales y servicios con los que cuenta la entidad han realizado 19.177 atenciones relacionadas con violencia a 11.712 mujeres. “Hacemos un llamado a las autoridades para que investiguen con celeridad y se esclarezcan los hechos. No descansaremos en insistir en que como sociedad no podemos naturalizar este tipo de hechos. Si la vida de una mujer corre peligro, se debe llamar a la línea de emergencias 123. En esta Línea será atendida por nuestro equipo de profesionales de la Agencia Mujer”.

Y a la par de esta situación hay otro delito que no para y que sigue estando en la mira de las autoridades porque es el caldo de cultivo perfecto para que ocurran más feminicidios. Según cifras de la Secretaría de Integración Social, solo durante el año 2023, 40.084 casos de violencia intrafamiliar fueron reportadas en las comisarías de familia de Bogotá y este año, de enero a marzo, ya se registran 8.949. Víctimas hay de todas, pero siguen siendo recurrentes las mujeres entre los 27 y 59 años. En 2023 hubo 4.423 en este rango de edad.

Además, según datos de la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, con base en el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional (Siedco), el 67 por ciento de las víctimas por violencia intrafamiliar son mujeres, los casos se relacionan con violencia en la pareja y las localidades como mayor número de denuncias son Ciudad Bolívar, Suba, Kennedy y Bosa. En las agresiones suelen usarse armas contundentes.

De la misma fuente se obtiene que, entre 2020 y 2023, se denunciaron cerca de 100 asesinatos de mujeres por cada año en Bogotá, de los cuales entre el 15 y el 20 por ciento fueron tipificados como feminicidios. El año pasado hubo 89 y 25 fueron calificados como tal.

A través de un comunicado, la Alcaldía de Bogotá dijo que la violencia extrema contra las mujeres cobró una nueva víctima en un presunto feminicidio en Bogotá. "Esto nos genera una total indignación. Es lamentable tener que reportar este tipo de hechos, que en menos de 24 horas dejan a dos mujeres sin vida, a familias destruidas y a menores de edad sin sus madres".

Desde la Secretaría de la Mujer dijeron: "Repudiamos y rechazamos otra muerte violenta de una mujer, esto no se puede seguir repitiendo. Desde nuestra Entidad estamos trabajando para implementar estrategias urgentes de prevención y atención de las violencias contra las mujeres para que estos hechos no se repitan".

Añadieron que ante cualquier hecho de violencia contra las mujeres es importante que se alerte a las autoridades competentes, se actúe y se denuncie. "Desde la entidad nos solidarizamos con los familiares y amigos de la víctima. Ponemos a disposición todos los servicios con los que contamos y les aseguramos que les apoyaremos con el acompañamiento que requieran. No descansaremos en insistir en que como sociedad no podemos ver como naturales las violencias contra las mujeres"

Si su vida está en riesgo, puede llamar al 123, la línea de emergencias en Colombia. También si usted o alguna mujer de su entorno es víctima de violencia psicológica, física, económica o sexual, puede comunicarse con la línea nacional 155.

Así mismo, puede denunciarlo en las líneas de la Fiscalía General de la Nación en el número a nivel nacional 018000919748, desde su teléfono celular marcando el 122 o en Bogotá en el 601 5702000.

CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
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