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Dime de qué estrato eres, y te diré en cuántos metros vives
Un investigador se puso en la tarea de medir los m2 que le corresponden a cada persona en Bogotá.
Imagen panorámica de Bogotá Foto: Juan Diego Buitrago / Archivo EL TIEMPO
El profesor de la Universidad Javeriana Juan Guillermo Yunda llegó a la conclusión de que el espacio de vivienda que le corresponde a cada persona que habita en Bogotá es uno de los mayores indicadores de la desigualdad social en la capital.
Y lo concluyó porque, después de cruzar bases de datos de predios con las de población del Dane, encontró que los estratos más bajos tienen menos metros cuadrados por habitante en sus viviendas, y los más altos, un 650 por ciento más, en promedio. En el estrato 1 son 18 metros y en el 6, 116.
El profesor Yunda hizo el ejercicio con los datos de predios del 2011 de Catastro y los de población del censo del 2005, porque no quiso utilizar las proyecciones de población de años posteriores.
Su trabajo consistió en cruzar las cifras de habitantes por manzana con los metros construidos para vivienda, incluidos espacios de cuartos, cocinas, salas de estar, espacios de circulación o garajes dentro de edificios residenciales.
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Después de obtener el número de metros cuadrados por manzana, consideró los estratos; un modelo muy colombiano, es decir, clasificar la población por niveles, dependiendo de la calidad de la vivienda en la que vive; mientras menor calidad, más bajo el estrato.
Al analizar la situación de 31.176 manzanas, encontró que en la capital, el espacio habitable por persona puede variar entre 5 y 971 metros cuadrados.
En áreas de estratos altos (4, 5 y 6), los espacios superan los 75 m². En esas zonas hay numerosos garajes de estacionamiento subterráneo, y hay casos con piscinas y otras instalaciones. Para los estratos bajos (1, 2 y 3), los metros disponibles están por debajo de los 33 m². Lo paradójico es que en los bajos vive más del 86 por ciento de la población y en los altos, menos del 14 por ciento.
“Esto señala los enormes desequilibrios en los espacios de vida de toda la ciudad”, señala el estudio.
Yunda precisa que en las zonas de estrato alto, además de grandes apartamentos se tienen generosas áreas comunes, como piscinas o gimnasios, y hasta cuatro o cinco parqueaderos por vivienda. Por el contrario, las viviendas de interés social son cada vez más pequeñas, con áreas inferiores a 50 m².
La informalidad manda
Uno de los asuntos sobre los que el investigador llama la atención en su estudio es que en Bogotá no es necesariamente cierta la imagen de que mientras más edificios, mayor densidad y más personas habitando en el espacio.
Explica que los edificios de altura no tienen más personas, precisamente porque hay más espacios diferentes a la habitación que en los estratos más bajos, y menos personas viviendo en esos lugares.
Son estratos en los que las personas tienen la capacidad de pagar por más metros para vivir.
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En cambio, en zonas de los bordes sur y occidente, de origen informal y con predominio de casas (propiedad no horizontal), es marcado el hacinamiento porque varios hogares habitan la misma vivienda. No es gratuito que Patio Bonito, en Kennedy, tenga la densidad más alta de la ciudad, 715,3 habitantes por hectárea, casi el 350 por ciento más que el promedio (2018).
Lo que refleja es que a pesar de que veamos edificios en altura en el borde oriental, no vive tanta gente allí como en una manzana de origen informal en Ciudad Bolívar
“Lo que refleja es que a pesar de que veamos edificios en altura en el borde oriental, no vive tanta gente allí como en una manzana de origen informal en Ciudad Bolívar”, comenta Yunda.
El estudio llama la atención sobre el peso de la informalidad en el modo de ocupación del territorio, que se mantiene vigente en el siglo XXI y sigue marcando el paisaje. “Nuestros cálculos sugieren que, no obstante el desarrollo económico de la ciudad, aun en las últimas décadas, muchas familias continúan encontrando en esta modalidad de urbanización la única forma de acceder a una vivienda en propiedad”, dice el documento.
Según el análisis, en el 2005, 1’275.301 personas vivían en las más precarias condiciones de hábitat, un 20 por ciento de la población. En total, el 55 por ciento de la gente vivía en lugares desarrollados informalmente.
Según las bases de datos utilizadas, aproximadamente el 60 por ciento del crecimiento de la ciudad actual se produjo a través de urbanismo formal y el 40 por ciento, del informal.
¿Para quién se debe expandir la ciudad?
Esta es la pregunta que plantea el profesor Juan Guillermo Yunda, tras el análisis que mostró que los estratos más bajos tienen menos espacio para vivir que los altos.
¿Entonces qué refleja?
Muestra que hay mucha desigualdad de al área construida.
¿Y cuántos metros debería ser el estándar?
Lo importante aquí no es decir si hay o no un estándar, lo importante es mirar hacia el futuro cómo podemos mejorar la calidad de vida de las personas que tienen unos espacios. La clave no es otra cosa sino expandir la ciudad, y en esto es importante la coyuntura del estudio del POT. Y la pregunta es: ¿para quién estamos expandiendo?
Lo que se debería es generar más vivienda de interés social, o vivienda a la que las personas puedan acceder a vivienda con buenos estándares.
Lo más denso coincide con los estratos más bajos
Los datos de la Secretaría de Planeación muestran que Bogotá es una ciudad en donde predominan los estratos 2 y 3, que están regados por toda la ciudad y representan el 66,14 por ciento del total de predios residenciales. Si se suman los de estrato 1, el porcentaje llega al 73,44 por ciento.
Esta cifra no incluye depósitos ni garajes en propiedad horizontal, solo vivienda, según Planeación.
Con datos del 2019, se evidencia que las zonas más densas, es decir, aquellas en donde viven más personas por hectárea, están en las localidades donde predominan estos estratos. Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar, Usme y San Cristóbal figuran en la lista de localidades con mayor predominio de estratos 2 y 3 y con zonas dentro de ellas que tienen las densidades más altas.
Mientras el promedio de Bogotá es de 218 habitantes por hectárea, en barrios de la Unidad de Planeamiento Zonal (UPZ) de Patio Bonito (Kennedy), la cifra llega a 715,3. En 44 de las 115 UPZ en que se divide la ciudad, la densidad está por encima: hay 15 donde la densidad está por encima de 400 habitantes por hectárea.
La encuesta Multipropósito del 2017 estimó que el 76,9 por ciento de los residentes de Bogotá pertenecen a los estratos 2 y 3, y si se suma el estrato 1, el porcentaje llega al 86 por ciento.
En relación con el estudio de la Universidad Javeriana, estos dados evidencian que zonas de origen informal son las que presentan las mayores concentraciones de población en menos área. Es el caso de Patio Bonito, en Kennedy, o barrios de zonas como Ciudad Bolívar, donde predominó la formación ilegal de los barrios, que con el tiempo fueron legalizados.
Allí, las grandes concentraciones de población se dan en casas, es decir, propiedad no horizontal.