En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cómo está el clima en Bogotá?
¿Cómo se llama el hijo de Petro?
¿El pico y placa en Bogotá como quedaría para el 2024?

Noticia

Exclusivo suscriptores

La guerra entre el supuesto 'Tren de Aragua' y 'Los Paisas' que reveló la masacre en Usme, Bogotá

La gente dice que la guerra entre las bandas los ha sumergido en una ola de terror.

Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia.

Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia. Foto: Jonathan Toro Romero

Alt thumbnail

PERIODISTA DE BOGOTÁActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
El triple homicidio de una familia en Usme dejó al descubierto, nuevamente, una realidad que ha presionado la seguridad de las zonas más remotas de Bogotá desde hace décadas: los llamados ‘tierreros’.
Llegar hasta la parte más alta de las montañas de Usme implica entender que hay lugares que están desconectados de la ciudad en todo sentido. El camino es empinado, tanto, que ni los carros con toda su fuerza pueden vencer las calles que casi como paredes bordean el barrio Alto de los Pinos, ubicado justo donde acaba el casco urbano de la localidad.
Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia.

Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia. Foto:Jonathan Toro Romero

Basta con poner un pie por fuera de las camionetas que se quedan estancadas en el punto más inclinado de la subida para saber que la frontera entre la Bogotá que todos conocemos y la que está escondida entre las montañas es muy delgada. Las calles están destapadas, no hay caminos en pavimento, solo piedras, polvo y pobreza.
Entre las montañas escarpadas se asoman tejas de zinc que no solo funcionan como techos, sino que también cumplen la labor de puertas, ventanas y paredes. En el suelo, se extienden como “venas” líneas de agua y de gas que viajan por mangueras hasta la parte más alta y, en un medio de un callejón casi intransitable, por la cercanía entre las casas, los niños corren a esconderse cuando ven el camión del Ejército.
Quizá por la masacre más reciente se puede sentir el miedo en la zona, o tal vez, porque con muertos o no, la comunidad dice estar “acorralada en las casas”, con miedo, y arrinconados por una disputa entre bandas criminales que se han peleado desde hace más o menos un año el control territorial de la venta de drogas y terrenos irregulares para la construcción de casas de invasión.
Guerra de bandas en Usme

Guerra de bandas en Usme Foto:Jonathan Toro Romero

Un camión con al menos 20 soldados del Batallón de Artillería del Ejército Nacional llegó hasta el punto donde comienza el camino de subida hacia la parte de invasión de Alto de los Pinos y por el que corrió cuesta arriba la noche del 30 abril una familia de tres personas y otra mujer intentando salvarse de las balas de ‘Los Paisas’ o quizá de los “venezolanos” como le dicen a un supuesto Tren de Aragua que denuncian los vecinos.
Cuando los militares iniciaron el recorrido de ascenso la gente que estaba sentada en las escaleras de arena y barro formadas frente a las casas se metieron y cerraron las puertas hechas de tabla.
Sin embargo, se veían ojos espías en las ranuras de la madera, en los bordes de las ventanas y se escuchaban las respiraciones contenidas detrás de los retablos que formaban las paredes de las casas.

Corran por sus vidas

A unos 500 metros desde la carretera principal hacía arriba serpenteaba una mancha roja oscura, casi negra, que demarcaba el camino de subida por el que marchaba la tropa militar. “Cuidado con la sangre”, gritó el cabo que lideraba la caminata. Otro más abajo, contestó, “aquí cayó la primera”, refiriéndose a la menor de 14 años que fue asesinada.
"Quizá por la masacre más reciente se puede sentir el miedo en la zona, o tal vez, porque con muertos o no, la comunidad dice estar “acorralada en las casas”, con miedo, y arrinconados por una disputa entre bandas criminales".
Justamente en ese punto, entre la maleza, estaban abandonadas las cintas amarillas de seguridad que los investigadores forenses dejaron el día del levantamiento de los cuerpos. Dicen los militares que la escena pudo ser la siguiente:
“A las víctimas las traían arridas desde abajo, las estaban amenazando para que subieran, quizá ya sabían que las iban a matar y solo estaban buscando la parte más alta y menos obvia (...) o tal vez, esa familia usó estos caminos para correr y escaparse por el bosque y les fueron disparando por la espalda a medida que corrían hacía arriba para escapar a otra invasión que queda cruzando la montaña”.
Aunque la escena no es clara, lo cierto es que los vecinos sí tuvieron que haber escuchado todo. El lugar donde apareció el primer cuerpo está rodeado de varias casas, todas muy juntas. Pero nadie quiere hablar, incluso, entre murmullos aseguraron que no conocían a la gente que murió esa noche. Y claro, llevaban solo 25 días en el sector luego de que, al parecer, otro grupo criminal los desplazara de Ciudad Bolívar.
Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia.

Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia. Foto:Jonathan Toro Romero

Si se aparta la mirada de la gran mancha de sangre que quedó en recordatorio del horror que esa noche vivieron las tres mujeres; a la espalda, se expande una vista incomparable de la ciudad, casi envidiable. “En los lugares hermosos también pasan tragedias”, dijo uno de los soldados que hasta ese punto no había elevado ni una palabra.
Pero la realidad del camino no era esa. Más arriba de la montaña las casas de invasión se hacen más frecuentes y cercanas, incluso, hasta antenas de tv por cable tienen; también, postes de luz improvisados y una red de tomacorrientes instaladas artesanalmente colgando de cables de electricidad improvisados por toda la subida de la montaña. 
Una mujer, la única en medio del desolado paisaje, asomada en una especie de balcón de tabla que tenía su casa dice que está “preocupada”. Pero no la dejaron hablar, de inmediato otra mujer, más joven, sale desde el fondo y le dice que debe entrar.
“Aquí el problema es que cuando ellos llegaron (los venezolanos como les dicen) empezaron a construir casas allá detrás de los pinos (en la parte baja de la montaña) y empezaron a llegar en manda".
En ese cruce de palabras se hace evidente que las casas están marcadas con números del 1 y hasta el 200 o 250, hasta donde se podía ver. El número del lote, pintado con pintura roja, es lo único que puede relacionar a los “dueños” con los predios que supuestamente les vendieron. Allí se cobran entre ocho y 20 millones de pesos por el derecho a vivir y de paso de construir las casas en determinado lugar de a lo sumo 4x4 metros cuadrados.
- ¿Usted a quien le compró su casa?, le pregunté a un vecino que estaba con ganas de hablar.
- A un amigo, respondió.
- ¿Y dónde está su amigo? ¿de dónde sacó él esta tierra?
- Ahh no, a él lo mataron hace muchos años y hay cosas que es mejor no preguntar. Yo igual me quedé con la casita.
Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia.

Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia. Foto:Jonathan Toro Romero

Vecinos extraños

Este mismo sujeto que apareció de la nada para saludar también dijo que los problemas en el barrio comenzaron cuando los “venezolanos llegaron” pero que también había costeños y paisas y que la guerra entre todos ellos era lo que tenía a la comunidad “arrinconada”.
“Aquí el problema es que cuando ellos llegaron (los venezolanos como les dicen) empezaron a construir casas allá detrás de los pinos (en la parte baja de la montaña) y empezaron a llegar en manda (...) se empezaron a subir a robar y a meterse a la casas de la gente a la fuerza (...) a un vecino y a mi casi nos matan porque nos dimos cuenta que estaban sacando las cosas de una casa”, contó.
Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia.

Alto de los Pinos en Usme donde ocurrió la masacre de la familia. Foto:Jonathan Toro Romero

Y aunque no les gusta decir el nombre, dice que se ha escuchado que es un supuesto Tren de Aragua el que se está apoderando de esas tierras y que mantienen una guerra a “bala y sangre” con las bandas criminales de la invasión Tocaimita, que queda cruzando la montaña.
“En el hueco que hay entre las dos montañas se encienden a bala. Aquí no se puede dormir ya porque suenan los tiros todo el tiempo y uno sabe que en cualquier momento se le pueden meter a la casa a uno y quien sabe que pase”, anotó.
Pero hay algo que inquietó más a los militares. El hombre se quedó mirándolos y dijo “ellos están más armados que ustedes. Tienen 9 milímetros, armas cortas y hasta rifles y se pasean por aquí cuando ustedes no están (...) de pronto ahora no porque todo está caliente, pero ese es el día a día”.
Y es que según la conversación, tanto Los Paisas, como el supuesto Tren de Aragua y los Costeños estarían patrullando la zona. “La demora es que ustedes se vayan y ellos empiezan a subir (...) es que salen como ratas desde el fondo. Cuando ven que no hay nadie se suben de una vez a mirar que nada esté pasando”.
A casi un kilómetro en subida desde el punto donde habló el señor, está el punto más alto de la invasión. Allí quedaron tendidos los últimos dos cuerpos, justo en el lugar donde empieza la bajada hacía el “valle” donde el vecino había dicho que se cruzaban las balas entre las bandas.
En medio de una zanja y entre la maleza quedó el cuerpo de una mujer y el de otro hombre que tenía siete impactos de bala. También había rastro de sangre y pedazos de la cinta amarilla de precaución. Aunque ahí no era tan evidente la escena del crimen, sí había pedazos de un celular abandonado y varios juguetes de niño que estaban tirados por todo el camino.
Vista panorámica desde Usme donde fueron masacradas cuatro personas.

Vista panorámica desde Usme donde fueron masacradas cuatro personas. Foto:Jonathan Toro Romero

“Hasta aquí los persiguieron y a los dos últimos los mataron en ese hueco. Le pegaron siete tiros al tipo y pensaron que estaba muerto, pero no, él alcanzó a llegar con vida al hospital y allá sí se murió”, dijo un soldado.
No se sabe si está es la realidad del día a día de la comunidad que habita las lomas de Alto de los Pinos, pero lo que sí es cierto, es que en cada paso hacía la cima de la montaña se siente el mismo terror que seguramente vivieron las tres mujeres y el hombre quienes fueron perseguidos en la oscuridad por los asesinos que les arrebataron la vida.
Los rastros de sangre, las cintas de peligro, las miradas escondidas entre las casas pero vigilantes a todos los pasos, y las pocas voces que se escuchan en medio de la soledad contando las historias de crimen, parecen ser el legado de estas bandas delictivas que a punta de voz a voz han sembrado el terror en una comunidad acorralada en un callejón sin salida no solo por la violencia sino por la pobreza y el abandono.
JONATHAN TORO ROMERO
REDACCIÓN BOGOTÁ 
EL TIEMPO

Sigue toda la información de Bogotá en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.