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Experiencia local
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Las vías del tren también sufren el incontrolable problema con las basuras y los escombros, ¿por qué se convirtieron en puntos críticos de acumulación de desechos?
Durante los operativos de limpieza y recuperación del espacio en varios puntos de la carrilera del tren, se han recogido hasta 17 toneladas de desperdicios, entre ellas colchones, muebles y residuos de construcción.
Este es el panorama en la calle 192 con carrera 9.ª. Foto: Dadep
Por años, las calles de la capital han sufrido un problema crónico derivado de la mala disposición de las basuras y los escombros. Así mismo, los diferentes modelos de recolección de estos elementos, han generado un grave desorden de acumulación de desperdicios en distintos puntos del espacio público.
Por años, las calles de la capital han sufrido un problema crónico derivado de la mala disposición de las basuras y los escombros. Así mismo, los diferentes modelos de recolección de estos elementos, han generado un grave desorden de acumulación de desperdicios en distintos puntos del espacio público.
Aunque tradicionalmente se habla de los contenedores desbordados, los botes metálicos y hasta los andenes infestados de basura, las vías férreas de la ciudad se han convertido en el lugar perfecto para que muchos ciudadanos terminen por arrojar a lado y lado del carril, desechos de gran magnitud como muebles y colchones, pero también restos de construcción como piedras, baldosín y barras metálicas.
Los más de 40 kilómetros de vías férreas que atraviesan la ciudad, pasan por localidades como Usaquén, Chapinero, Barrios Unidos, Fontibón, Santa Fe, entre otras. Mediante las rutas de tren hacia el norte, oriente, occidente y nordeste, el Ferrocarril de La Sabana se posiciona como una importante vía para la carga de mercancías y materiales desde y hacia la capital. Además, cuenta con una red de estaciones desplegadas por algunas de las localidades anteriormente mencionadas que funcionan para el transporte de s.
Las vías férreas de la ciudad se han convertido en el lugar perfecto para que muchos ciudadanos terminen por arrojar a lado y lado del carril, desechos de gran magnitud como muebles y colchones. Foto:Bomberos de Bogotá
A través de su Turistren, cientos de bogotanos utilizan, no solo este medio de transporte para fines turísticos, sino como su principal opción para trasladarse a sus trabajos o universidades, sobre todo hacia los municipios de la Sabana norte de Cundinamarca.
Sin embargo, y a pesar del impacto positivo que genera en la movilidad de algunos ciudadanos, los vecinos de los barrios colindantes a la carrilera del tren llevan denunciando por años que algunos de sus tramos se han convertido en centros de descargue de grandes piezas de basura y escombros.
Uno de los puntos más críticos es en el extremo norte de la localidad de Usaquén, puntualmente en el barrio El Codito. La intersección de la calle 192 con carrera novena, justo por donde pasa el tren, constantemente tiene montañas de desechos acumulados que suponen un problema en el espacio público del barrio.
Una cabina amarilla de vigilancia y control que pertenece a la empresa ferroviaria comparte espacio, a tan solo un par de metros, con montones de escombros y desechos arrojados, según algunos vecinos, por recicladores, personas inescrupulosas y empresas de construcción que descargan sus volquetas con escombros por esta vía.
La intersección de la calle 192 con carrera novena, justo por donde pasa el tren, constantemente tiene montañas de desechos acumulados que suponen un problema en el espacio público del barrio. Foto:Rodrigo Sepúlveda. Archivo EL TIEMPO
“Este es un sector residencial, con colegios y donde viven niños y adultos mayores que todos los días tenemos que ver como la cantidad de basura es cada vez mayor a cada lado de la carrilera. He visto cuando en la noche vienen personas con carretillas o camiones de construcción a escoger lo que les sirve, y lo que no lo dejan botado ahí. Parece un botadero más de la ciudad”, dijo Constanza Ruiz, residente del sector.
Este es un sector residencial, con colegios y donde viven niños y adultos mayores que todos los días tenemos que ver como la cantidad de basura es cada vez mayor a cada lado de la carrilera. He visto cuando en la noche vienen personas con carretillas o camiones de construcción a escoger lo que les sirve, y lo que no lo dejan botado ahí. Parece un botadero más de la ciudad
Y es que en este punto es común ver cajas, fruta podrida, colchones, muebles de madera y hasta toneladas de cemento, baldosa y piedras que pareciera venir de una construcción cercana.
EL TIEMPO le consultó a la Unidad istrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) sobre los operativos que se realizan en este sector y le confirmaron a este medio que en articulación con la Alcaldía de Usaquén, el Departamento istrativo de La Defensoría Del Espacio Público (Dadep) y otras instituciones han logrado la recolección de más de 17 toneladas de basura y escombros.
Allí se han encontrado también bolsas con ropa, kilos de plásticos de consumo como empaques, tarros, botellas, comida en mal estado y artículos de madera. Este panorama es el escenario perfecto para la proliferación de roedores. Debajo de los cerros de basura que se acumulan, cientos de ratas construyen sus nidos, generando graves problemas de salubridad pública en los habitantes del sector.
Justamente en las viviendas y conjuntos residenciales que rodean el recorrido de la carrilera en este punto de Bogotá, vecinos consultados por este medio manifestaron que la presencia de ratas es cada vez más común en las redes de tuberías internas, encontrándolas en sanitarios o sifones al interior de sus casas. Además, confiesan que por la cercanía con algunos establecimientos de comida, la población de roedores ha aumentado y su guarida perfecta son estas vías férreas.
A este panorama se le añade la cantidad de colegios y centros educativos que quedan a pocos kilómetros de la carrilera, donde peligra la integridad de los menores de edad ante la presencia de estos vectores de enfermedades.
Sin embargo, este es solo uno de los casi 700 puntos críticos de arrojo clandestino de basuras identificados por las autoridades. Para este año la istración distrital estableció que en la localidad de Usaquén existen por lo menos 10 zonas preferidas por los inescrupulosos para arrojar basura.
Las localidades con mayor número de puntos críticos son Engativá (153), Kennedy (71), Bosa (61), Barrios Unidos (56) y Suba (48). A su vez en el escalafón aparecen las localidades de Puente Aranda y Los Mártires que juntas suman 42 polígonos asociados con la mala disposición de residuos.
Uno de ellos, en Puente Aranda, es a la altura de la calle 18 sobre la NQS en sentido norte-sur. A escasos metros del centro comercial Mallplaza y el complejo residencial Plaza de la Hoja, los bogotanos que transitan a diario tienen que convivir con un botadero a cielo abierto que acompaña el paso de la carrilera del tren que viaja desde la avenida Ferrocarril de Occidente, en el barrio El Salitre, hacia la Estación de la Sabana, centro de Bogotá.
Alrededor de esta intersección ferroviaria, el barrio lo componen fábricas e industrias, grandes bodegas, proyectos de vivienda en construcción y espacios verdes que reflejan un importante abandono. Justo al lado de un gran mural de color negro con blanco, el carril del tren comparte espacio con grandes cantidades de basura apiladas.
Durante los operativos de las autoridades, se han recogido masivas cantidades de escombros de construcción que incluyen ladrillos, piezas de madera, metal y cerámica. Además, se han encontrado montañas de tierra, arena y pedazos de plástico de bolsas y empaques.
Continuando el recorrido por las vías del tren hacia el centro de la ciudad, en la localidad de Los Mártires el panorama es el mismo. Ubicada justo en la calle 19 con diagonal 19 A, se encuentra una vía que a simple vista parece cerrada. Sin embargo, es un corredor que conecta la calle 19 con la NQS para los vehículos.
Aunque por allí se puede transitar, muchos conductores prefieren no hacerlo porque la vía a lado y lado está infestada de toneladas de basura regada. A diario se encuentra una gran cantidad de llantas, bolsas de cemento, tablas de madera, plásticos y cajas sobre la vía.
La carrilera del tren no es ajena a esta realidad y a pocos metros de los rieles por donde pasa el tren, se ve basura tirada. Además, hay presencia de habitantes de calle y carretilleros que manejan estos residuos.
Tren de La Sabana Foto:Mauricio León / EL TIEMPO
Frente a esta problemática, la Uaesp explicó que una de sus principales apuestas ha sido la activación de las estrategias cazarregueros, las brigadas de emergencia y los ecopuntos enmarcados en la lucha contra los regueros de basura y los arrojos de escombros en Bogotá.
Los cazarregueros consisten en una flota de pequeños camiones de carga que recorren los barrios y recogen las bolsas con residuos sólidos que durante el día se van acumulando en diversos sectores. Esta estrategia complementa a la recolección ordinaria que realizan los operadores que recogen la basura en la ciudad.
Por su parte, las brigadas de emergencia se encargan de la atención inmediata de recolección de escombros. Según la entidad, mensualmente se recogen cerca de 22.000 toneladas de escombros de construcción, muebles, electrodomésticos y colchones. Esta estrategia cumple este mes tres meses y su proyección apunta a atacar zonas como plazoletas, separadores viales, canales, lotes y demás espacios como las carrileras del tren.
Cuando limpiamos los vallados y puntos de conexión de los humedales, vuelve y aparece muy rápidamente la basura. Parte fundamental del problema con las inundaciones, es la basura y lo que la gente bota en las calles, vías y sumideros
Finalmente, los ecopuntos son unos contenedores móviles que se están moviendo por toda la ciudad. La dinámica consiste en que los ciudadanos depositen volúmenes de hasta un metro cúbico de diámetro de estos residuos. Con este control al manejo de residuos se espera contribuir en la cultura ciudadana del bogotano para que no arroje los desechos en el espacio público.
Justamente, esta problemática toma mayor importancia con la coyuntura por las inundaciones en la ciudad. Tal como lo han manifestado las autoridades, una de las principales razones que agravan la situación durante las lluvias es el taponamiento de las alcantarillas.
De acuerdo con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), muchos ciudadanos arrojan la basura en las calles y el espacio público, así como en las redes de alcantarillado. Estos, resultan siendo sumideros de basura, lo que provoca obstrucciones en las rejillas y el taponamiento impide que las aguas lluvia circulen, causando inundaciones y encharcamientos durante la temporada de invierno.
En los últimos dos años, la EAAB ha limpiado sumideros, pozos, tuberías y canales, retirando 73,690 toneladas de basura y desechos hasta agosto de 2024. Además, se renovaron y construyeron 212 kilómetros de redes de alcantarillado pluvial y 1,426 sumideros para aumentar la capacidad de drenaje y disminuir las inundaciones.
Según la EAAB, en temporadas de lluvia el agua viaja por las calles con materiales sólidos de basura en dirección a las redes de alcantarillado. Por ello, los principales objetos que obstruyen estas rejillas son preservativos, paños, toallas higiénicas, guantes de látex, plásticos y residuos de construcción.
Frente a esta situación, el alcalde Carlos Fernando Galán realizó una alerta sobre la gravedad de este problema en la emergencia que vive la ciudad. “Cuando limpiamos los vallados y puntos de conexión de los humedales, vuelve y aparece muy rápidamente la basura. Parte fundamental del problema con las inundaciones, es la basura y lo que la gente bota en las calles, vías y sumideros”, aseguró el alcalde Carlos Fernando Galán desde el Puesto de Mando Unificado al norte de la ciudad.