Bogotá está llena de historias, pero también de personajes que el paso del tiempo no ha podido borrar. De hecho, varios de estos nombres siguen apareciendo en las conversaciones de los capitalinos y en las calles de La Candelaria.
Juan de Sámano
Juan José Francisco de Sámano y Uribarri nació en Selaya, Cantabria (España), en 1753, y murió en Panamá, en 1821. Fue el virrey número 14 y el último de la Nueva Granada. Perteneció a una familia de larga tradición en la milicia.
Es recordado por sentenciar de muerte a precursores de la independencia colombiana, como Camilo Torres y Policarpa Salavarrieta.
En agosto de 1817 fue nombrado virrey, gobernador, y presidente de la audiencia del Virreinato de Nueva Granada. Historiadores indican que implantó un gobierno de terror.
Vivió durante varios años en una casa en la calle de La Rosa de La Candelaria. La edificación se convirtió en 2008 en un museo satélite del Museo de Bogotá.
José Manuel de Ezpeleta
Conde de Ezpeleta de Beire, caballero Gran Cruz de la Orden de Carlos III, de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y justicia en la Orden San Juan. Durante su istración, vio la luz el periodismo, bajo la dirección de don Manuel del Socorro Rodríguez, primer director del Papel Periódico de Santafé.
Fundó el primer teatro de Santafé y promovió las tertulias literarias en las que participaron algunos de los futuros próceres de la Independencia. En 1794, Espeleta intentó impulsar la minería en Mariquita (Tolima).
El Virrey Ezpeleta vivió en la casa donde actualmente funciona la Fundación Gilberto Álzate Avendaño.
José Raimundo Russi
Russi fue un abogado que vivió en el siglo XIX en la carrera 2 con calle 10, frente a la Universidad de La Salle. Es recordado por ser el ‘defensor de los pobres’, pues, según el portal de la Secretaría de Cultura, protegía a las prostitutas, voceadores, lustrabotas, obreros y otras personas de escasos recursos.
El 18 de julio de 1851 fue fusilado en la ahora Plaza de Bolívar. Dicen que se le acusó falsamente de un robo y un homicidio. Nadie creía que tal personaje bondadoso, de 35 años, fuera capaz de asesinar a un hombre llamado Manuel Ferro.
Al parecer, en las calles de La Candelaria todavía se escuchan los gritos de la víctima cuando es apuñalado. Entrada la noche en la plaza, Russi sigue recorriendo sus costados con la figura delgada, mediana estatura y traje de paño.
Juan González, uno de los comerciantes de la zona le dijo a este diario, a inicios del 2000, que él le dejaba agua al abogado “para ayudarlo en su desvelo y para que me ayude en los pedidos que le hago”.
Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos
Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos nació en Santafé de Bogotá, el 9 de mayo de 1638, hijo de los andaluces Bartolomé Vásquez y María de Ceballos.
Sus primeras experiencias en el arte las llevó a cabo en el reconocido Taller de los Figueroa, donde inició su aprendizaje en compañía de su hermano Juan Bautista.
Desde muy joven demostró una excepcional habilidad artística. Murió en Bogotá, en 1711, en extrema pobreza, dicen los historiadores.
José Caicedo Rojas
Caicedo Rojas fue presidente de la Academia Colombiana de la Lengua en 1874 y escribió para varios periódicos de la ciudad.
Nació en 1816 y tras participar en la guerra de 1840, escribió para El Duende, El Trovador, El Neogranadino, El Museo, El Pasatiempo, El Mosaico y la Biblioteca de Señoritas, entre otros medios. También fundó la Academia Mutis.
EL TIEMPO