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La fiesta secreta en Bogotá que terminó en una tragedia difícil de resolver
La muerte de una mujer conmocionó a la capital, pues no se tenían indicios de los homicidas.
La fiesta sexual secreta en Bogotá que terminó en una tragedia sin resolver Foto: iStock
“En el 301 hay una sa muerta”, alertó un sujeto a la Policía el sábado 27 de julio de 1963.
El hecho generó conmoción entre los vecinos y habitantes deBogotá, pues nadie se explicaba cómo una joven de 24 años yacía desnuda en la cama de su apartamento, ubicado en el barrio Antiguo Country, con un disparo, pero sin arma en la escena.
La ‘sa muerta’ resultó ser Myriam Guerrero Villamizar, una cucuteña con prestigiosos parientes; era la sobrina del parlamentario Jacinto Rómulo Villamizar, como reseñaron los medios de la época.
Ella residía en la capital desde meses atrás luego de una tormentosa relación con Jairo Mantilla, quien pertenecía a una familia de distribuidores exclusivos de la marca Phillips en Norte de Santander.
¿Por qué murió? Era la incógnita que intentaron descifrar los investigadores hasta que se develaron historias de orgías y fiestas sexuales en aquel punto exclusivo de la capital al cual, de acuerdo con los cronistas judiciales, asistían personajes de clase social alta.
Apartamento en arriendo
Myriam no tenía apartamento propio. Vivía en el ahora exclusivo sector de Chapinero gracias al arriendo que le pagaba a Hernán Velazco, un millonario venezolano que, como reseñó EL TIEMPO en aquel momento, había comprado la residencia para cumplir con un requisito judicial.
Velazco había sido acusado de ser conspirador en su país y el extinto DAS de Colombia (Departamento istrativo de Seguridad) le había ordenado vivir a no menos de 200 kilómetros de la frontera con Venezuela.
Aunque en el DAS figuraba la dirección de la carrera 13 con calle 85 como su residencia, el hombre permanecía en Cúcuta y cuando tenía que viajar a Bogotá prefería quedarse en hoteles lujosos.
No se conoce cómo Myriam lo conoció y por qué se animó a vivir en ese apartamento. Pero lo hizo tras inconvenientes con su marido, con quien tenía un hijo.
Se estableció allí y se llevó una sorpresa: las llaves del lugar no le pertenecían a ella únicamente; uncoronel retirado identificado como Ochoa también tenía copia por ser amigo íntimo del venezolano Velazco.
Descontrol en el 301
Amigas de variadisima extracción social: desde cabareteras y coperas hasta niveles como el de Myriam
Una vez Myriam comenzó a vivir en aquel lugar, las fiestas constantes molestaron a los demás residentes del edificio.
“Según pudieron observar, y también sufrir, los vecinos del 301, las orgías eran frecuentes, con música de disco a altísimo volumen”, relató en su momento Felipe González Toledo, escritor y experiodista de EL TIEMPO, en su libro ’20 crónicas policíacas’.
El descontrol al parecer no solo lo propiciaba la cucuteña porque, según se conoció, el coronel Ochoa tenía “amigas de variadísima extracción social: desde cabareteras y coperas hasta niveles como el de Myriam”, aseguró González.
Los s buscaron cosas como compañero de cuarto caliente. Foto:Istock
Por otro lado, la mujer mantenía una relación amorosa con Omar Laverde, un técnico de televisión y vendedor de seguros. Sin embargo, la pareja no se encontraba en su mejor momento.
“Estaba disgustado con Myriam por celos, desde cuando ella en el punto más alto de su crisis económica se fue a vivir al apartamento del venezolano”, dijo Laverde a las autoridades tras ser indagado por la muerte.
A pesar de las dificultades, Laverde invitó a salir a la joven ellunes 22 de julio de 1963 con otras personas. A la medianoche de aquel día regresaron al 301.
Se sabe que Omar se retiró del apartamento en horas de la tarde del martes siguiente y no volvió a saber más de su amada, pues hasta el sábado se difundió la noticia de su muerte.
Las versiones de cómo fue encontrada Myriam con un disparo en la sien son difusas. Como registró EL TIEMPO, una persona habría llamado a una estación de Policía de Chapinero y se habría identificado como ladrón.
“Oiga, soy un apartamentero. En el 301 hay una sa muerta. Nosotros nos robamos el revólver”, aseguró Manuel Araque, quien supuestamente ingresó a la residencia para robar, pero se encontró a la cucuteña sin vida.
No obstante, al ser capturado e interrogado ante un juez, Araque negó haber entrado, hurtado el arma y salido por un ventanal que daba a un pasillo del edificio.
La doble vida de Stander fue retratada en una película, y su historia sigue sorprendiendo a más de uno. Foto:iStock
En el 301 hay una sa muerta
Otra de las versiones, que recopiló el periodista González Toledo, señaló que el coronel Ochoa llegó hasta el apartamento e intentó abrir con las llaves que poseía, pero la puerta estaba trancada con una cadena conocida como ‘perro’.
Después de intentar en repetidas ocasiones ingresar a la vivienda, optó por dar aviso a la Policía, quienes finalmente ingresaron el sábado 27 de julio y percibieron el olor nauseabundo de las alcobas.
Botellas de licor, ropa fina tirada, tres cepillos en el baño y otros enseres en desorden se hallaron. Según el libro ‘Crónicas cucuteñas del siglo XX’ del escritor Gerardo Raynaud, a un agente le llamó la atención un recipiente que contendría “clorhidrato de cocaína”, pero luego de los análisis de laboratorio se identificaría como una crema para el cuidado de la piel de Myriam.
Eso sí, los peritos establecieron que murió entre el miércoles y viernes de esa semana.
La solución a la incógnita: ‘Dama X’
Una mujer, de la cual nunca se conoció su nombre, perteneciente a la clase alta y madre de una reina de belleza de Cundinamarca, dio pistas que condujeron a la resolución de la muerte.
“El qué dirán me importa un pito”, aseguró en charla con González Toledo, experiodista de EL TIEMPO, quien optó por llamarla ‘Dama X’. De acuerdo con su testimonio, tenía una amistad con la joven y percibió en ella una actitud suicida e incluso vio que en su cartera llevaba un revólver.
Es posible que la crisis pueda crear mayores riesgos de suicidio o muertes relacionadas con drogas y alcohol. Foto:iStock
El qué dirán me importa un pito
La señora decidió comparecer ante las autoridades después de un mes de la muerte, tras las capturas de Laverde, el coronel Ochoa, el venezolano Velazco y el esposo de la joven.
“Cuando la Dama X apareció en el juzgado, no menos de quinientos curiosos la esperaban en los alrededores. Renació, entonces, la esperanza de dilucidar el enigmático caso”, se lee en la nota que publicó este diario por aquellos años.
Ni crimen pasional, ni homicidio. El hecho del Country o Crimen del 301, en medio de ‘ires y venires’, se cerró bajo la etiqueta de “un extraño caso de suicidio”.
No se volvió a hablar de las fiestas que allí tuvieron lugar, las personas ilustres que al ritmo de la música tenían un tiempo de descontrol, las relaciones inconexas de Myriam con el venezolano y el coronel retirado, la amistad de la joven con una señora de edad o la desaparición del arma.