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Restaurantes y parte del sector comercio rechazan pico y cédula
Estas fueron las reacciones al regreso del pico y cédula en Bogotá.
Opiniones encontradas dejó el anuncio de la medida de pico y cédula que regirá hasta el 15 de enero y que regulará los aforos a comercios para la adquisición y pago de bienes y servicios; la compra de cualquier producto al detal y por mayor y a los puntos de trámites bancarios, financieros, notariales y de atención al ciudadano.
En general, la ciudadanía comprende que esta es la consecuencia de la indisciplina y una acción ante el incremento de contagios en Bogotá. Después de todo, las cifras indican que no hay que bajar la guardia: en los últimos 5 días, se han registrado entre 3.000 y 4.000 nuevos casos de covid-19 por día. Esto llevó a que, en menos de un mes, se llegara a 31.423 casos activos en la ciudad, una cifra que no se veía desde septiembre y a un repunte de la ocupación UCI para covid-19, hoy cierra en 60,63 %.
“No queremos que tomen medidas pero tampoco nos cuidamos, así muy jodido”, trinó uno de los lectores de EL TIEMPO como reacción a la noticia.
“¡Excelente decisión! La gente se relajó. Pareciera como si el virus se hubiese ido”, agregó Ruth Rodríguez, otra lectora de nuestro portal digital.
CITY TV también hizo un sondeo en calles y, por lo general, la población reconocía la medida como necesaria. Aunque, en varios canales, manifiestan que no ven solución a otros factores de riesgo en la ciudad, como lo son las fiestas clandestinas - solo este fin de semana se encontró una con más de 200 personas-, el desorden de parte del comercio informal en algunas zonas de Bogotá y los niveles de ocupación en el transporte público.
Pero, quienes dieron un ‘no’ al pico y cédula fue una parte del comercio formal y, sobretodo, el sector de restaurantes.
“La restricción de pico y cédula, en este momento, lo vemos como algo inconveniente porque el comercio formal viene cumpliendo con los protocolos. Evidentemente hay una situación muy difícil en la ciudad, pero el trabajo debe ser evitando las aglomeraciones en algunos sectores de Bogotá y en el comercio informal que, de una manera u otra, está generando toda esta situación”, aseguró Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá y solicitó reconsiderar la medida.
A su vez, Acodres, la Asociación colombiana de la Industria Gastronómica, pidió al Distrito entender la situación de los restaurantes y sus empleados. “La medida es conveniente porque claramente los números demuestran que muchas familias están dejando de lado el autocuidado. Pero una medida de pico y cédula aplicada a los restaurantes prácticamente provoca su cierre, sobretodo en una época en que ya están tomadas reservas. Al no coincidir los números de cédula, se empiezan a cancelar las reservas y, nosotros como sector, acumular de nuevo pérdidas porque nos quedamos con el inventario comprado y con el personal contratado”, lamentó Henrique Gómez, presidente de Acodres quien también pidió a la Alcaldía “buscar alternativas que nos exceptúen del pico y cédula y que contribuyamos a que las personas no salgan de manera masiva”.
La estrategia ‘Bogotá a cielo abierto’ ha reactivado 6.900 restaurantes, con 400.000 clientes. Foto:Carlos Ortega. EFE
La afectación a los restaurantes no es cosa menor. Según cifras de la Asociación, del total de 40.000 negocios que existían para 2019, hoy solo 10.790 han logrado reactivarse. En septiembre, se tenía proyectado que cerca de 24.000 restaurantes posiblemente nunca volverían a abrir sus puertas. Ahora, con el pico y cédula, se calcula que están en riesgo 7.030 empleos. Y la preocupación trasciende las cifras.
Hoy, los chefs y es de los negocios amanecieron haciendo cuentas. Es el caso de Natalia Carreño, de Chichería Demente, un restaurante que lleva dos años de operaciones y uno de ellos lo “sobrevivió” en pandemia. “Desde la reactivación, habíamos empezado con una actividad bastante buena y nos permitía pensar en una recuperación en diciembre, después de varios cierres de mes muy duros. Ahora con esto, esperamos que la gente empiece a cancelar sus reservas: es mínima la probabilidad de que sigan viniendo. En diciembre podemos tener casi que el doble del inventario... esto es un golpe y no hubo aviso anticipado”, comenta Carreño, quien asegura que la Chichería estaba comprometida con los protocolos. “Tenemos capacidad para 222 personas, y estábamos recibiendo menos de la mitad por protocolos. Tampoco redujimos la fuerza laboral, son 30 empleados, muchos de ellos población vulnerable, jóvenes que tienen como este su primer empleo. No los vamos a despedir, los queremos ayudar, pero así nos la ponen ‘de para arriba’”, agrega Carreño.
Otro de los que lamenta esta “decisión apresurada” es David Orozco, chef de Adentro y de Chorilongo. “Los que hemos hecho las cosas bien, invirtiendo en protocolos y en bioseguridad, estamos ‘pagando los platos rotos’ de quienes hicieron las cosas mal. Es injusto. Soy consciente del problema y, de hecho, somos nosotros los que primero queremos que no se contagien ni los clientes ni nuestros empleados, pero lo que hay que atacar es la irresponsabilidad: si el sector informal no ayuda...”, manifiesta Orozco. Para Chorilongo, se hizo una inversión para adecuar un espacio al aire libre de 850 metros cuadrados para recibir 90 personas.
“Y ahí me voy a quedar con las 90 sillas. La bioseguridad y protocolos que se tienen aquí no se tienen ni en casa. La gente en el hogar se reúne en espacios pequeños, sin tapabocas, comparte vasos y cubiertos; nosotros tenemos todo distanciado, con desinfección, con protocolos estrictos”, asegura Orozco y agrega que está especialmente preocupado por sus empleados, que dependen, en buena medida, de las propinas. Pero afirma que también se verán afectados los proveedores. “Ya los chats empiezan a sonar, de la gente cancelando sus reservas. Indudablemente esto nos va a afectar, justo cuando veíamos que por fin estábamos despegando de un año muy difícil”.
Por otra parte, aunque Acecolombia, la Asociación de Centros Comerciales, no se pronunció frente al tema, la oficina de comunicaciones sí afirmó el compromiso del sector con el cumplimiento de la norma.