Desde que Claudia López llegó a la alcaldía de Bogotá, uno de sus principales objetivos ha sido reverdecer la ciudad, por lo que junto a la Secretaría de Ambiente han venido trabajando en acuerdos voluntarios de conservación entre el Distrito y diferentes actores privados para que cada vez más ecosistemas estratégicos se puedan preservar y restaurar en la capital.
Una de las reservas fundamentales para este proyecto es la Thomas van der Hammen, ubicada en el norte, entre las calles 150 y 235, ya que al día de hoy completa nueve acuerdos de conservación con particulares.
En total, durante la actual istración se han firmado 15 de estos compromisos, en varias áreas de la ciudad, que suman alrededor de 174,02 hectáreas. Solo la Van der Hammen tiene 70,02 hectáreas y el objetivo es llegar a 100.
Es importante tener en cuenta que de las 1.395 hectáreas que tiene la reserva forestal Thomas van der Hammen, la mayor parte se encuentra en Suba y, en una porción más pequeña, en Usaquén, y es conectora y articuladora de la montaña con el río Bogotá. Además, es el único suelo rural de planicie y de conexión ecosistémica que queda entre los cerros orientales y el espejo de agua.
Además, hace parte de los humedales de La Conejera y Torca-Guaymaral, desde los cerros orientales hasta el límite del río Bogotá. También conecta con el bosque Las Mercedes, que fue declarado santuario de fauna y flora; el bosque Las Lechuzas y el parque ecológico distrital de Montaña Cerro La Conejera.
Según datos de la Secretaría de Ambiente y el Jardín Botánico de Bogotá, esta área es el hábitat y hogar de paso de 11 especies de mamíferos, 23 de mariposas, diferentes aves –entre las que se destacan 24 acuáticas–, entre otros animales.
Su suelo alberga igualmente cerca de 200 especies vegetales de alto valor ecológico, encontradas entre la vegetación de los cuerpos de agua, herbazales y zonas de bosque, como el cedro, el palo blanco, el arrayán, el raque, el corono, mano de oso, cordoncillo y gran variedad de miconias y orquídeas.
Por eso, en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) 2022-2035 se busca proteger y consolidar la reserva Thomas van der Hammen con acuerdos de conservación y otras estrategias para su restauración y manejo.
Durante esta istración se ha enfatizado en varias ocasiones que esta área no se urbanizará de ninguna manera y su protección es innegociable.
Sin embargo, aunque esta fue declarada en el 2011 reserva forestal regional productora por la Corporación Autónoma Regional (CAR) Cundinamarca, con el objetivo de garantizar la conectividad de los cerros orientales con el río Bogotá, actuar como barrera ante los procesos de conurbación y ser un pulmón en el borde norte de la ciudad, en años pasados se intentó hacer uso de este predio para construir viviendas y ampliar vías.
Los acuerdos
En cuanto a los acuerdos, estos lo que buscan es que entre dos o más actores preserven, restauren y realicen usos sostenibles de la biodiversidad, y así mismo generen conocimiento ambiental, garantizando el bienestar de los ciudadanos y conservando las condiciones ambientales.
Cabe resaltar que los recursos para ejecutar estas acciones provienen de fuentes financieras del Estado y alianzas con privados.
La Secretaría de Ambiente firmó cinco nuevos acuerdos de conservación con colegios localizados en la reserva Van der Hammen, que suman un total de 17,84 hectáreas. Los compromisos se realizaron con el Evergreen School, con 6,96 hectáreas; el José Joaquín Castro Jiménez, con 1,23; el Nuevo Campestre, con 1,94; el Colombo American School, con 4,6, y el colegio Alfonso Jaramillo, con 3,11.
“Estamos felices de trabajar con los ciudadanos y ciudadanas para aprender juntos a conservar estas áreas de protección, a tener claro que su importancia indica que es responsabilidad de todos y todas cuidarlos”, dijo la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.
Así las cosas, la reserva Thomas van der Hammen suma nueve acuerdos, uno firmado en 2020 con la Hacienda La Conejera, con 19,24 hectáreas; tres en 2021, con la hacienda Las Mercedes, con 21,37 hectáreas; con Flores los Andes, con 5,8 hectáreas, y con Sunshine Bouquet, con 5,77, y en 2022 los cinco ya mencionados.
Estos acuerdos marcan un referente sobre una acción de beneficio hacia la comunidad, que aporta al cuidado de la casa común...
La meta de la istración distrital es llegar a 100 hectáreas en esa reserva y 153 más en otras zonas, a través de los acuerdos de conservación.
Carlos Devia, profesor asociado de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana, le dijo a este diario que aunque los acuerdos son una buena idea desde que haya voluntad de las partes, deberían estar también asociados desde la difusión hasta las obras de mejoramiento del entorno, es decir, incluir señalización, eliminación de tensores de degradación, recuperación de servicios ecosistémicos, entre otros.
“Estos acuerdos marcan un referente sobre una acción de beneficio hacia la comunidad, que aporta al cuidado de la casa común y que, en la medida en que se tracen planes de acción consecuentes, contribuirían al bienestar de los bogotanos, colombianos y del planeta en general”, explicó Devia.
Por su parte, Raquel Romero, ingeniera ambiental de la Universidad Manuela Beltrán, explicó que esos compromisos facilitan esa integración con colegios y con universidades para que la ciudadanía y otros entes que no son solamente públicos estén pendientes y tengan un compromiso con los ecosistemas, con el medioambiente, con la salud y el bienestar de la ciudad de Bogotá.
“Yo veo que los acuerdos ya firmados se han venido cumpliendo; sin embargo, quienes deben vigilar el cumplimiento de estos, de estas metas y estos objetivos son las autoridades ambientales, porque el beneficio es para toda la ciudadanía en general”, concluyó la ingeniera ambiental.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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