Sacar a los carros particulares y priorizar el tránsito de bicicletas y buses públicos en ocho ‘ejes socioambientales’ es la propuesta que hace el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) para enfrentar el tráfico de Santiago de Chile.
Su director, Juan Carlos Muñoz, habló con EL TIEMPO de esta estrategia que además, se presenta como una respuesta a las dificultades de movilidad que llegaron a la capital como consecuencia de las movilizaciones sociales y los daños a la infraestructura de transporte.
“Lo hacemos pensando en que necesitamos hacer esfuerzos más contundentes para bajar la huella de carbono. Eso exige que más personas se vuelquen hacia el transporte público y no motorizado. Lo bueno es que, ante emergencias ambientales por calidad del aire, ya se han implementado medidas temporales que priorizan el uso del bus de la forma propuesta. Nosotros estamos agregando la bicicleta a esa medida y pedimos que se implemente todo el año, no solo en los episodios de emergencia ambiental”, explicó Muñoz.
La propuesta de Cedeus escogió ocho ejes de Santiago que permitan solo la circulación de buses y bicicletas de 7:30 a 9:30 a. m. y de 5:30 a 7:30 p. m., las ‘horas punta’ del tráfico chileno. Estos ejes tienen alto flujo de transporte público troncal y conectan sectores periféricos y centrales, lo que los hace atractivos para los que usan bicicleta.
La idea, explican, es que monitores viales solo permitan el ingreso de estos dos medios de transporte a los ejes.
“Permitiría que estos ejes aumenten su capacidad efectiva medida en personas por hora, al contrastarlo con condiciones de tráfico estructurado mayoritariamente en un flujo de automóviles bajo en ocupación y circulando a muy baja velocidad”, detalla el informe. El director del Centro agrega que esto permitiría también aumentar la frecuencia de buses y con eso la capacidad que ellos ofrecen.
El Cedeus ya envió esta propuesta al Ministerio de Transporte, de quien dependería considerarlo o no. Ahora, el resultado del proyecto coincidió con las consecuencias de las movilizaciones sociales de Chile en el transporte de Santiago.
Producto del estallido, la falta de metro y la inestabilidad en transporte, mucha gente se volcó a las bicicletas
“En puntos muy específicos de la ciudad hubo daños importantes. En el metro, por ejemplo, se dañaron muchas estaciones que se han ido recuperando de a poco. También hay rutas de buses que se ven sometidas a interrupciones de servicio producto de las manifestaciones, por lo que se pierde algo de confianza en el sistema”, relata Muñoz y agrega un resultado inesperado “producto del estallido, la falta de metro y la inestabilidad en transporte, mucha gente se volcó a las bicicletas. Da la impresión que en algunas zonas se duplicó su uso en estas semanas”.
De ahí que el Cedeus vea este contexto como una oportunidad clave para cederle más espacio a la bicicleta y hacer un llamado de atención a las autoridades. “El aumento de viajes no ha estado correspondido por una mejor oferta de infraestructura ni garantías para el ciclista. Hay vías que ya están llenas, generando fricción entre los propios ciclistas. Lamentablemente la gobernanza de estas ciclovías es muy inadecuada, pues depende los 34 municipios en que está dividida la ciudad. Así, no hay continuidad porque cada comuna hace su esfuerzo de acuerdo a la prioridad que le da a este tema”, apunta Muñoz.
Y la idea general se sustenta en experiencias internacionales. Durante la formulación del proyecto, el Cedeus revisó los casos de ciudades europeas y de cómo implementaron medios sostenibles e invirtieron la pirámide de movilidad en la que, por décadas, se dio prioridad al carro particular.
De hecho, uno los referentes fue Holanda y sus huelgas de transporte público. “Las autoridades determinaron que infraestructura para motorizados fuera dedicada excepcionalmente al tránsito de bicicletas. Esta medida permitió paliar con éxito los efectos en movilidad”, explica el centro de estudios chileno.
ANA PUENTES