¿Qué debe hacer Bogotá para disminuir las cifras de siniestralidad y de motociclistas muertos?
Dos expertos analizan en EL TIEMPO las medidas que se deben agudizar en pro de disminuir los siniestros viales que involucran motociclistas. ¿Qué dice la industria que vende estos vehículos?
Sergio Andrés Gamboa
Periodista
El auge de las motos como medio de transporte no está en discusión y así lo demuestran las cifras de venta en el 2024. Durante los primeros 10 meses del año se registraron, en el país, 658.637 motocicletas, lo que muestra un crecimiento del registro de motocicletas del 16,71 por ciento en comparación del mismo periodo en 2023.
El crecimiento de este medio de transporte también trae consecuencias para las capitales, que ven cómo aumenta la siniestralidad y cómo los motociclistas se ven involucrados en estos sucesos. Hasta septiembre del 2024, en Colombia fallecieron 3.649 motociclistas, de los cuales 209 casos ocurrieron en Bogotá.
Para Ricardo Montezuma, director de la fundación Ciudad Humana y experto en movilidad, en el caso de Bogotá es un reto grande que la cifra de siniestros viales disminuya debido a que cada año la capital tiene en sus vías más y más motociclistas.
“En términos absolutos, Bogotá es la ciudad que más muertos pone en Colombia y, con la Sabana, es uno de los lugares donde más está creciendo el número de motociclistas”, dijo Montezuma.
En su análisis, la adquisición de una gran cantidad de motocicletas para trabajo y transporte hace que la prevalencia de los accidentes aumente cada año.
“Muy poquitos cumplen las normas y se comportan bien. Muchos de los que se matan son muy jóvenes. La mayor parte de las personas que se matan en una motocicleta, hasta los 23 años, no tienen licencia”, mencionó Montezuma.
Esta opinión la comparte Juan Pablo Bocarejo, exsecretario de movilidad de Bogotá, quien añadió que parte de la dificultad es que los conductores de motocicleta en “buena parte son jóvenes con poca experiencia".
Bocarejo también agregó que uno de los factores principales es el uso de la motocicleta en nuevas líneas de trabajo: "El riesgo que tenemos persiste, especialmente porque se ha banalizado el uso de la moto como transporte público a través de plataformas".
Para los expertos, estas situaciones ocasionan que la disminución de estas cifras fatales esté lejos de cambiar. De hecho, recalcan que si se compran más motos y se obvian las medidas de seguridad y educación en la vía, los siniestros están muy lejos de poder disminuir y más gente morirá en los próximos años conduciendo uno de estos vehículos.
El 55,7 por ciento de los motociclistas en la capital no se detienen ante una señal de pare. Foto:Mauricio Moreno.
EL TIEMPO
¿Qué se debe hacer para bajar las cifras de motociclistas muertos por siniestros en Bogotá?
Montezuma y Bocarejo coinciden en que, en tanto la persona que adquiera una motocicleta para cualquier fin no entienda la responsabilidad que tiene cuando está manejándola, es muy complicado que las cosas cambien para Bogotá y, por supuesto, para Colombia en materia de seguridad vial.
“La palabra clave es control. Tiene que haber mucho más control. Está fallando la política pública colombiana", aseguró Montezuma. También consideró que se debe controlar quién accede a los permisos para manejar un vehículo de este tipo, además de regular y controlar su accionar en la vía. “El problema está en que, como no hay control, la gente no tiene ni SOAT ni licencia”, adicionó.
En otro punto, señaló que en el país es escasa la educación para los motociclistas. Montezuma añadió que tienden a evadir la responsabilidad y toman actitudes en la vía que no son propias en su papel, especialmente, en Bogotá.
Bocarejo, por otra parte, sumó un llamado de atención a mejorar la infraestructura en la capital. "A nivel del Distrito, se debe seguir trabajando en adecuar la infraestructura para que sea segura. Sorprende que en algunos corredores nuevos entregados por el IDU se presente una alta siniestralidad. El control con cámaras es fundamental ya que el principal factor de riesgo es el exceso de velocidad", dijo. También enfatizó en el control que se tiene con respecto a las velocidades en las que circulan los motociclistas de la capital.
De esta manera, la regulación de la velocidad, la educación de los motociclistas y el control en los permisos para circular son, entonces, tres alternativas que, de acuerdo con las percepciones de los expertos, podrían contribuir en la mitigación de cifras de siniestros viales en la capital.
¿Qué dice el gremio de las motocicletas sobre el tema?
EL TIEMPO, además, se comunicó con la Cámara de la Industria de Motocicletas de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) para conocer cómo analizan la situación con la siniestralidad de estos vehículos en Colombia.
Para esta entidad, el problema inicial radica en la educación del motociclista. "Estamos convencidos de que una de las principales causas de siniestralidad tiene que ver con la escasa o nula formación de los conductores", aseguraron.
Además, puntualizaron que otro de los factores es la velocidad y la tecnología de los medios de control a estos actores viales. Esto último, dirigido a las áreas con mayor índice de siniestralidad para gestionar la forma en la que se está conduciendo.
Como alternativa, la Andi propone que "hay que fortalecer los sistemas de expedición de licencias de conducción para todos los actores viales, especialmente para proteger a los más vulnerables".
Desde esta Cámara se avanza en capacitaciones para la responsabilidad social e iniciativas que eduquen a los motociclistas en pro de la seguridad vial. "El año pasado en iniciativas de responsabilidad social, se lograron impactar a más de 600.000 colombianos", señalaron.
Por último, manifestaron que las motos que se venden en Colombia son seguras y que se avanza en la normatividad actualizada. De hecho, también añadieron que, "terminando 2025, las motocicletas que se ofrezcan en el país tendrán niveles de seguridad activa muy similares a las motocicletas en Europa".
En conclusión, las motocicletas que circulan en el país cumplen con estándares de seguridad. Sin embargo, la educación del piloto y la responsabilidad vial son esenciales para contribuir en vías más seguras para los motociclistas así como para peatones y conductores de otro tipo de vehículos.