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Así se vivió en las entrañas de Quetame la peor tragedia del año por lluvia: 15 muertos
Cuatro quebradas se desbordaron y arrasaron con viviendas. Hablan los familiares de las víctimas.
A las 11 de la noche del pasado lunes, después de al menos cinco horas de fuertes lluvias, una avenida torrencial provocada por la quebrada Naranjal y el río Negro causó una emergencia en zona rural del municipio de Quetame, en el oriente de Cundinamarca.
Las aguas arrasaron con varias viviendas de la vereda Naranjal, ubicada cerca a la vía al Llano, la cual tuvo que ser cerrada.
Álvaro Farfán, capitán de los Bomberos de Cundinamarca, confirmó que, hasta este martes 18 de julio, el saldo de fallecidos ascendió a 15, cuatro de ellos encontrados aguas abajo, en jurisdicción de Acacías (Meta). Se reportan seis heridos, y aunque el censo no está completo, se presume que 13 personas están desaparecidas.
La fuerza de la avalancha destruyó también un puente vehicular de 118 metros de longitud que se encuentra antes de llegar al peaje de Naranjal de la doble calzada al Llano, en sentido Villavicencio-Bogotá.
Organismos de rescate hacen presencia en la zona de la emergencia. Foto:Policía Nacional
La otra estructura, de unos 121 metros y que se encuentra paralela, en sentido Bogotá-Villavicencio, quedó en pié. No obstante, la concesión Vial Andina (Coviandina) informó que una de sus pilas fue impactada por material proveniente del primer puente, “razón por la cual es necesario que esta infraestructura se mantenga cerrada mientras se concluyen los estudios iniciados y se ejecutan los trabajos de reparación”.
Asimismo, señalaron que, junto con el Ministerio de Transporte y la ANI, trabajan en la instalación de dos puentes metálicos de 60 metros tipo Bailey, con las que esperan reabrir el paso “en el menor tiempo posible”.
Según el gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, esta instalación se demoraría entre dos y tres semanas.
Las casetas del peaje localizadas en la misma zona se vieron afectadas por el agua y el barro que arrastraron las quebradas, principalmente Naranjal y Estaquecá, pero sin mayores consecuencias, aunque sí obligó a suspender el tránsito en todo el corredor. Esto ocasionó largas filas de automotores en la carretera y en la zona de Usme, en Bogotá, y en el sector de Fundadores, en la salida de la capital del Meta.
El peaje cercano al municipio también se vio afectado por la emergencia. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
Ante esta emergencia por el invierno, el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, dijo que desde la 1:30 de la mañana se había instalado un puesto de mando unificado y que se declaró la calamidad pública y la emergencia manifiesta para poder disponer de los recursos de manera inmediata, a fin de atender a las víctimas y a las familias damnificadas, así como las obras que “se deban hacer para mitigar esta tragedia”.
Por su parte, el gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, se solidarizó con su homólogo de Cundinamarca y urgió la ayuda del Ministerio de Transporte y de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) para que se restablezca lo más pronto posible el tránsito por el corredor que conecta a los Llanos Orientales con la capital del país.
“Hay mucha preocupación porque los alimentos perecederos que vienen del Ariari y la carne y el ganado que se transportan desde el Meta se quedan en la vía”, señaló Zuluaga, quien dijo que afortunadamente quedó un puente en pie en la calzada Bogotá-Villavicencio y esperaba que se pudiera dar en funcionamiento.
Destacó que la vía cruza por una cordillera joven, en formación e inestable, que se puede ver afectada en cada invierno. También señaló que hay más de 80 puntos críticos que necesitan atención del Invías y advirtió la desconexión del Gobierno con la región.
El ministro de Transporte, William Camargo, también se pronunció sobre la emergencia en Quetame y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas. Dijo que las autoridades civiles, militares y de policía y su cartera “avanzan en el acompañamiento de los familiares de los fallecidos y en el restablecimiento de las condiciones de circulación del corredor”.
Se creó un PMU para monitorear el terreno y para las labores de rescate. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
Camargo, igualmente, pidió a los s de la vía al Llano utilizar como vías alternas las transversales del Sisga y del Cusiana. La primera, según el mismo mintransporte, tiene paso intermitente a un carril entre los municipios boyacenses de Macanal y Santa María (ver recuadro). La segunda, si bien está transitable, tiene varios puntos críticos.
Lo propio hizo Olmedo López, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), quien dijo que se avanza en el registro de damnificados con el fin de que las familias afectadas puedan recibir las ayudas humanitarias y el subsidio de arriendo de 500.000 pesos por una sola vez. Anunció que, tras un estudio, se hará el reasentamiento de la vereda Naranjal.
Justamente, un informe de la UNGRD da cuenta de que lo ocurrido en Quetame es quizá la tragedia más grande en lo que va del año por las lluvias. Mientras en todo Cundinamarca se habían registrado 11 fallecimientos por este tipo de desastres entre enero y el 17 de julio, solo en el evento ocurrido ayer fueron 15 los decesos. La cifra de muertos por esta causa en todo el país asciende a 72.
Esa zona del oriente del departamento de Cundinamarca, principalmente en jurisdicción del municipio de Guayabetal, se había visto afectada hace cerca de 20 días por deslizamientos que llevaron a suspender de manera preventiva el tránsito de vehículos en el kilómetro 58 de la vía.
La creciente de la quebrada Naranjal se llevó algo más que las casas del pueblo. Arrasó con familias enteras y con ellas, los sueños de la vida que estaban construyendo. Así fue la historia de la familia Viracachá Cruz, que fue arrastrada por la corriente súbita.
Stefy Carolina Viracachá. Foto:Archivo Particular
Los cuatro hoy ya no están: Liliana Cruz, Willson Viracachá y sus hijos Dylan Samuel y Stefy Carolina. Esta última era una joven promesa del patinaje, como la describió su entrenador Jefferson Rey, quien la acompañó en ese camino desde los seis años.
Amigos de la familia se enteraron del fallecimiento por redes sociales. Dice Rey que les contaron que el cuerpo de Liliana fue encontrado abrazado al de su hijo menor, Dylan; a los pocos metros apareció sin vida Wilson, y en otros lugares hallaron a Stefy. Cuenta que de esta familia solo sobrevivieron los abuelos y un tío.
“Ellos viven en la parte alta de la vereda y por eso se salvaron”. La joven promesa del deporte había ganado el sábado en la Ruta Dorada en Madrid, Cundinamarca, y reunía fondos para sus primeros patines profesionales.
Carlos Arturo Carrillo lo perdió todo. “Yo me fui para Guayabetal y dejé la casita ahí. Cuando bajó la creciente se lo llevó todo, me quedé sin nada porque perdí a mis familiares, a mi suegra, a mis cuñados, los sobrinos y nietos”.
En medio del desespero, este hombre afirma que las autoridades no le han confirmado si alguno de los muertos en la tragedia son sus familiares.
Por ahí dicen que encontraron a una señora de edad y que es mi suegra, también que encontraron a un muchachito pequeño, que es mi nieto
“Por ahí dicen que encontraron a una señora de edad y que es mi suegra, también que encontraron a un muchachito pequeño, que es mi nieto; pero no sé si es él”, se lamenta.
Carlos Arturo, quien vive de la agricultura, dice que le pide al Gobierno Nacional que les colaboren y “los tengan en cuenta” por la pérdida que tuvieron.
Carrillo se dedica a la agricultura y dice que tenía su casa solo para dormir porque la mayor parte del tiempo se la pasaba trabajando de forma independiente en las veredas vecinas, y justamente eso, su trabajo, fue lo que lo salvó de ser arrastrado por el agua, como le pasó a su casa.
A Marta, Marcela y Marina las agarró la avalancha cuando intentaban huir de la lluvia que arreció la noche del 17 de junio. Estaban todas reunidas en la casa cuando de repente escucharon el golpe del agua de la quebrada que caía con fuerza sobre las viviendas y arrastraba todo a su paso.
Ninguna de las tres logró salir con vida, cuentan los sobrevivientes del hecho. Las tres mujeres lideraban los círculos comunitarios de la vereda Naranjal, la una era presidente de la junta, la otra, vicepresidenta, y la tercera, su tesorera.
Yoris, su otra inseparable amiga, dice que esa noche todas fueron a refugiarse en la casa de Marta pero que no lo lograron, “la lluvia era fuerte y fue imposible darse cuenta de la cantidad de agua que venia. Ellas no alcanzaron a buscar resguardo”.
Aunque ya se sabe que las tres mujeres perdieron la vida en la emergencia, su amiga de toda la vida las sigue buscando porque necesita, al menos, hallar los cuerpos y despedirse de ellas. La mujer además ayuda a buscar los otros vecinos y amigos que también perdieron la vida la trágica noche.