¿Quiénes son los encapuchados que están detrás de la ola de violencia en inmediaciones de la Universidad Nacional?

(Lea también: Disturbios en Bogotá este jueves: estas son las imágenes de los desmanes cerca a la Universidad Nacional).

Incluso, durante la última jornada de enfrentamientos quedó registrado en video cómo los encapuchados intentaron incinerar vivo a un uniformado que estaba atendiendo la situación en el puente de la carrera 30 con calle 45, en todo el frente de la universidad.

​Este hecho también se suma a otros episodios, como el del 25 de abril, en el que encapuchados frente a la sede de la Universidad Distrital en Ciudad Bolívar quemaron un bus zonal, situación que se repitió con otro vehículo de transporte público frente a la Nacional. Además, están las denuncias del personal de seguridad de la sede central de la Nacional que afirman haber sido retenidos y obligados a tomar sus propios orines.
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Pero la situación tomó otro rumbo cuando la vicerrectoría de la Nacional decidió declarar alerta roja dentro del campus, porque se encontró material explosivo y elementos para la fabricación de artefactos para afectar la infraestructura y, se presume, la vida de estudiantes y uniformados, como lo señalaron las autoridades. 

Ante esta ola de violencia, el secretario de Seguridad, César Restrepo, le hizo un llamado al Gobierno Nacional para que se detenga "la existencia de elementos explosivos artesanales, armas incendiarias, artefactos contundentes" dentro de la institución educativa. 

"Nosotros no podemos ir más allá de las barreras de los lugares universitarios, la jurisdicción interna de ellos es del Ministerio de Educación. Estas armas ponen en riesgo la vida de los bogotanos y adicionalmente se convierten en la destrucción de bienes públicos", indicó Restrepo.

El secretario añadió que, si bien estas "armas hechizas" pueden ser creadas con "gasolina, una botella y un trapo", eso no las hace "menos peligrosas (..) Eso quema, mutila, incinera gente, quema buses que tienen gente adentro", dijo.

Restrepo afirmó también que en la noche del pasado jueves "intentaron incinerar policías", quienes afortunadamente no resultaron heridos. "La pericia que tienen no disminuye el riesgo que vivieron", aseguró. 

Además, dijo que alrededor de 70.000 personas "estuvieron encerradas en el transporte público" por los bloqueos.

"En días anteriores quemaron una moto de un policía de tránsito y lo atentaron con dos artefactos explosivos artesanales, que no le explotaron gracias a Dios. Y hace tres semanas amenazaron con un arma blanca a un conductor de SITP y quemaron el bus en donde iban por lo menos 20 niños y adultos", indicó el secretario.

Añadió que, hace dos semanas, los encapuchados "pretendían quemar a las afueras de la Nacional un bus con 80 personas". "A qué hora se volvió normal. (...) Pareciera que a nadie le importara, al Distrito sí le importa".

Por su lado, Hugo Acero, analista y exsecretario de seguridad de Bogotá, explicó que el incremento de la violencia en los entornos de la Universidad Nacional no está relacionado directamente con la polémica elección del nuevo rector sino que es un patrón que se ha afianzado con los años a causa de la aparición de la denominada primera línea que “sin ser estudiantes habían convertido el campus universitario de la UN en el sitio de confrontación con la fuerza pública”. 

Según Acero, lo que ocurre en la Nacional es una “situación contraria a la de la Universidad Pedagógica donde los estudiantes se opusieron a la presencia y accionar de estos grupos en su campus. Las autoridades lo saben, hoy gran parte de estos desmanes en la Universidad Nacional son protagonizados por estos grupos y en su gran mayoría no son estudiantes”.

Por otro lado, advierte que para poder enfrentar estos brotes de inseguridad dentro del campus universitario es indispensable la coordinación entre las autoridades nacionales, distritales y las gobernaciones, que son los responsables del manejo del orden público y de la seguridad de los ciudadanos con las autoridades universitarias.

“Con acciones coordinadas de investigación criminal e inteligencia se puede identificar, detener y poner a disposición de la justicia a los responsables de estos hechos. Pero esta coordinación no se está dando y por eso es que no se ha dado una respuesta como corresponde a la gravedad de los acontecimientos”, alertó Acero. 

Ante la pregunta de si quienes están dentro de estas acciones son los estudiantes, el Secretario afirmó que, para él, "son unos delincuentes que amenazan la funcionalidad de la ciudad y la vida de los bogotanos". 

"Tienen la intención de destruir y el alcance de matar personas", dijo, y añadió que, incluso, dentro de la misma institución, han intentado agredir a vigilantes y "han golpeado" a personal istrativo. 

"Estos tipos tienen capturada la universidad. Cada vez que los van a capturar entran a la universidad, y allá tienen un santuario donde pueden hacer lo que se les da la gana. (...) Lo que no puede seguir pasando es que los claustros universitarios sean usados por individuos que abusan de ​la autonomía y del régimen académico para esconder artefactos explosivos y con impunidad atentar contra la vida", aseguró.

Dijo que desde el Distrito ya se están realizando las investigaciones correspondientes y recolectando información a partir de las denuncias ciudadanas para lograr capturar a los responsables, y que para eso "es crucial" la ayuda de los bogotanos.

"El Distrito lo que hace es cuidar la calle y reaccionar cuando atacan a la ciudad y los ciudadanos, que bloqueen las vías en la 26 y la 30 ya es una agresión. Pero allá adentro la responsabilidad es del Ministerio de Educación, ​y hasta el momento no ha dado una respuesta sobre el riesgo que representa para la vida de los ciudadanos", añadió.

Ante la pregunta de si estos encapuchados hacen parte de la primera línea o de algún grupo criminal como las disidencias de las Farc, hipótesis que se han planteado anteriormente, el secretario aseguró que por el momento no se darán más detalles para "no entorpecer las investigaciones". 

Si bien en los últimos días los desmanes cerca a la Universidad Nacional han sido frecuentes y se han incrementado por la elección de José Ismael Peña como rector de la institución, no es un problema nuevo. 

Por ejemplo, en abril del 2022, un grupo de encapuchados que se hacía llamar el 'movimiento bolivariano’ intentó tomarse la universidad. En ese entonces, un grupo de uniformados a bordo de cuatro patrullas de la policía ingresó de manera inesperada a las instalaciones para hacerle frente a la situación.

Pese a la magnitud de los hechos ocurridos desde hace más de un mes en la Universidad Nacional hay que decir que este panorama no ha sido nuevo ni es la primera vez que misteriosos encapuchados intentan tomar el control del campus universitario y arremeter contra la fuerza pública. 
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​La última vez que se vio un escenario de tal magnitud en la universidad fue el 8 de junio de 2023 cuando un grupo de encapuchados provenientes de diferentes facciones insurgentes de las universidades públicas de la ciudad se dio cita en la entrada de la Universidad Nacional y formó el tropel más fuerte de los años recientes entre encapuchados y de la fuerza pública. 

Según una fuente informada, lo que se vio ese día en la entrada de la calle 26 de la Universidad Nacional fue un hecho sin precedentes. Distintos grupos radicales, que nunca se habían juntado por diferencias políticas, se encontraron en el mismo escenario para enfrentarse a los uniformados y “conmemorar” el día del estudiante caído.

Información de inteligencia que conoció EL TIEMPO sobre los hechos ocurridos el 8 de junio de 2023 indica que en los tropeles se juntaron el Movimiento Bolivariano, históricamente controlado por facciones de las Farc y que opera de forma clandestina dentro del campus de la Nacional; el movimiento Jaime Bateman, que viene de la Universidad Pedagógica, y un grupo remanente de las casi extintas primeras líneas de Bogotá.

Una fuente informada sobre esos hechos señaló que por el lado de la primera línea se trataría de un grupo aproximado de 30 jóvenes, quienes están plenamente identificados y fueron reclutados por una célula criminal.

“El nuevo grupo que quedó de la primera línea ahora se denomina Unión Bogotá Radical o algo así, y lo que ha pasado es que los movimientos radicales no han permitido que ellos se integren a los grupos, porque dicen que no tienen ninguna línea política ni defienden una ideología. No van a dejar que dañen el movimiento”, explicó la fuente.

Si bien en Bogotá el Eln, las Farc y los paramilitares cooptaron grupos en universidades en algún momento de la historia, ahora lo estaría haciendo el bloque de ‘Iván Mordisco’, que, además, ha venido fraguando una avanzada desde el departamento del Meta hacia la región del Sumapaz que fue identificada desde diciembre de 2022.

El rechazo de grupos radicales hacia los ex primera línea lo que ha generado es que las disidencias de ‘Iván Mordisco’ los ubiquen como objetivos de reclutamiento, como consta en información clasificada que conoció este diario.

Una de las pruebas más claras que tienen las autoridades para indagar sobre esta línea de investigación es que durante la reaparición de ‘Mordisco’, en los llanos del Yarí, en abril pasado, estuvo alias Coco, un joven que fue reclutado de la primera línea para las disidencias de las Farc. Pero no estaba solo, junto a él había cerca de 20 jóvenes más, también de esa estructura, y que fueron identificados. Estos han viajado a Guaviare y el Meta para ser adoctrinados.

“Ellos estaban siendo reclutados desde hace varios meses. Eso está comprobado y confirmado hasta por la Fiscalía. Les ofrecen dinero y posibilidades, y son todos estos jóvenes los que han terminado en los tropeles en Bogotá. Siempre son los mismos”, anotó una fuente cercana a la investigación. 

EL TIEMPO conoció que tanto la Fiscalía como la Defensoría del Pueblo le habrían entregado información clasificada a la exalcaldesa Claudia López, durante su istración, en la que se comprobaba la participación de estos grupos armados en procesos de reclutamiento de jóvenes en la ciudad y sus periferias. Y es que desde 2021 ya se venía hablando de 14 localidades donde la población juvenil es susceptible al reclutamiento.
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Fue tan preocupante la situación en su momento que el mismo informe de la Personería y la Defensoría fue compartido por la Alcaldía con el presidente Gustavo Petro y el alto consejero para la Paz durante un consejo de seguridad citado de manera extraordinaria ante los hechos delictivos que enlodaron la ciudad en febrero del año pasado y en el que estuvieron otros cuatro alcaldes del país

Según una alerta temprana emitida el 31 de mayo de 2021 por la Defensoría del Pueblo, en Ciudad Bolívar, las UPZ de El Mochuelo, El Tesoro, Lucero, San Francisco, Jerusalén Arborizadora e Isabel Perdomo son las que registran un mayor riesgo de reclutamiento de menores por parte de grupos armados ilegales. En Usme serían el Danubio, Parque Entre Nubes, La Flora, Alfonso López y Gran Yomasa.

En este listado también figuran dos de las localidades con mayores problemáticas sociales y de seguridad y donde se ha expandido con fuerza el fenómeno del multicrimen y la guerra entre bandas por el control de las línea del narcotráfico: Kennedy y Bosa, donde, según investigadores, las disidencias de las Farc podrían tener injerencia a través de la tercerización de sus acciones por medio de otras estructuras delictivas de menor tamaño.

JONATHAN TORO ROMERO Y LAURA VALENTINA MERCADO
REDACCIÓN BOGOTÁ