Secretaría de Salud pidió a dos subredes investigar tripulación de ambulancias

La Secretaría Distrital de Salud (SDS) confirmó que, a través de una comunicación escrita, les pidió a las cabezas de las subredes Norte y Suroccidente investigar cuál fue el personal que asistió a las víctimas del accidente en Bogotá, en la avenida Boyacá con Esperanza, ocasionado tras el robo de un tractocamión en el municipio de Soacha en Cundinamarca entre la noche del 17 y la madrugada del 18 de diciembre de 2024. 

La tractomula, que intentaba huir, pasó por encima del separador vial, invadió el carril contrario y se volcó sobre el vehículo particular, dejando gravemente heridos a sus ocupantes.

Pero, la razón de la solicitud, es que la principal víctima de estos hechos, Germán Felipe Monroy Blanco, quien manejaba el vehículo Renault Logan de placas KOV844, y que quedó totalmente destruido, denunció que, en el momento del accidente, él y su pequeño hijo fueron robados por el personal que los asistió.

La entidad le confirmó a este diario que varias de las ambulancias que asistieron al lugar de los hechos hacen parte de la red de atención de la SDS y que es por eso que se solicitó una investigación exhaustiva y que se pedirá que se revisen todas las cámaras que registraron los hechos. No obstante, también hay información de una unidad privada que habría estado en labores de asistencia.

Voceros de la red Suroccidente le aseguraron a este diario que están adelantado las actuaciones por parte del equipo jurídico, pues ese día llegaron varias ambulancias y que estas incluyen descargos y entrevistas con la tripulación. “La nuestra hizo el traslado del menor y estamos revisando a fondo la trazabilidad. Mañana esperamos tener una respuesta más clara por parte de nuestro equipo de abogados”.

Monroy, quien aún permanece hospitalizado, relató que en el momento del impacto los vidrios del auto se empezaron a romper porque lo que se transportaba en el vehículo de carga pesada cayó sobre su auto y que además él y su hijo fueron arrastrados.

Ellos iban de camino hacia Puerto Gaitán (Meta) luego de bautizar al niño en Chiquinquirá. "Yo había viajado de Puerto Gaitán a Chiquinquirá a bautizar a mi hijo. Iba pasando Bogotá a esa hora para evitar trancones y el tráfico, porque me dirigía a mi destino de trabajo”.

Felipe relató los momentos de pánico que vivió, pues, prácticamente, quedó aprisionado entre las latas en medio de una confusión mental por todo lo que estaba sucediendo. “Menos mal, mi hijo estaba dormido en la parte de atrás del carro, pero obviamente el golpe lo dejó en shock. Llorando me dice: '¡Papá, papá, no te me mueras! No te me vayas a morir, ¿cierto que estamos bien?'", relató Blanco.

Él le tomó la mano izquierda,  la sujetó con fuerza y le digo: 'Mi amor, vamos a hacer una misión, cúbrete la cara porque te van a sacar'". En medio del desespero y la angustia, según relató el padre del menor, comenzó a gritar para que su hijo recibiera ayuda con urgencia.

Dos mujeres que se encontraban cerca del lugar del accidente escucharon las peticiones del hombre aprisionado y ayudaron a sacar al menor del vehículo; mientras que su padre aún se encontraba contra la estructura del carro.

Consciente todo el tiempo, oraba mucho a Dios y solo pensaba en sus piernas, porque el tractocamión estaba aplastando el carro y, por ende, sus extremidades.Pasó tiempo para que fuera rescatado por oficiales del Cuerpo de Bomberos de Bogotá.

Fue por eso que, dice, fue vilmente víctima de robo. “Me quitaron el dinero que estaba guardado en mi billetera, joyas. Hasta la cadena de oro de mi hijo”.

Dice que llevaba una suma de $2.470.000 pesos en efectivo que había recibido del abuelo del menor antes de emprender el viaje al Meta. "Yo vi que el paramédico sacó la plata de la billetera y la guardó. Luego me dijo que ahí no había nada", relató. Entonces le dijo al paramédico que no fuera a perder el dinero y este le dijo que estuviera tranquilo, que entre ellos no había ladrones.

La tragedia para este hombre no ha terminado, ha tenido que someterse a varias cirugías en sus piernas y espera no quedar con secuelas graves de movilidad. Pide que las autoridades pertinentes investiguen, pues, esta clase de robos no pueden seguir sucediendo y más en medio de un siniestro con víctimas imposibilitadas de defenderse. 

CAROL MALAVER

SUBEDITORA BOGOTÁ

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