Tragedia en dos ruedas: la fatídica mañana en la que perdí al amor de mi vida

Brian Rodríguez solicitó un servicio por aplicación y falleció en un accidente. Habla su esposa.

El pasado 5 de noviembre de 2024, la tranquila mañana de Ximena Villalba, su esposo Brian Rodríguez y su pequeño hijo de 23 meses se convirtió en el comienzo de una tragedia inimaginable.

Como muchas otras mañanas, compartían juntos esos primeros momentos del día, entre juegos y risas. Era una rutina cotidiana, una más de las tantas que habían vivido juntos. No había presagio alguno de lo que estaba por suceder.

Brian debía asistir a una cita en la localidad de Kennedy. Antes de salir, y sin imaginar que sería la última vez que se despediría de su familia, le pidió a Ximena que solicitara un servicio de moto a través de la aplicación de DiDi, porque el tiempo le apremiaba y no quería llegar tarde a la diligencia que tenía programada.

A las 8:30 de la mañana, Ximena comenzó a solicitar el servicio de moto. Pasaron los minutos y le aceptaron, pero en cuestión de tiempo fue cancelado sin explicación alguna, según recordó para EL TIEMPO.

A pesar de la inquietud que esto le causó a Ximena, volvió a intentarlo. Esta vez, el servicio fue aceptado y la moto llegó al punto de partida: la puerta de su casa, ubicada en la localidad de Ciudad Bolívar (Bogotá).

Brian se despidió de su esposa y subió al vehículo motorizado, pero este sufrió una falla mecánica y se detuvo justo en la esquina de la cuadra en donde vivía. Brian, visiblemente apurado por llegar a tiempo a la cita, llamó a Ximena para pedirle que solicitara otro servicio. Algo en ese momento comenzó a hacerle ruido a Ximena, pues ya era la segunda vez que un contratiempo ocurría con el servicio.

Con voz preocupada, Ximena le sugirió a su esposo: “Amor, ¿por qué no te vas en carro? Es más seguro”. Pero Brian, determinado a cumplir con la cita, respondió que no podía perder más tiempo. Ximena, aunque inquieta, aceptó la decisión de su pareja y pidió el servicio por tercera vez.

Después de unos minutos, llegó la moto que le prestaría el servicio y Brian la abordó enseguida con la esperanza de llegar a tiempo a su cita.

El tiempo pasó y, a medida que avanzaban los minutos, Ximena empezó a sentirse más inquieta. Así que decidió escribirle un mensaje a su pareja para recordarle los papeles que llevaba consigo, aquellos que él mismo le había entregado al conductor de la moto para que los guardara durante el trayecto. “No se te olvide los papeles que le diste al man”, le escribió a las 9:18 a. m. En ese momento, Brian recibió el mensaje.

Tras notar que su pareja no respondía los mensajes enviados por WhatsApp, Ximena abrió la aplicación de transporte para rastrear el recorrido de la moto. Lo que vio la dejó helada: la moto no se movía. Pensó que quizás había trancón debido a las obras del metro, pero la preocupación comenzó a invadirla.

Siete minutos más tarde, Ximena volvió a enviarle un mensaje, pero este no le llegó a Brian: "¿Cómo te fue, ya llegaste?", le preguntó, pero para ese momento su esposo ya había sido víctima de un siniestro fatal.

Decidió intentar comunicarse con el motociclista a través de la aplicación, pero no obtuvo respuesta. La angustia crecía.

En ese momento, la madre de Brian, Claudia, llegó a visitar a Ximena. Ella le compartió sus inquietudes y su temor de que algo malo le pudiera haber sucedido a su esposo. Claudia trató de calmarla, diciéndole que quizás Brian ya estaba en la cita, pero la preocupación de Ximena no cesaba.

Ya cerca del mediodía, Claudia, preocupada por la falta de noticias, decidió ar a una amiga para que averiguara, a través de fuentes policiales, si había alguna novedad sobre el paradero de Brian. La respuesta fue devastadora: un accidente de tránsito había ocurrido en el sur de Bogotá, justo en el trayecto que Brian debía tomar y donde, según la aplicación, se encontraba la moto.

A pesar de la noticia, ambas mujeres mantenían la esperanza de que, tal vez, Brian se encontraba en el lugar en el que tenía programada la cita, por lo que Claudia, junto con su amiga, se dirigieron hasta allí.

Al llegar, en la entidad les confirmaron que no había ningún registro del nombre de Brian Rodríguez. Por lo tanto, con el corazón en la mano, Claudia y su amiga se dirigieron al lugar en el que al parecer había ocurrido el accidente.

En el sitio, cada una comenzó a preguntar a los transeúntes si sabían algo sobre un accidente, hasta que un vendedor informal de paletas les confirmó que efectivamente había ocurrido un siniestro y les entregó detalles de lo sucedido.

Sin saber qué hacer o hacia dónde dirigirse, un agente de policía les sugirió que fueran a la Clínica Médical, donde generalmente se llevan a las víctimas de accidentes.

Al llegar al hospital, Claudia, con el alma en vilo, preguntó si en horas de la mañana había llegado un joven accidentado en moto, y procedió a describir a su hijo: es un hombre joven con un tatuaje que recorre su cuello y parte de su rostro. La persona que estaba en la entrada del hospital le mostró una fotografía, pero Claudia no pudo reconocerlo en ese momento. Minutos después, esa misma persona les pidió que ingresaran al hospital para que pudieran confirmar la identidad de Brian.

Mientras Claudia caminaba por los pasillos, en su mente pensaba que tal vez su hijo estaba herido, pero vivo. Sin embargo, la realidad fue mucho más cruel de lo que imaginaba.

El médico le informó que Brian sufrió un paro cardiorrespiratorio y, aunque intentaron reanimarlo, falleció. Claudia, con la voz rota, describió ese momento: “Nunca me imaginé que mi hijo había fallecido”.

Según lo que le relató el personal del hospital a Claudia, cuando ocurrió el accidente, Brian iba acompañado del conductor de la moto, quien, tras el siniestro, le dijo a los paramédicos que era su amigo y lo estaba llevando al lugar solicitado.

“Seguramente, mi hijo le contó hacia dónde iba y cuál era el motivo. De hecho, el conductor se quedó con la carpeta en la que Brian tenía todos los papeles, porque le había pedido el favor que se la guardara, mientras llegaban al destino”, dijo Claudia a EL TIEMPO.

¿Cómo sucedieron los hechos?

Ximena le contó a EL TIEMPO que, de acuerdo con los videos captados en cámaras de seguridad del sector en el que sucedieron los hechos, la moto en la que se transportaba Brian iba a gran velocidad.

En ese momento, en un intento del conductor de querer adelantar una volqueta que transportaba cemento y ladrillos, el motociclista se encontró con un maletín de construcción, perdiendo el control del vehículo.

El vehículo motorizado en el que viajaba Brian frenó bruscamente, con el fin de evitar colisionar con el objeto fijo que se encontraba sobre la vía, pero Brian fue expulsado, cayendo directamente bajo las llantas del camión. Estas pasaron sobre él.

Mientras Brian se debatía entre la vida y la muerte al estar tirado sobre el pavimento, el conductor no sufrió heridas de gravedad.

Los minutos pasaban y las personas llegaban al lugar del siniestro, mientras varios de ellos llamaban a la ambulancia. El motociclista, sin saber qué hacer, se quedó mirando la escena de manera distante, relató Ximena a este medio.

De hecho, las cámaras también captaron que el hombre que conducía la moto se alejó del lugar varias veces. Según Ximena, el hombre dejó solo a Brian por al menos 10 minutos hasta que la ambulancia llegó. Cuando finalmente llegaron los paramédicos, atendieron al conductor sin mayor urgencia, ya que no estaba gravemente herido. Luego, el motociclista se fue sin dar ningún rastro ni explicación.

¿En qué va el caso tras la muerte de Brian Rodríguez?

Según Ximena, el conductor de la moto no se ha comunicado con ella ni con la familia de la víctima para ofrecer sus declaraciones.

Hasta el momento, solo se ha logrado obtener su nombre y datos personales, lo que permitió a la esposa de Brian interponer una denuncia en su contra.

En cuanto a la aplicación de DiDi, Ximena le comentó a este diario que la empresa le dijo que se pondría en o con ella, a través de su aseguradora. No obstante, no habían recibido ninguna llamada.

En cambio, un abogado se comunicó para pedir que, en el caso de interponer una denuncia, le informaran sobre el número de esta, dejando a la familia aún más desconcertada.

“Hasta ahora, nadie nos ha comunicado nada. Lo único que sabemos es que la moto fue llevada a los patios, pero no sabemos si el conductor ya la ha retirado”, dijo la madre de Brian, todavía esperando respuestas.

'Él prefería ver a los chicos haciendo este tipo de ejercicios que metidos en el vicio'

La madre de Brian lo recuerda con profundo amor, inmenso cariño y un orgullo que iluminaban sus palabras. Para ella, su hijo siempre brilló por su generosidad y su habilidad para transformar la vida de los demás.

Ayudar a las personas y asegurarse de que estuvieran bien no era solo algo que hacía, era una parte esencial de quién era. Con su entusiasmo, organizaba actividades que reunían a las personas de su barrio y creaban comunidad.

En conversaciones con EL TIEMPO, Claudia compartió cómo esa preocupación genuina por los demás lo llevó a ganar el cariño y la iración de muchos. Amigos y conocidos lo describen como un líder nato, alguien que dejó una huella imborrable en sus corazones.

Un ejemplo que resalta es la pista de skate que Brian construyó. Con creatividad y dedicación ideó una estructura de tres niveles, tan alta como una casa, utilizando materiales diversos. Junto a su comunidad, armaban y desarmaban la pista siempre que la necesitaban, y todo lo guardaban en el hogar de su madre.

“Él prefería ver a los chicos disfrutando del skate y ejercitándose, en lugar de caer en el vicio”, contó Claudia con emoción y orgullo.

Para muchos, no era solo un amigo, sino un confidente. Siempre estaba dispuesto a escuchar y a brindar consejos. Con una sabiduría sencilla y sincera, les decía a los jóvenes: “Hagan lo que aman y luchen por sus sueños”.

Brian también era artista, otra de sus pasiones y con la que dejaba una marca especial: colaboraba con la Alcaldía en proyectos de grafitis y embelleciendo las calles de su barrio con su creatividad. Entre sus amigos, también se destacaba como tatuador. Diseñaba piezas únicas y personalizadas, plasmando historias y emociones en quienes valoraban su arte.

Su madre y su esposa lo recuerdan como un hombre disciplinado, dedicado al ejercicio, alejado del alcohol y absolutamente entregado a su familia. Claudia afirmó con convicción: “Todo lo que ganaba era para su hogar y para sus hijos”.

El amor por sus dos hijos, una niña de 13 años y un bebé de apenas dos, era el centro de su vida. Brian se esforzaba por ser un padre presente, un ejemplo de amor y cuidado. Su devoción por ellos era tan grande que no se podía explicar con palabras. Era, sin duda, un padre y un hombre excepcional.

La esposa de Brian y su familia pidieron a las aplicaciones de transporte tener "más filtros" a la hora de aceptar a quienes deciden dedicarse a trabajar desde allí. Esto con el fin de que los s que soliciten el servicio se sientan más seguro de las personas que los transportan.

EL TIEMPO se comunicó con la empresa de transporte implicada, Didi, e informó que, "una vez recibido el reporte del caso, se activaron de inmediato los protocolos necesarios para atender tan lamentable situación".

De igual forma, informaron que se inició el proceso, con el fin de que, "a través de la compañía de seguros, se activara la póliza que ampara a los s mientras utilizan la aplicación".

En cuanto a si la empresa se ha comunicado con la familia de la víctima, esta mencionó que, por medio de la aseguradora, han "hablado con la familia del afectado activando toda la cobertura de la póliza, que ya se encuentra en proceso".

Finalmente, Didi expresó su "solidaridad con la esposa y la familia de Brian Rodríguez y seguiremos apoyándolos en todo lo que esté a nuestro alcance".