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La erosión costera no deja de ser una amenaza para el Caribe colombiano

Atlántico, Bolívar, Magdalena y La Guajira tienen poblaciones afectadas. ¿Qué dicen las autoridades?

Puerto Colombia no es ajeno a esta problemática.

Puerto Colombia no es ajeno a esta problemática. Foto: Vanexa Romero / EL TIEMPO

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Entre la nostalgia y la preocupación viven 25 familias propietarias de restaurantes en el balneario de Santa Verónica, jurisdicción del municipio de Juan de Acosta (Atlántico). Lo que hace unos años era un mar antecedido por arena blanca hoy se ha reducido a una “ensenada”.
Así lo describen estos comerciantes atlanticenses, quienes se han visto desplazados y otros dispuestos a seguir desafiando la arremetida del agua, producto de la erosión costera en este sitio turístico, a 40 minutos de Barranquilla por la vía al Mar.
Pero el fenómeno no solo se registra en estas poblaciones costeras del Atlántico. De Bolívar, Magdalena y La Guajira también llegan reportes de afectaciones al sector turístico, que pide soluciones tanto a las autoridades locales como nacionales.
“En todas estas costas del Caribe nos ha dado duro la erosión costera. Aquí en el sector de Santa Verónica, nos viene afectando, aproximadamente, desde 1986, cuando empezamos a reportar y a tocar todas las puertas y no nos prestaron atención en esa época”, recuerda Ricardo Eliécer Alba Viloria.
Él nació hace 74 años en el municipio de Juan de Acosta y dice ser el “hijo del fundador de Santa Verónica”, convirtiéndose así en uno de los primeros en disfrutar del paisaje. También es pescador y buceador.
Además, conoce la morfología de esta zona. Pero, más allá de todo eso, ahora es uno de los comerciantes afectados por la erosión costera en el departamento, situación que lo ha llevado a permanecer largas jornadas en vela.
“Estamos tratando de mantener una playa artificial a un lado del negocio, conservar ese espacio, porque es que el mar ya se metió. Hemos perdido el 50 por ciento de nuestros clientes, no es por la calidad de la comida o por los precios, la verdad es que ya no encuentran el espacio que ellos quieren”, sostiene el casetero.
Proponemos que la máquina que está dragando el río Magdalena arroje la arena hacia la parte de abajo de Puerto Velero
Cuenta que la mayoría de los clientes eran de Barranquilla y Cartagena, pero ahora ellos prefieren seguir de largo hacia otros balnearios, como Puerto Velero o Salinas del Rey, y otros que han decidido quedarse en la ‘Heroica’.
Su preocupación no solo está puesta en que la erosión costera acabe con su proyecto de vida, sino en las familias de los 15 trabajadores que consiguieron empleo en su restaurante. Por ello, hace una propuesta a los organismos correspondientes.
“Proponemos que la máquina que está dragando el río Magdalena arroje la arena hacia la parte de abajo de Puerto Velero y empezáramos a irrigar todas las playas del departamento, en vez de hacerlo afuera. Eso sería una solución salomónica. No podemos hablar de espolones, porque lo que hacen es aguantar la arena para que se vaya formando playa, pero si no hay arena, ¿qué van a aguantar los espolones?”, considera el comerciante.

Un proyecto de 90.730 millones de pesos

Ante este panorama, la Gobernación del Atlántico, bajo la istración de Elsa Noguera, presentó en su momento como solución un proyecto que ya está en fase 3 y fue socializado en 2022 al Gobierno Nacional.
La secretaria de Infraestructura de ese entonces, Nury Logreira, explicó que la solución definitiva se determinó luego de unos estudios que realizó la Universidad del Magdalena, donde fueron objeto de estudio 2 kilómetros de playa y la modelación del arroyo de Juan de Acosta, que es un elemento importante en la desembocadura de esta misma.
“La solución a esta problemática consiste en la construcción de dos espolones, que busca modificar el perfil de la playa, uno de estos espolones tendrá una longitud 190 metros, su objetivo principal es interrumpir el paso de la corrientes que viene del este, su ubicación estará, aproximadamente, por el restaurante La Red”, explicó la exfuncionaria.
Agregó que el segundo espolón, con una longitud 235, tiene como función evitar la pérdida de arena durante los eventos de oleaje fuerte. Además, se rellenará 380 mil metros cúbicos de arena, consiguiendo avanzar entre 50 m a 70 m de línea de costa.
“El proyecto, cuya inversión se estima en 90.730 millones de pesos, incluyendo la interventoría y la solución para el arroyo de Santa Verónica, quedó incluido por Planeación Nacional en el plan de inversiones del Pacto por el Turismo del Atlántico”, añade Logreira.
La ingeniera indicó que se hizo la revisión ante todas las diferentes instancias para darle una solución definitiva a la estabilización costera, teniendo en cuenta todas las actividades económicas que se realizan en el sector, como es la zona de restaurantes, zonas de bañistas y de deportistas.
“Presentamos una solución definitiva a esta problemática, conservando las condiciones naturales para los deportes náuticos”, indicó la funcionaria.

Cartagena es escenario del mayor proyecto contra la erosión costera en el país

El proyecto más grande que hoy emprende la Nación en su lucha contra la erosión costera lo ejecuta en Cartagena de Indias.
Se trata de las obras de protección costera que buscan evitar que el mar siga devastando la tierra en la zona turística de Bocagrande, el Centro Histórico, El Cabreo y Marbella.
Según el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), en los últimos 20 años Cartagena ha perdido alrededor de 30 metros de costa, lo que equivale a terrenos de tres canchas de fútbol.
Para combatir la erosión, hoy es intervenido el borde costero desde el espolón Iribarren, en el sector conocido como El Laguito, pasando por Bocagrande, frente a la Ciudad Amurallada y culminando en las playas del Cabrero.
Las obras de protección costera para Cartagena iniciaron en diciembre del 2021 y debían haber culminado en el primer trimestre del 2023. Tienen un costo de 160 mil millones de pesos: 100 mil millones de pesos aportó la nación, y el resto el Distrito.
Obras para la Protección Costera de Cartagena, construccion de Box Culvert en Bocagrande.

Obras para la Protección Costera de Cartagena, construccion de Box Culvert en Bocagrande. Foto:Proplaya

En los últimos años tuvimos que ver cómo el mar se llevaba las casas, por eso varias familias tuvieron que trasladarse
No obstante, hoy faltan 65 mil millones de pesos para su fase final, según la UNGRD.
Estos recursos son para adiciones en contratos de obra e interventoría, pero aún no han sido girados por el Ministerio de Hacienda, sostiene gestión del riesgo.
Radiografía de esta tragedia es la isla de Tierrabomba, frente a Castillogrande, donde la población perdió más de 7 metros a lo largo de un kilómetro: parte del cementerio y una veintena de casas hoy están bajo el agua.
“En los últimos años tuvimos que ver cómo el mar se llevaba las casas, por eso varias familias tuvieron que trasladarse a la parte alta del pueblo”, recuerda Mina Aron, líder comunitaria de Tierrabomba.
Para frenar el fenómeno, en Tierrabomba construyeron espolones y un rompeolas en roca.
Mientras tanto, en zona continental, las obras de protección costera se ejecutan sobre 4,5 kilómetros, con seis espolones en Bocagrande, escolleras, una protección en roca hasta la curva Santo Domingo, un relleno hidráulico con material arenoso, la construcción de tres rompeolas y un gran box Colbert por la avenida del malecón, para evitar inundaciones.
El fenómeno también amenaza a las islas del Rosario por ello las comunidades en alianza con el Oceanario ejecutan un programa para el cultivo de manglares y fortalecer la barrera coralina que soporta los embates de mar.

Santa Marta y Salamina, las zonas afectadas

El fenómeno de erosión ha mantenido en vilo a la comunidad local en la ciudad de Santa Marta y el municipio de Salamina, en el sur del Magdalena. En el primer caso, el mar tiene a punto de borrar del mapa a Playa Salguero, mientras que en la zona rural el río afectó una carretera y se acerca con peligro al área poblada.
Expertos en medio ambiente, aseguran que Playa Salguero, alguna vez un balneario turístico con 1,5 kilómetros de extensión, se encuentra al borde de la desaparición debido a la implacable acción del mar.
Este cambio, en la línea costera, ha dejado pequeños tramos de playa accesibles, con una disminución significativa en la presencia de bañistas. Los prestadores de servicios turísticos en la zona han sufrido un fuerte golpe económico, ya que se han visto obligados a abandonar sus negocios debido a la falta de espacio para operar.
La amenaza se ha vuelto más urgente con los posibles daños y afectaciones de al menos siete edificios que están a punto de ser alcanzados por el mar. Los residentes han optado por migrar a zonas seguras ante el temor de que sus hogares colapsen.
No obstante, en un esfuerzo por proteger la costa y frenar la erosión de la playa, la Alcaldía Distrital de Santa Marta ha implementado obras de mitigación provisional en este sector.
Erosión costera en Salamina.

Erosión costera en Salamina. Foto:Procuraduría

Estas obras están en marcha en dos frentes, con avances significativos en su construcción. La quinta estructura de mitigación provisional ha alcanzado un 60 por ciento de avance, mientras que la cuarta ha llegado al 30 por ciento.
Estas obras, que consisten en la construcción de espolones, se llevan a cabo bajo la declaratoria de calamidad pública y se consideran de urgencia manifiesta debido al riesgo inminente que enfrentan tanto el ecosistema marino como la vida de los residentes en los edificios cercanos.
Mientras tanto, el municipio de Salamina y sus áreas circundantes enfrentan una amenaza persistente debido a la erosión implacable del río Magdalena. A pesar de los llamados de la comunidad y las decisiones judiciales, la respuesta a este problema ha sido insuficiente, lo que ha aumentado la incertidumbre y el riesgo de inundaciones.
El Tribunal istrativo de Magdalena ha anunciado sanciones para los directores de las entidades responsables por su falta de acción en la protección de esta región contra el fenómeno natural, para el cual ya hay diseñado un plan maestro que permitiría frenar totalmente la arremetida del río Magdalena.

La situación en La Guajira

La erosión costera afecta a los cuatro municipios costeros de La Guajira. Una de las zonas con la situación más crítica es la del corregimiento de Palomino, que está en jurisdicción del municipio de Dibulla, donde se han perdido cerca de 40 metros de playa por este fenómeno.
Otra zona crítica es la del barrio José Antonio Galán de Riohacha, donde sus habitantes han pedido ayuda estatal de manera reiterada, ya que el mar se ha llevado los patios, paredes y hasta casas enteras.
La erosión también afecta las playas de Mayapo, en el municipio de Manaure, donde una gran parte de la población vive del turismo, por lo que han pedido acciones a las autoridades.
La Corporación Autónoma Regional de La Guajira llevó a cabo la Mesa de Erosión Costera Corpoguajira, en la que dio a conocer los avances del proyecto ‘Adaptación Basada en los Ecosistemas para la Protección contra la Erosión Costera (MAbE) en un clima cambiante’, financiado en el marco de la Iniciativa Climática Internacional (IKI), desarrollada por el Gobierno de Alemania y liderada por su Ministerio de Ambiente (BMU) en alianza con el Banco de Crédito Alemán KfW, Minambiente y ejecutado por la corporación.
A través de este proyecto, Corpoguajira ejecuta acciones, como reducir la presión en ecosistemas de manglar y pastos marinos en los municipios de Uribia, Manaure, Dibulla y el Distrito de Riohacha, y en los tres Distritos Regionales de Manejo Integrado (DRMI) Marino Costeros del departamento.
Hasta el momento, van siete MAbE que se han implementado a través de acuerdos firmados con la comunidad para la protección de los manglares.
Palomino, La Guajira.

Palomino, La Guajira. Foto:Eliana Mejía

Dentro de las actividades que se han realizado están la señalización en tierra del DRMI de pastos marinos de Sawairu, para generar buenas prácticas de navegación y acuerdos de manejo pastos marinos y se realizó un diagnóstico, zonificación socioecosistémica y acuerdos de manejo en ecosistema de manglar en cada una de estas zonas.
En el DMRI de Musichi, en Manaure, se implementaron acciones de protección y conservación de los ecosistemas de Manglar con encerramientos, que faciliten la restauración natural de los manglares, ante la amenaza por el incremento de pastoreo caprino – bovino extensivo, turismo, y cambios en el régimen climático.
Se han construido 180 estufas ecológicas para disminuir la presión sobre el ecosistema de manglar en sectores de los municipios costeros.
De la misma manera, se formalizaron acuerdos de manejo sostenible con las distintas comunidades, construidos frente el ecosistema de manglar para actualizar los determinantes ambientales que constituyen el instrumento de gestión y planificación para la adaptación al cambio climático.
Se firmaron acuerdos con comunidades del DRMI Sawairu para ordenar y regular la navegación de las embarcaciones de pesca y turismo, a través de la señalización en tierra del DRMI Sawairu e integración de los acuerdos sobre buenas prácticas de tránsito local de embarcaciones.

Más noticias:

Deivis López, John Montaño, Roger Urieles y Eliana Mejía
Redacción EL TIEMPO
Caribe

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