Cuando Devany Antonio Correa Suárez pueda terminar de cumplir su sentencia en una cárcel del Valle del Cauca tendrá 86 años.
Hoy tiene 51 años y fue condenado a 35 de prisión. Algunos investigadores de la Fiscalía lo consideran como un posible asesino en serie, involucrado en crímenes de mototaxistas, entre hombres y mujeres, en diferentes municipios de la región, especialmente, en el norte del departamento.
Frente a la decisión del juez, la defensa del condenado apeló esta medida.
El hoy sentenciado fue capturado este año por orden judicial por personal del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía (CTI) y la Policía Nacional, en una vivienda del barrio Mercedes, en el centro de Armenia (Quindío), departamento que colinda con el nororiente del Valle.
Fue investigado por engaños a mototaxistas que, conforme lo indicaron en la Fiscalía, contrataba para transportarlo a supuestas fincas que deseaba visitar, diciendo que iba a verlas para comprarlas.
Algunos de los desplazamientos a recónditos lugares se cumplieron en dirección a la zona rural de El Águila y Obando.
Pero, según informes de la Fiscalía, una vez sus víctimas estaban en sitios apartados, sin que pudieran recibir ayuda, eran heridas en repetidas veces con arma cortopunzante. Sin embargo, ahí no terminaba el horror de los ataques.
En uno de los casos habría cometido actos después de que una de las víctimas.
Ese fue el caso de una mujer mototaxista, quien vivió la pesadilla hasta no salir viva al cruzarse con el condenado en febrero de este 2022 para prestarle el servicio de transporte y ganar unos pesos. Eso era lo que ella quería.
Era el 3 de febrero, cuando el hombre le dijo a la conductora de la moto que lo llevara a una casona que iba a ver en la vereda Santa Marta, ubicada en el municipio El Águila.
Pero al buscar un sitio despoblado, allí la atacó con puñal.
Lo peor de todo es, de acuerdo con la Fiscalía, es que el condenado "incurrió en actos de crueldad, ya fallecida".
Luego, según el ente acusador, este hombre hallado culpable robó la moto, el dinero y las pertenencias de la occisa.
Ahí no se habría detenido, según Fiscalía. En ese mismo febrero pasado, atacó a otra mujer mototaxista, dijeron en el ente acusador. Esa vez fue en la vereda Llano Grande, también de El Águila.
"Le causó varias heridas con arma blanca. Por la ropa y el forcejeo no logró
quitarle la vida", explicaron en la Fiscalía, es decir, ella fue una sobreviviente que pudo defenderse, quedando con la ropa rasgada.
Al parecer, esta víctima luchó por su vida para escapar.
Y hubo otra víctima. Fue un hombre. Su muerte sucedió el pasado primero de abril, en la vereda San Isidro, jurisdicción de Obando.
Luego de ser hallado en Quindío por estos asesinatos y por el que no se consumió fue llevado a la justicia. La Fiscalía informó que pudo establecer el grado de alevosía y maldad para atacar a estos transportadores informales.
La Fiscalía detalló que esta semana se conoció la realización de la audiencia de lectura de sentencia por aceptación de cargos, la cual, se llevó a cabo en Cartago, también en el norte del Valle del Cauca.
"La Fiscalía General de la Nación logró que un juez de conocimiento condenara a 35 años, 9 meses y 18 días de prisión por un doble homicidio, una tentativa de homicidio y hurto a mototaxistas, en hechos ocurridos en los municipios de El Águila y Obando (Valle del Cauca)", dice un comunicado de la entidad.
La Fiscalía General de la Nación logró que un juez de conocimiento condenara a 35 años, 9 meses y 18 días de prisión por un doble homicidio, una tentativa de homicidio y hurto a mototaxistas
"La Fiscalía pudo establecer que Correa Suárez contrataba a mototaxistas con engaños para que lo transportaran hacia unas fincas que, supuestamente, estaba interesado en comprar", confirma este estamento judicial, en el comunicado.
"Las víctimas fueron atacadas con arma cortopunzante por el procesado, cuando llegaban a lugares despoblados o solitarios", se lee en el informe de la Fiscalía.
El caso deja un interrogante. Por la manera en que el condenado habría cometido estos homicidios y ataques se teme que en el pasado hubiera podido cometer otros, debido a que los dos asesinatos y el intento de homicidio repitieron patrones de conducta que podrían arrojar confianza en si mismo por parte del agresor en cometer tales acciones.
Solo que en este año se pudo comprobar estos crímenes que se le imputaron y por lo que un juez ordenó la sentencia de más de 35 años de prisión.
Es así que la Fiscalía informó que "continúa la investigación por la presunta participación del hoy sentenciado en otros crímenes".
CALI