Los bajos niveles educativos se han traducido en el crecimiento de la informalidad laboral en Cali. Hoy, recicladores, vendedores en el espacio público y propietarios de negocios pequeños (tiendas, panaderías, peluquerías, etc.), que han tenido poco a educación superior, han encontrado en la informalidad un mecanismo de generación de ingresos para ellos y sus familias.
La anterior es de una de las principales conclusiones del estudio ‘La complejidad y la diversidad de la economía informal en Cali’, realizado por la Cámara de Comercio de Cali (CCC), Fundación WWB Colombia, Observatorio de Políticas Públicas (Polis) y Universidad Icesi.
El análisis arrojó que la capital del Valle del Cauca se caracteriza por tener bajos niveles de capital humano especialmente, entre la población más pobre. El 36% de los caleños viven en estratos socioeconómicos 1 y 2, y el 53% de la población adulta en estos estratos no supera la educación secundaria.
El bajo nivel de capital humano es una de las razones para que no haya más formalización laboral en América Latina, dice la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Y es que la población de las principales ciudades del país: Bogotá, Medellín y Cali, se caracteriza por tener mayores niveles de desarrollo económico en comparación con el resto del territorio, ha cursado máximo hasta secundaria: 62%, 70% y 70%, respectivamente.
Colombia tiene una tasa de informalidad del 50%, similar a la tendencia regional. Cali tiene una tasa similar, es decir, la mitad de la fuerza laboral en la ciudad es informal.
Según el estudio, otro aspecto que pesa para que Cali tenga ese índice de informalidad es la calidad educativa. “El Icfes muestra que, entre 2017 y 2020, el puntaje promedio en las Pruebas Saber 11 se ha reducido progresivamente de 262 a 252 puntos”, dice el informe.
El estudio señala que el conocimiento sobre la informalidad tanto en lo conceptual
como técnico es escaso. De hecho, el análisis establece que “la información técnica con la cual cuenta el municipio sobre informalidad tiende a ser poca, desactualizada, y agregada, lo que dificulta realizar intervenciones públicas focalizadas”.
La pandemia mostró lo costoso que es para un país tener tasas altas de informalidad. Evidenció la dimensión que puede alcanzar el sector informal.
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