"Época violenta la de la Conquista, en la que los conquistadores españoles, buscando riquezas y poder, doblegaron a los indígenas dueños de estos territorios" es la primera frase de la placa que llevará la mole de 330 kilos cuando la devuelvan al Mirador del oeste de Cali.
El alcalde Jorge Iván Ospina anunció, en su cuenta de Twitter, que pronto se hará la reinstalación de la estatua, la cual fue derribada el 28 de abril de 2021 por indígenas misak, durante el inicio del paro nacional en Cali y en el país.
Los indígenas han venido reclamando resarcimiento por la persecución, las masacres y los asesinatos de sus comunidades, comenzando con el genocidio por parte de españoles durante la época de la Conquista.
El 28 de abril de 2021, indígenas misak madrugaron a derribar la estatua de bronce, instalada en un pedestal, en el mirador del barrio La Arboleda, en el oeste de Cali, donde había permanecido 84 años.
La placa, según el mandatario, es un homenaje a estas comunidades que vienen reclamando un resarcimiento.
El mensaje dice: Época violenta la de la Conquista, en la que los conquistadores españoles, buscando riquezas y poder, doblegaron a los indígenas dueños de estos territorios”. Señala que “los herederos de esos antepasados indígenas grabamos aquí, en el pedestal de la estatua del fundador de la ciudad de Santiago de Cali, Sebastián de Belalcázar, nuestro reconocimiento y exaltación del valor y heroísmo que demostraron con su sangre los pueblos indígenas de Timba, Guales, Xamundí, Bichicama, Amayme, Vixes, Mulahló,Cachibí, Ambichintes, Bitaco, Dagua, Atuncelos, Yumbo, Gorrones, Calimas, Lili,Chinche, Bolo, Pance, Palo y Petecuy”.
Y agrega: Ellos ofrecieron toda su resistencia a la conquista de sus territorios y murieron con honor. Por ello, los proclamamos como ejemplos de dignidad y de valentía".
(...)nuestro reconocimiento y exaltación del valor y heroísmo que demostraron con su sangre los pueblos indígenas
La estatua fue instalada por primera vez en 1937, después de ser fabricada en España. Llegó en barco y luego a lomo de mula a Cali, que cumplía entonces 400 años.
Esa madrugada empezó el paro nacional del año pasado que impactó durante más de dos meses a la capital del Valle del Cauca.
La estatua, elaborada por el catalán Victorio Macho, quedó en el aire, tras ser derribada. Solo su zapato derecho quedó prendido al pedestal de piedra caliza.
Fue necesario bajarla en un procedimiento especial. El regreso ha sido reclamado por concejales como Roberto Rodríguez y Juan Martín Bravo.
Durante más de un año se han escuchado voces de sectores que piden su reinstalación. Otros, en especial, etnias, no comparten su retorno.
Los indígenas sostienen que Belalcázar no fue un prócer, sino un genocida. El movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente apuntó: “Tumbamos a Sebastián de Belalcázar en memoria de nuestro cacique Petecuy, quien luchó contra la corona española, para que hoy sus nietos y nietas sigamos luchando para cambiar este sistema de gobierno criminal que no respeta los derechos de la madre tierra”.
La Alcaldía emprendió un proceso que permitió escuchar a comunidades indígenas y afros con la idea de llevar a ese sitio unos homenajes a esas comunidades.
Una placa es parte de lo que será la novedad que volverá el conquistador al pedestal.
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