El niño con las marcas de latigazos en su espalda y que llegó al Hospital Universitario del Valle (HUV) por un severo golpe en su cabeza superó una batalla por su vida.
Luego de salir de cuidados intensivos de la Unidad de Pediatría, permanece en el área de hospitalización de este centro asistencial en Cali.
Se está a la espera de su salida del hospital, que podría ser pronta.
El menor, de 9 años, ha venido evolucionando frente al trauma cranoencefálico, pero se teme que no podría volver a caminar ni tampoco hablar, según la Fiscalía, que avanza en la investigación.
No obstante, su condición neurológica es compleja por haber sido blanco de abusos que no serían de ahora, sino desde que era mucho más pequeño.
Los médicos del HUV han venido tratándolo y, como lo manifestaron, temen que en las distintas etapas de su crecimiento haya venido sufriendo maltratos, tanto físicos como psicológicos.
Hace dos semanas, cuando la Fiscalía dio a conocer este caso de vejámenes, los médicos en el hospital indicaron que encontraron maltrato físico.
“El menor entró por un trauma craneoencefálico que lo lleva a la unidad de Cuidados Intensivos”, dijo, en ese entonces, el médico pediatra Jairo Obando. Y anotó: “Pero en la evaluación encontramos patrones sistemáticos de maltrato infantil que estaban en diferentes etapas de evolución, es decir este niño venía teniendo maltrato físico de forma sistemática".
Hoy, ese panorama de señales de posible abuso no ha cambiado.
La historia del niño se remonta a un hogar de la zona rural de Vijes, cuyos padres se separaron tiempo atrás. El menor se quedó con su padre y la mamá formalizó una nueva relación sentimental.
Sin embargo, el padre se enfermó de covid el año pasado y la custodia pasó a manos de la madre. Fue así que el hijo terminó viviendo con ella y con su padrastro en una casa de la vereda Cachimbal, de Vijes.
De acuerdo con la Fiscalía, quizás en ese lapso, es decir, desde hace ocho meses, se habrían desencadenado los maltratos.
La investigación hasta ahora arroja que “médicos forenses del Instituto de Medicina Legal realizaron la valoración médica del menor y encontraron también lesiones progresivas causadas con diversos objetos contundentes, cicatrices antiguas y otras en proceso de cierre. Igualmente, encontraron que el niño había sido azotado con un látigo por las laceraciones encontradas en su espalda”.
El niño habría sido sometido a otras humillaciones y abusos, como ser amarrado en sus muñecas y manos con cuerdas en una habitación sin luz alguna. Todo, en la misma vivienda, en Vijes.
La situación continuó hasta que, el pasado 21 de febrero, el menor recibió una golpiza tan fuerte en todo su cuerpo con algún objeto contundente que estuvo al borde de la muerte. Además de laceraciones, tuvo daños en la cabeza que lo dejaron inconsciente.
Debido al cuadro clínico complejo de violencia en su cuerpo, la víctima fue trasladada al hospital de Restrepo, municipio del norte del Valle del Cauca que está ubicado a 50 minutos de Vijes.
Pero estaba tan mal que requería una atención más compleja y el hospital más cercano con esas características era un centro hospitalario en Buga, más hacia el centro del departamento.
No obstante, necesitaba cirugías y una intervención más especializada por lo que fue remitido en abril al HUV, en Cali, a una hora de Buga.
“Estamos frente a una tentativa de homicidio agravado, cuyos presuntos autores son la madre y el padrastro. Este menor tiene, además, desnutrición, indicios de desaseo y lesiones graves en su cuerpo con diferentes elementos, tanto como contundentes como abrasivos”, dijo Sandra Eugenia González, directora seccional de la Fiscalía de Cali.
Por esos duros episodios, un juzgado ordenó la detención de la pareja y transcurrieron estos cuatro meses desde que el niño pasó por los diferentes hospitales hasta que se logró la captura, el pasado 13 de junio.
Ese día, del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía hallaron a la madre y al padrastro.
Después fueron llevados ante un juez de control de garantías en Vijes y con todo el material probatorio reunido hasta la fecha por la Fiscalía, en las audiencias se ordenó la medida de aseguramiento en centro penitenciario contra la mamá y su pareja.
La Fiscalía les imputó los delitos de presunto homicidio agravado en grado de tentativa. La madre se encuentra en este instante, en el pabellón de mujeres de la cárcel de Jamundí, mientras que su compañero sentimental quedó en la cárcel de Villahermosa, en la capital vallecaucana.
Ninguno de ellos aceptó cargos, pero en la Fiscalía indicaron que la investigación sigue progresando para demostrar los presuntos maltratos a los que el pequeño fue sometido.
¿Qué le espera al niño víctima de latigazos en el Valle?
El menor permanece en el HUV, pero una vez salga, buscando preservar sus derechos a la vida y a la salud, estarp en manos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Le brindarán protección en alguna de las instituciones de la entidad.
De acuerdo con Bienestar Familiar, “una vez el ICBF fue informado del caso se designó un equipo de Defensoría de Familia que se desplazó hasta el Hospital Universitario del Valle”.
Allí, según el ICBF, se realizó la verificación de derechos del niño, debido a las graves lesiones que presenta.
“Luego de las valoraciones realizadas por un defensor de familia y su equipo interdisciplinario, se determinó como medida de protección, la ubicación del niño bajo la modalidad institucional”, indicaron en el instituto.
Abogados consultados por EL TIEMPO explicaron que, conforme con la normatividad y la Constitución que velan por la vida y la integridad de la sociedad, entre ellos, niños, niñas y adolescentes, en este caso se podría incurrir en la privación de la patria potestad.
Esta podría ser suspendida y terminada cuando hay maltrato a los hijos, cuando estos han sido abandonados, también incapacidad de los padres de ejercerla y por haber sido condenados a pena privativa de la libertad por más de un año.
“Cuando cualquiera de los padres incurre en alguna de las causales que ha erigido el legislador como motivos para su procedencia, el juzgador puede dejar su ejercicio en el padre que no ha dado lugar a los hechos, o designar un guardador al niño, niña o adolescente cuando ambos progenitores han incurrido en las conductas que ameriten la suspensión o privación de los mencionados derechos, y sus efectos jurídicos se proyectan concretamente sobre las facultades de representación legal, istración y usufructo”, se lee en el concepto 119 que el ICBF emitió con fecha del 26 de septiembre de 2017 para explicar en qué casos hay suspensión y pérdida de la patria potestad.
En cuanto a su estado físico, el niño tendría que ser sometido a terapias por su dificultad en hablar, pero también por su condición para caminar, aunque se teme que que no vuelva a hacerlo.
Para ello tendrá que recibir una preparación física que le permita asumir su discapacidad, de ahora en adelante.
Además, requiere tratamiento psicológico, con intervención del ICBF, en representación del Estado.
Lo cierto es que el pequeño tiene secuelas que no le serán fáciles de olvidar, las de su cuerpo, las que afectaron su salud mental, pero las de su alma y su corazón serán casi imborrables.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal, cada 22 minutos, un menor es abusado y maltratado físicamente en el país.
Cada año, las autoridades en el Valle del Cauca reportan entre 2.500 y 3.000 niños y adolescentes maltratados y abusados. En el último año, la cifra estuvo cercana de los 3.000.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CALI