La historia del único presidente negro que ha tenido Colombia

La historia de Colombia está marcada por la diversidad que trajo al continente americano la llegada de los españoles y, con ellos, la de los esclavos traídos de África, cuya mezcla con quienes ya habitaban estas tierras dio origen a la afrocolombianidad que, según el Dane, a 2019 era casi el 10 por ciento de la población.

Sin embargo, la lista de los mandatarios que han gobernado el territorio nacional, incluso desde épocas coloniales, solo tiene el nombre un hombre negro, al que quisieron esconder por mucho tiempo a como diera lugar, incluso blanqueando su retrato. Esta es la historia.

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Se trata del general liberal Juan José Nieto Gil, el único presidente negro que ha tenido Colombia y cuya memoria, en un acto elitista y de racismo, quiso ser opacada de la historia nacional.

Nieto fue presidente de Colombia durante seis meses, entre el 25 de enero y el 18 de julio de 1861, en una época de divisiones políticas en todo el país que dejó en el limbo el poder entre los periodos de gobierno del conservador Mariano Ospina Rodríguez y el segundo mandato, de cuatro, que tuvo el general liberal Tomás Cipriano de Mosquera.

Además, fue autodidacta y el primer gran novelista que tuvo Colombia: en 1839 publicó la Geografía de la provincia de Cartagena, y las novelas Rosina, Ingermina o la hija de Calamar (1844) y Los moriscos (1845).

"Hacia 1851, fue gobernador en Cartagena y realizó una gran ceremonia en la capital del departamento, y en varias provincias, donde concedió la libertad a los esclavos”, explica el historiador Alfonso Múnera.

“Mis hermanos, desde hoy se acabaron los esclavos, y es por eso que les saludo en este día, el más bello que ha traído la República… Es el día en que ha desaparecido de entre nosotros el odioso título de señor y esclavo, y en que ninguno de nuestros hermanos llevará colgada en su cuello la poderosa, la negra cadena de la servidumbre”, escribió Nieto en su momento, anunciando la prohibición de la esclavitud.

De hecho, en 1839, según los archivos históricos del Banco de la República, este costeño fue elegido diputado de la Cámara Provincial de Cartagena, y luego se sumó a la guerra civil de los Supremos.

Estuvo preso y se exilió durante cinco años en Kingston (Jamaica), y regresó a Cartagena en 1847, donde fundó el periódico La Democracia, como una de sus muchas obras.

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La mayor evidencia histórica del presidente mulato de Colombia es su retrato al óleo, que por mucho tiempo reposó en una de las salas del tercer piso del Museo de Historia de Cartagena.

El óleo, pintado antes de que Juan José Nieto Gil fuera presidente de Colombia, según escribió el sociólogo Orlando Fals Borda, fue enviado a Francia tras la muerte del prócer para que su rostro fuera blanqueado, y así borrar de la historia el origen afrodescendiente del pensador caribeño.

No contenta con el blanqueamiento, al regreso del cuadro al puerto, la sociedad elitista cartagenera escondió la obra en una oscura mazmorra del museo.

“Bogotá lo olvidó, pero el proceso del blanqueamiento se ordenó desde Cartagena: nunca fue aceptado por la élite cartagenera por ser mulato, pero a la vez no se podía negar a su importancia; entonces tenían que, de alguna manera, hacerlo blanco para poderlo ‘presentar en sociedad’”, le dijo a EL TIEMPO el historiador Moisés Álvarez, director del Museo de Historia de Cartagena.

Nieto, presidente número 42 de Colombia, nació en el corregimiento de Cibarco, entre Baranoa y Tubará, hoy Atlántico, que en el siglo XIX pertenecía al gran Bolívar, el 24 de junio de 1805, y murió en Cartagena el 16 de julio de 1866.

Fals Borda describe a Nieto como un hombre fornido, de piel cetrina clara (o trigueña oscura), ojos zarcos verdosos, nariz recta y amplia, labios finos, cejas arqueadas y cabello negro medio rizado.

“La primera gran novela colombiana se le debe a la pluma de Juan José Nieto, pero además fue dramaturgo e investigador histórico, y pionero en los estudios etnográficos, eso teniendo en cuenta que nunca tuvo formación académica, apenas con la escuela primaria”, subrayó en su momento el exgobernador del Atlántico Gustavo Bell Lemus, quien en sus escritos declara a Nieto como el primer costeño que habló de la costa como una gran región política.

“Hizo la defensa del sistema federal y de la Costa como región, pero nunca con un ánimo separatista de la región andina. Desde 1835, recién formada la república, Nieto ya tenía una visión amplia del país”, agregó Bell Lemus.

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Pero fue solo hasta comienzos de la década de los 80 del siglo pasado que el mismo Orlando Fals Borda (fallecido en 2008), quien investigaba sobre la vida y obra de Nieto Gil, descubre junto a Álvarez que el óleo había sido conminado a las propias mazmorras del museo de Historia.

“El maestro Fals Borda ya traía en su cabeza una breve descripción de cómo era la obra, así que un día entramos a la bodega y ahí estaba en el abandono. Lo primero que hicimos fue limpiarlo y de inmediato ubicarlo en la biblioteca”, rememoraba Álvarez en 2016.

Gracias a la gestión de Fals Borda y del historiador Eduardo Lemaitre (fallecido en 1994), el óleo fue llevado hasta Bogotá para su recuperación en manos de expertos en un proceso que tardó dos años, entre 1984 y 1985.

“El doctor Juan Luis Mejía, exministro de Cultura, era en esa época director del Centro Nacional de Conservación y Restauración, y ordenó que el cuadro fuera intervenido de inmediato y dedicó un restaurador exclusivo para la obra”, agregó Álvarez.

Se trató de un proceso científico que tardó dos años, y en el que fueron retiradas varias capas de pigmentos y se estableció cuáles eran las pinturas y colores originales. Allí recuperaron gran parte del óleo auténtico.

El periodista Gonzalo Guillén, quien lleva varios años filmando el documental 'Historia de un retrato', sobre la vida y obra de Nieto Gil, solicitó en 2016 a través de una acción popular a la Presidencia de la República vincular el cuadro a la galería de mandatarios.

Luego de estudios que ha realizado el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), la Presidencia solicitó el traslado a Bogotá para que haga parte de la galería de ilustres mandatarios que ostenta la Casa de Nariño.

La petición de la Presidencia, entonces en cabeza de Juan Manuel Santos generó una puja entre las autoridades, pues los cartageneros no querían que el retrato se fuera de la tierra del prócer.

El alcalde de Cartagena de aquel momento, Manuel Vicente Duque, y las directivas del Museo de Historia plantearon que la pintura original debía seguir reposando en su sala especializada, donde al año la aprecian miles de niños de colegios de todo el Caribe y de turistas, y no que fuera llevada a la Casa de Nariño, donde sería uno más de los 86 retratos de los presidentes.

Historiadores como Lorena Guerrero, quien incluso propuso hacer una copia de la obra en alta tecnología para que fuera entregada en Bogotá, y el mismo gobernador del Atlántico de ese año, Eduardo Verano de la Rosa, estuvieron de acuerdo con el alcalde  Duque.

Sin embargo, el jueves 2 de agosto de 2018, el retrato de Juan José Nieto, obra del pintor vallecaucano Justiniano Durán, fue finalmente entregado por Santos a líderes afrocolombianos en la Casa de Nariño, donde reposa actualmente.

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Mucho antes de que el mandato de Juan José Nieto fuese oficialmente reconocido por el presidente Juan Manuel Santos, la publicación de su historia por parte del periodista Guillén motivó el nombramiento de varios colegios en su honor.

Entre ellos el Colegio Juan José Nieto, en el barrio El Socorro de Cartagena, fundado hace 52 años en los extramuros de la Heroica, donde el presidente negro es motivo de orgullo. 

Además, Nieto tiene su sala exclusiva en el Museo de Historia de Cartagena, gracias a la campaña ‘Nieto está en su casa’, que en 2016 también incluía recorridos por el cementerio del barrio Manga, donde, en el olvido, está su tumba, y por su vieja casona en la ciudad amurallada.

El presidente negro en la historia de este país es también el único mandatario que tiene una champeta en su honor: 'El Presidente Negro de Colombia' se llama la canción de la Organización de DDHH Roztro, creada en 2016 en el marco de la producción del documental de Guillén.

JOHN MONTAÑO

ARCHIVO EL TIEMPO

*Publicado el 19 de septiembre de 2016