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El desgarrador relato de una familia sobreviviente de la tragedia de Andes
María Sofía fue sacada con vida de los escombros de la escuela sepultada por un alud en Tapartó.
La comunidad se unió para rescatar a los niños. Foto: Gobernación
Cuando Ana vio que la montaña se venía encima, lo primero que hizo fue ir en búsqueda de su hermana, María Sofía, de 7 años, quien se encontraba adentro de la escuela La Lejía, en Tapartó, Andes.
Ella, de tan solo 10 años, estaba en el patio y a pesar del miedo que tenía, ingresó a la escuela para poner a salvo a su hermanita. La buscó en los baños y por donde pudo, pero no la encontró, por lo que tuvo que escapar para salvar su vida.
Así se lo narró la niña a su madre, Yuleidy Velasco.
-“Mami, ya esa montaña venía encima de mí…ya venía y me tocó correr, pero no encontraba la salida”-.
Con la montaña ya a punto de arrasar la escuela, la niña siguió a su profesora, Eliana Rincón, quien se había lanzado por un barranco, e hizo lo propio.
“Ella me dijo ‘mami yo no fui capaz de pasarme esa cuerda como yo me tiré, entonces me paré y miré pa’ atrás y ese ‘volcán’ había pasado por un lado mío’…me le pasó por un lado a mi niña”, expresa la mujer en medio de las lágrimas.
Así quedó la escuela tras el deslizamiento de tierra Foto:Gobernación de Antioquia
Ana corrió hasta donde estaban sus compañeros con la esperanza de ver allí a María Sofía, pero ella no estaba.
A pocos metros, la menor de las hijas de Yuleidy estaba en el salón de clase cuando la tierra comenzó a moverse. En su relato, María Sofía le contó a su madre que al escuchar la gritería se asomó por la ventana y vio que la montaña se venía.
“Ya estaba saliendo cuando todo se le vino encima, el pupitre y otros elementos que la arrastraron hasta una esquina de la escuela, donde quedó con una mano atrapada y un pie aporreado”, cuenta la madre.
Afuera, con los compañeros que habían logrado escapar, Ana decidió regresar hacia los escombros buscando a su hermanita. Tras varios minutos pudo escucharla con vida.
-‘¡Ana! ¡Ana! ¡Sáqueme de aquí!- le gritaba la niña atrapada
- Mami, relájese, no se preocupe, respire que ya van a venir a rescatarla-
A la zona llegó Yuleidy, quien se encontraba trabajando cuando se enteró de lo sucedido.
Yuleidy Velasco cuenta el drama que vivieron sus hijas en la tragedia de Andes
“Llorando, salí a la carrera como una loca a montarme en ese ‘volcán’ a buscar a mi niña y a llamarla. Fue un momento de pánico en el que se me vinieron a la cabeza todo tipo de pensamientos, tanto negativos como positivos. Después de casi una hora la logramos hallar y cuando pude escucharla me volvió el alma al cuerpo”, recuerda la mujer.
María Sofía le decía al bombero que le dolía el pie y que tenía la mano atrapada. Las autoridades le pidieron a Yuleidy retirarse, que no llorara y que no la llamara para que la niña no se fuera a estresar.
Después de media hora la lograron sacar y la metieron a la ambulancia para llevarla a Andes.
“Lo primero que me dijo fue: ‘mami, yo la quiero mucho ¿dónde está mi hermanita?’ yo le dije que ella estaba bien y luego la atendieron en el hospital donde afortunadamente estaba bien y sin fracturas, solo algunas lesiones”, explica la mujer.
Su voz se quiebra y sus ojos se llenan de lágrimas al recordar que estuvo a punto de perder a sus dos hijas en ese alud de tierra. Su dolor también es, porque a diferencia de ella, hay tres madres que no podrán volver a abrazar a sus hijos.
Le di gracias a Dios por tener a mi hija con vida, pero también con mucha tristeza por ver a esa pobre madre desconsolada por perder a su hijo…eso es muy duro, demasiado duro
Recuerda estar en el hospital cuando el tercer niño ingresó al hospital, pero de inmediato perdió la vida, allí con su madre, a los gritos, llorando desconsolada.
“Le di gracias a Dios por tener a mi hija con vida, pero también con mucha tristeza por ver a esa pobre madre desconsolada por perder a su hijo…eso es muy duro, demasiado duro”, afirma la mujer en medio del llanto.
Dice que ajusta varias noches sin poder dormir. A su mente llegan los recuerdos de los momentos de angustia y desespero que vivió buscando a su hija menor y al crudo relato que le contó la mayor.
Aunque le ofrecieron apoyo sicológico, dice que no ha podido gestionarlo porque el número que le dieron nunca contestan.
“Las niñas dicen que quieren ir al sepelio a despedir a sus amigos, pero yo no quiero. No sé qué hacer…es muy duro todo esto que está pasando porque tengo miedo de volver a mandarlas al colegio de aquí en adelante”, dice la mujer llorando.
Andrea, Ana Sofía y Alexander, los niños que fallecieron en la tragedia que enluta al país, tuvieron sus exequias el pasado viernes a las 3 de la tarde en el municipio de Andes.
‘Los sacamos a todos con vida’
l sargento segundo Cristian Combita Reyes, del comando de acción integral y desarrollo del Ejército Nacional, fue uno de los tantos que hizo parte de las labores de rescate de los alumnos atrapados en la escuela de Tapartó.
Dice que lo que más recuerda es el llanto, de las madres, de los estudiantes y de las personas que con palas, picas, palos y hasta con las uñas mismas, escarbaban la tierra para ayudar sacar a los alumnos atrapados por el alud de tierra.
“Fue una imagen desgarradora…el desespero comenzaba a incrementar a medida que pasaba el tiempo y pasaron varias horas hasta que hallamos a los primeros niños. Fue muy duro enterarme que tres niños fallecieron después de que los rescatamos con vida, eso la verdad me quebró…me rompió el alma”, cuenta el Sargento.
Fue muy duro enterarme que tres niños fallecieron después de que los rescatamos con vida, eso la verdad me quebró…me rompió el alma
Recuerda que realizaron más de 12 llamados durante las acciones de búsqueda y rescate, las cuales fueron respondidas por los niños, ya fuera con palabras, llanto o algún sonido o golpeteo que indicara que estaban vivos.
“Duramos aproximadamente tres horas para rescatar a los tres primeros. Tocaba remover la tierra con muchísimo cuidado para no ir a lastimar al niño o la niña…cada minuto contaba porque jugaba en contra de los que estaban bajo tierra. Se siente mucha impotencia escuchar a un niño dos metros bajo tierra y uno tratar de escarbar con las manos o con lo que tenga para intentar salvarlo y luego sacarlo con vida, para que al final no haya podido sobrevivir”, expresa Combita.
En medio de la tragedia, el uniformado resalta la unión de las personas en un momento tan difícil, pues todos querían ayudar y daban todo de sí para sacar a los menores.
Y es que fueron más de 200 las personas que se vincularon y aportaron para que la atención de la emergencia fuera oportuna y rápida, evitando que la tragedia fuera mucho peor.