Antes de que la pandemia replanteara la forma de estudiar y trabajar mediante el uso de herramientas tecnológicas, la docente Katerine Franco ya era una líder en temas de implementación de la tecnología en las aulas escolares.
Franco era parte del programa Microsoft Fellowship y en 2016 su iniciativa ‘Amigos sin fronteras’, con la cual sus estudiantes podían interactuar con expertos y estudiantes de diferentes países, fue seleccionada como una de las 50 mejores del Global Teacher Prize 2016.
Además, por su experiencia, fue invitada a participar en el Microsoft Educaction Exchange (E2) para compartir su experiencia a nivel global.
La llegada del covid-19 llevó a que esta docente optara por capacitar a sus compañeros del colegio José Asunción Silva en el uso de herramientas para sus clases.
Franco dialogó con EL TIEMPO sobre la realidad de la ciudad y los retos en la educación virtual.
¿Cómo fue ese proceso de capacitar a sus colegas?
Comenzamos con un diagnóstico para conocer el contexto de nuestros estudiantes y de esta manera, determinar qué tipo de estrategias serían las más viables para acercar la escuela a las familias.
Luego empezamos un proceso de capacitación para que los maestros generaran las actividades para los chicos y empezar a implementar herramientas que facilitaran los intercambios virtuales de manera sincrónica.
Porque si bien ya contábamos con estas herramientas, como Office 365, no se les daba un uso y una apreciación para fortalecer los procesos educativos que les permitieran a los estudiantes tener un aprendizaje más autónomo, seleccionando de internet la información más pertinente para su propio aprendizaje.
¿Qué hallaron tras el diagnóstico?
Encontramos que la mayoría de los estudiantes tienen posibilidad de conectarse es desde celular, ya sea propio o de alguien de su familia. Esto nos llevó a plantear y buscar recursos que fueran operables en las plataformas de estos dispositivos y así permitirles a todos la posibilidad de acceder a las actividades del proceso formativo.
En lo personal, he tomado este confinamiento como una oportunidad para acelerar las competencias digitales para favorecer los entornos de aprendizaje con nuevas experiencias para los estudiantes y también para reforzar el acompañamiento que hacen sus familias.
¿Qué encontró por parte de los docentes a la hora de capacitarlos?
Inicialmente había mucho temor y angustia, porque muchos de ellos no se habían visto en la necesidad de integrar la tecnología en el aula de clase. Aquí juega un papel muy importante los directivos, como líderes en los procesos para brindarles tranquilidad y confianza en este proceso de integración.
En mi caso personal, el acompañamiento y el colegaje ha facilitado mucho más este trabajo.
¿Qué ganaron con el uso de estas herramientas digitales?
Nos permitió no solo generar espacios de intervención con los estudiantes y sus familias, sino también entre los mismos docentes para hacer un trabajo colaborativo y más integrador en las áreas del conocimiento.
Uno de los beneficios es que le permite mayor flexibilidad al estudiante, ya que este puede ir accediendo a diferentes actividades de acuerdo al ritmo y a las dinámicas que tiene en su familia.
¿Cuál ha sido el resultado preliminar de este cambio de metodología?
Los estudiantes se han adaptado muy bien en la interacción a través de la virtualidad, pero también a los docentes les ha servido mucho, los ha unido como equipo al tener la posibilidad de hacer un trabajo colaborativo.
¿Cree que la ciudad estaba lista para enfrentar el reto de la educación virtual que trajo el confinamiento?
Aunque los docentes no tenían una preparación previa, sí llevaban algunos avances, con capacitaciones desde la secretaría de Educación, que aunque a todos nos tomó por sorpresa la pandemia, esta dependencia actuó rápidamente a fomentar desde MOVA estas capacitaciones.
¿La educación virtual se puede aplicar para todas las asignaturas?
La tecnología de por sí sola no nos va a llevar a nada específico. Aquí entra a jugar la creatividad del maestro de ver la tecnología como una aliada y no como una barrera.
Yo considero que desde todas las áreas del conocimiento es viable aplicar la educación virtual. Internet tiene una gran cantidad de recursos educativos que nos permiten apoyar las iniciativas escolares, pero es la creatividad del profe la que le va dando forma a lo que quiere transmitir con estas herramientas.
Los maestros tenemos que arriesgarnos al ensayo y error para romper el miedo a la tecnología. La recursividad y la creatividad son vitales para esta generación digital
¿Qué tips podría darle a un docente que esté incursionando en la educación virtual?
Lo primero es tener confianza, que se den la oportunidad de explorar diferentes herramientas. Esto lo pueden lograr inscribiéndose en la comunidad de docentes innovadores de Microsoft que no solo cuenta con herramientas y tutoriales, sino que cuenta con una red de docentes donde comparten sus proyectos y tienen retroalimentación.
Los maestros tenemos que arriesgarnos al ensayo y error para romper el miedo a la tecnología. La recursividad y la creatividad son vitales para esta generación digital
¿Cómo ha aplicado esta educación en sus clases?
Con mis estudiantes hemos empezado a crear una emisora virtual en la que se ha vinculado a la familia de ellos a través de la narración para dinamizar cuentos infantiles. Esto se ha logrado a través de mensajes de voz y herramientas como Spotify.
¿A cuántos colegas ha llegado con sus capacitaciones?
En la institución educativa en la que trabajo he podido capacitar a unos 40 colegas, pero también me han invitado a otros espacios, como una charla con una red de unos 100 profesores de matemáticas de la Universidad de Los Andes en integración de tecnología al aula de clases, así como a encuentros de redes de aprendizaje, con personas de la Red Maestros de MOVA, donde tuve la oportunidad dar charlas para cerca de 2.000 docentes.
¿Qué lecciones cree que ha dejado la pandemia en la educación hasta ahora?
Definitivamente se deben capacitar mucho más a los docentes en la implementación de estas pedagogías tecnológicas en el proceso de aprendizaje, porque finalmente esto va a facilitar muchos procesos e indicativos en los estudiantes, para que entiendan el uso regulado y con propósito de la tecnología.
Por otra parte, como ciudad y como país, esto nos debe llevar a mejorar la conectividad para todos los estudiantes, porque es una falencia que tenemos. Esto va a permitir seguir generando la cultura digital para fortalecer los procesos, no para reemplazarlos.
DAVID ALEJANDRO MERCADO
Corresponsal de EL TIEMPO
@AlejoMercado10