Indignación es lo que manifiesta sentir la protagonista del video que circula en redes sociales en el cual se ven los vidrios destrozados del mostrador de urgencias de la Clínica CES en Medellín tras hechos que se presentaron este jueves.
La mujer denunció que la versión del hospital falta a la verdad y que los hechos se presentaron "en un momento de desesperación".
De acuerdo con la versión dada por el hospital, el padre de la mujer fue atendido, pero su caso no representaba una urgencia, por lo que el protocolo indica que debía consultar en su IPS, motivo por el que ella “adoptó una reacción violenta rompiendo la vidriera del puesto de urgencias (…) sin causar lesiones al personal istrativo y médico de este centro hospitalario”.
En contaste, Yuberny Valencia, hija del paciente, le contó a EL TIEMPO que antes de llegar a esta clínica visitaron al menos cuatro centros hospitalarios más de la capital antioqueña, sin recibir atención en ninguno, pese a que donde ocurrió el altercado presentó una remisión en la que se puede leer que requería hospitalización urgente.
Desde el miércoles, cuenta Valencia, comenzó el calvario. “Literalmente fuimos a hacer el paseo de la muerte, en ningún lado lo recibían, estuvimos en la Leon XIII, en la torre médica Fundadores, la antigua Clínica Medellín del centro, en Conquistadores. Logramos una cita con un oftalmólogo de la Clínica VID de la Congregación Mariana, que dio el diagnóstico de papiledema no especificado y me remite a la Clínica CES".
En ese sentido, aclaró que su padre no iba por una consulta de oftalmología, iba por neurocirugía, con el diagnóstico que decía que era de carácter urgente, contradiciendo así la versión dada por el hospital en un comunicado.
Fue el sábado cuando su familiar perdió totalmente la visión del ojo derecho y casi toda la del ojo izquierdo. Pero estos, asegura su hija, no era sus únicos síntomas. Y esto se lo confirmó a este medio un miembro del personal de salud.
Dolor de cabeza y una presión arterial superior a 180/ 120 eran otros que indicaban que no era solo un problema de visión y requería urgente una tomografía y una resonancia magnética.
Valencia indicó que lo primero que le indicaron en el hospital es que la EPS de su padre era Coomeva, por lo que debía dirigirse a la torre Fundadores para la atención. La mujer agregó que a ese momento la entidad se negó a hacer triage y que desconoció la nota de remisión del profesional de oftalmología.
“En el CES nos negaron la atención. El señor de urgencias me dijo que de la única manera que me podían atender era que yo depositara 800.000 pesos para hacer el ingreso, yo dije perfecto, entonces me dijo que no, que eran 5 millones de pesos y que teníamos que pagar antes del ingreso porque "personas como ustedes no tienen con qué pagar” ", relató la mujer, quien señaló que esto fue discriminatorio por su color de piel.
De otro lado, Valencia itió que nada justifica sus actos, pero señaló que lo hizo de "ver cómo la salud de mi padre se veía deteriorada cada vez más y ante los funcionarios del CES, no valía nada".
Tras romper las ventanas del puesto de urgencias, cuenta la mujer que se le acercaron personas del área istrativa del hospital y aceptaron hacer la clasificación.
"Una joven muy formal, que se presentó como la jefe de atención al , me dijo que iba a mediar en la situación, que por favor me calmara, reconoció que había ocurrido una omisión frente a la atención que le habían negado a mi padre y que iban a proceder al menos a hacerle el triage”, dijo.
Según la Clínica CES, el triage determinó que era de clasificación 4, es decir, que no estaba en riesgo de muerte, versión que fue contradicha por un profesional de la salud que atendió al hombre.
“El paciente que tiene síntomas asociados, además de tener una presión tan elevada, se considera que está en emergencia hipertensiva y puede tener daño a órgano blanco, que son los importantes: cerebro, corazón, riñones, pulmones y en los ojos. Yo lo encuentro con esas cifras tensionales supremamente elevadas, que tiene dolor de cabeza y además perdió la visión y eso se considera una urgencia grave”, señaló a este medio el profesional de la salud, quien pidió que su identidad fuera reservada.
A su vez, aclaró que el primer diagnóstico, que indicaba que tenía papiledema lo que quiere decir es que tiene una inflamación de los discos ópticos, motivo por el que perdió súbitamente la visión y por ende, debía ser revisado por un neurólogo de manera emergente, o por el neurocirujano.
Manifestó que en este caso, el paciente era triage 2, y no 4 como indicó el CES, porque “es un paciente que tiene una patología que amenaza su vida y debe atenderse en menos de 20 minutos”.
Y continuó: “El triage no se le puede negar a nadie, es el puente de entrada a la clínica, ahí es donde yo me doy cuenta si un paciente está estable o inestable, y ese señor estaba inestable”.
Valencia señaló que su padre fue atendido en el Neurológico de Antioquia y aún se encuentra en delicado estado de salud. Agregó que el video y la respuesta del hospital dañan su imagen y buen nombre y el de su familia.
EL TIEMPO se comunicó de nuevo con la Clínica CES para consultar su versión de los hechos, tras las declaraciones de la mujer, y desde su oficina de comunicaciones indicaron que no habría un nuevo pronunciamiento del tema, diferente al divulgado el jueves.
MELISSA ÁLVAREZ CORREA
EL TIEMPO MEDELLÍN
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